Espíritu capaz de hacernos amar
Cada año el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, preside en la Santa Iglesia Catedral la Vigilia de Pentecostés. Monseñor Demetrio Fernández en la homilía de la eucaristía comenzó explicando quién es el Espíritu Santo porque “nos resulta un poco difícil imaginárnoslo porque tenemos imagen del Padre, del Hijo pero cuando llegamos al Espíritu Santo patina la imaginación”. El Espíritu Santo es “una fuerza, es una persona, la tercera persona de Dios, una persona divina con la que debemos tratar en el tú a tú del trato con las personas divinas”.
El Espíritu Santo, continuó el Obispo, es la fuerza que ha enviado Jesucristo para que lo renueve todo, esa renovación se irá extendiendo a toda la sociedad. El mundo contemporáneo necesita al Espíritu Santo y por eso la Iglesia lo invoca. Es Él el que nos va a hacer capaces de amar de verdad. Viene a enseñarnos a amar, nos pone de ejemplo a Jesús porque amar es entregarse en favor de los demás.
En esta fecha tan importante litúrgicamente tienen su día el Apostolado Seglar y la Acción Católica General. El lema elegido este año para la Jornada de Pentecostés ha sido “Juntos anunciamos lo que vivimos”. Salvador Ruiz, Delegado de Apostolado Seglar, ha recordado que en la Pascua de Resurrección todo el pueblo de Dios “se prepara para recibir con alegría un nuevo soplo del Espíritu Santo, que nos da fortaleza y la audacia para ser testigos de la resurrección de Jesús en un mundo que nos necesita hoy más que nunca”. Salvador ha pedido que el Espíritu Santo “nos transforme en buenos samaritanos para tantos hermanos nuestros que siguen sufriendo a nuestro lado”. Asimismo, encomendó los frutos de la vigilia a María, Madre de la Iglesia, para que “siga sosteniendo a los débiles y a los enfermos, anime nuestra esperanza, consueles a los atribulados, nos aliente en el deseo de la paz y anime el corazón de todos para que no seamos indiferentes ante el dolor ajeno”.
Para Federico Tovar, miembro de Acción Católica Córdoba, la solemnidad de Pentecostés “recuerda a todos los laicos que hay que vivir el espíritu de participación laical, dando testimonio de lo que somos y de a lo que hemos sido llamados por el Señor”. Los laicos tienen que “dar testimonio de vida de Iglesia y de la fe en Cristo”.
El lema de la jornada de este año “Juntos anunciamos lo que vivimos” nos recuerda que estamos en el clima sinodal en el que el Papa Francisco ha introducido a toda la iglesia. El Espíritu Santo es comunión en Dios y en nosotros y la tarea de la Iglesia no es vivir encerrada en sí misma. Por el contrario, hoy es necesario el anuncio de Jesucristo, su evangelio y la buena nueva, desde la vivencia. La evangelización se realiza por el testimonio de la vida.