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La oración y el sacrificio son nuestras armas

Hace 350 años, un 17 de noviembre se formaba la primera comunidad Carmelita de Aguilar de la Frontera, ¿cómo influye en su vida de comunidad diaria esta tradición histórica?

El palpar que tantas generaciones de Carmelitas vivieron en este Monasterio a lo largo de 350 años de manera ininterrumpida, nos lleva a ver nuestra vida diaria de manera más sobrenatural; nos impulsa a seguir santificándonos, en un volver a empezar siempre a pesar de nuestras debilidades,  procurando, con esperanza,  ser piedras tales de las que están por venir,  como nos recuerda nuestra Madre Santa Teresa de Jesús.

¿Cómo viven este Cuatrimestre jubilar en el convento?

Con mucha alegría  y agradecimiento, especialmente a nuestro Señor Obispo,  que nos alcanzó de la Santa Sede la gracia de este Jubileo Extraordinario, inaugurado el 3 de Octubre con la apertura de la Puerta Santa y que concluirá el próximo 30 de Enero de 2022. Asimismo, nuestra gratitud al Señor Párroco de Aguilar y a sus colaboradores,  por la iniciativa y  gestiones realizadas.

Rezamos cada día la oración jubilar, encomendando a las personas que vienen a nuestra Iglesia, a  ganar la indulgencia a través de los Sacramentos.

SIEMPRE EL SAGRARIO

“EL CONVENTO ES UN SAGRARIO DONDE ESTAMOS ENCERRADAS CON CRISTO, AMANDO Y ENTREGÁNDONOS POR AMOR”

¿Cómo es un día normal en su comunidad?

Tenemos un horario establecido, donde la Santa Misa es el centro donde gira todo nuestro día;   horas de oración,  rezo de la liturgia de las horas,   trabajo manual,   y el encuentro comunitario de la hora de recreación, que rompe el silencio de toda nuestra jornada;  todo ello, intensamente unidas a nuestra Madre Iglesia según los tiempos litúrgicos de Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua.

Puede parecer rutinario, pero cada día es distinto, cada día nos esforzamos por alcanzar la santificación personal,  y por la comunión de los santos, también para los miembros más necesitados de la Iglesia.

Como Nuestra Santísima Madre, que vivió sólo para servir a Jesús y a su Casto Esposo, Nuestro Padre San José,  en su Casa limpia y pura de Nazareth.

¿Cuál es el momento más especial de la jornada?

La Santa Misa, porque es el Sacrificio renovado de Nuestro Señor en la Cruz,  donde nos redimió y consiguió la Vida Eterna. En  ella, junto a la Víctima Divina,  nos ofrecemos nosotras mismas por la redención del mundo y la santificación de los sacerdotes.

¿Cómo viven el encuentro con las personas que las buscan en la oración y en la súplica?

Escuchando con atención y respeto sus necesidades y sufrimientos, después desde nuestra pequeñez intercediendo por ellas ante Nuestro Señor, con la plegaria y el sacrificio.

¿Cómo nos perciben ustedes desde dentro del convento?¿estamos cada vez más necesitados de escucha y atención?

Sí, porque se reza menos, con lo cual falta fortaleza y virtud para afrontar  problemas y dificultades. Es muy triste constatar que personas cercanas a la Iglesia, se alejan cada vez más de Dios, por su pérdida del sentido de pecado para sí y sus familiares, justificando la gravedad de sus faltas,  confundidos en sus ideas y convicciones, tratando de contentar al mundo y a la vez cumpliendo con Nuestro Señor.  El ver que no hay coherencia de vida nos duele, porque no son sinceros con Dios ni consigo mismos. Se juegan con la gracia. Es urgente, que  se promueva la sana doctrina, que se explique claramente lo que está bien y lo que está mal, lo que agrada u ofende a Dios, lo que es estar en gracia o en pecado, cuando pueden o no comulgar. Hay mucha ignorancia y falta de delicadeza de conciencia.

¿Creen ustedes que el mundo entiende la decisión libre de vivir la clausura?

No. En absoluto. Porque la manera de pensar del mundo es diferente al pensamiento de Dios. Sólo si hay fe y espíritu de oración se puede entender la clausura.

Nuestra decisión de vivirla como la instituyeran nuestros fundadores, con radicalidad, (renunciando tal vez a lo que más amamos en la tierra, lo que Dios mismo nos ha dado, sueños y proyectos de vida en servicio directo a los demás),  respondiendo a la misteriosa llamada que resonó un día y que sigue iluminando nuestras almas,  de vivir  con  y para Jesucristo, como vasallos que sirven exclusivamente a su Rey,  teniendo la conciencia en paz,  nos da la certeza de estar obrando Su Voluntad.

Como los ermitaños, que inconformes con lo que hacían o con cuanto el mundo les podía ya ofrecer,  la Carmelita se aparta de todo con el único deseo de encontrar a Dios;  y, por la oración y el ayuno, acompañar a todos los que sufren,  en donde nadie puede llegar,   expiando los pecados propios y de la humanidad, rezando por los que no rezan, por los que han perdido el amor a Dios, y  en su distanciamiento no temen ofenderle y condenarse eternamente.

Si no hay fe, visión sobrenatural, definitivamente, no se entiende.  El Convento es un Sagrario donde estamos encerradas con Cristo, amando y entregándonos por amor.

¿Cómo fue la llegada de ustedes desde otro continente?¿cuáles fueron los cambios fundamentales a los que tuvieron que adaptarse?

En toda hija de Santa Teresa, arde un celo misionero en el corazón; pero, jamás pensamos que Nuestro Señor quería que algún día diéramos nosotras un paso así.  En nuestro Monasterio de Pimentel, dada la bendición vocacional, solíamos recibir  invitaciones para fortalecer Comunidades; pero, las estudiábamos con cautela, pues se necesita una doble vocación para dejar, tal vez para siempre, la patria y lo más entrañable la propia familia, que ya una vez fue doloroso dejarla al ingresar por primera vez en clausura (sacrificio hecho sólo por amor a Dios, pues una criatura no sería digna de tal renuncia) pero, de la que podemos recibir su visita mensual,  aunque sea a través de una doble reja.

Cuando se comentó la invitación del Señor Obispo de Córdoba y la necesidad de cuidar a 4 Madres Mayores, que rechazaban el cuidado ofrecido por otras Comunidades para no cerrar su querido Convento,  nos pareció una situación diferente. Recibir la visita de D. Juan Ropero, que en ese tiempo trabajaba en Picota-Moyobamba, una zona muy lejana de la nuestra, fue el golpe final. Con qué cariño y entusiasmo nos habló de sus Carmelitas de Aguilar, del dolor que el Pueblo tendría de perder su Comunidad de Descalzas por la falta de vocaciones,  nos dejó una honda impresión en el alma.

Un día encontramos un cofre a los pies del Sagrario, para que las voluntarias pusieran su nombre; nuestros corazones  se entusiasmaron,  era venir en misión,  predicar desde el silencio la alegría de nuestra fe,  Jesús volvía a pasar a nuestro lado y mirándonos fijamente pronunciaba otra vez ¡SÍGUEME!… Era difícil, pero había una llamada interior; España, tierra de Nuestra Madre Santa Teresa, tan querida pero tan lejana.

Han pasado ya 8 años, llegamos de Perú el  20 de Julio de 2013. El Carmelo es el mismo, en América o en Europa. Mientras Jesús esté en el Sagrario todo es para Él, todo es llevadero. Y, aunque somos tan pequeñas, la lamparita sigue ardiendo, por ello damos GRACIAS A DIOS.

¿Tienen desde su comunidad algún modo de promover las vocaciones?

La oración y el sacrificio son nuestras armas ante la Santísima Trinidad, para que envíe su gracia sobre las almas  y correspondan a su llamada Divina con amor y generosidad.

¿Les preocupa la escasez de vocaciones?

Confiamos en que Nuestro Señor enviará las vocaciones en el tiempo adecuado y según sus planes: “sus caminos no son nuestros caminos”…

Nuestro Señor siempre nos sorprende, con el tiempo jubilar hemos recibido la alegría de una vocación cordobesa y en Diciembre, Dios mediante,  llegará una hermana más a integrarse a nuestra Comunidad.

EL VIAJE DESDE PERÚ

“Era difícil, pero había una llamada interior; España, tierra de Nuestra Madre Santa Teresa, tan querida pero tan lejana. Han pasado ya 8 años, llegamos de Perú el 20 de Julio de 2013. El Carmelo es el mismo, en América o en Europa. Mientras Jesús esté en el Sagrario todo es para Él, todo es llevadero”.

¿Cómo creen que será la Iglesia del futuro?

Como una vez sabiamente escuchamos, la Iglesia del futuro será un pequeño rebañito de almas fieles, que soportaron duras pruebas y confiaron vivamente en Dios, renunciando a lo que el mundo ofrecía.

Es triste, pero cuando se vive la fe sin profundidad espiritual, sin confesiones, sin fidelidad al estado de vida, una fe pobre, el demonio que engaña bajo capa de bien, de que todo es permitido, de que esto o lo otro es  muy bueno, tarde o temprano llevará a la gran mayoría de almas a la pérdida total de la fe, a buscar la felicidad y el placer sólo en el vacío de este mundo, que paga mal.

Dios tenga piedad de nosotros, pues no hay mayor dolor que perder la alegría de la Fe.

Rezamos muchísimo por nuestra Santa Madre Iglesia, para que sea realmente Una. Dios es amor y unidad.

Más vocaciones

“Nuestro Señor siempre nos sorprende, con el tiempo jubilar hemos recibido la alegría de una vocación cordobesa y en Diciembre, Dios mediante, llegará una hermana más a integrarse a nuestra Comunidad”.

¿Se sienten queridas por los vecinos de Aguilar?

Jesús dice en el Evangelio:  “Os aseguro que quien deje casa, hermanos, padres, hijos o tierras, por Mi y el Evangelio, recibirá ahora cien veces más, con persecuciones, y luego la vida eterna”.

La verdad, es que sí experimentamos cuanto dice Nuestro Señor. Muchas personas en Aguilar se preocupan de nosotras como si fueran nuestras verdaderas familias. Sentimos el cariño y la cercanía; pero sobre todo, su oración para que nunca les falten las Descalzas que por ellos velen y recen.

¿Cuál ha sido el peor momento que han vivido juntas?¿Y el mejor?

A los que aman a Dios todo les sirve para bien.

Para una Comunidad de Carmelitas que sólo anhela la conversión de los pecadores y la santificación de los Sacerdotes, no hay peor momento que saber que sacerdotes muy cercanos a nosotras abandonaron su estado de gracia y ministerio; es algo tan doloroso, que no se puede explicar con palabras, ver que Jesús es ofendido ya no por sus enemigos, sino por los suyos, por sus amigos.

Asimismo, la profanación de la Santa Cruz de la Fachada de nuestra Iglesia el 19 de Enero pasado, que fue uno de los momentos más dolorosos que vivimos en  Comunidad; y más aún,  cuando se publicó que nosotras no quisimos recibirla dentro de la Clausura. Cuatro meses atrás, cuando nos comunicaron sobre la intención de retirarla de donde estaba,  nos negamos rotundamente a que la sacaran. El día que la profanaron llevándola a la escombrera no nos dijeron nada, profundamente consternadas por la noticia, nos comunicamos con los responsables, pero no  quisieron entregárnosla, esa es la verdad.  Nos parecía increíble que estuviésemos viviendo este tipo de situaciones. De  todos los rincones de España recibimos cartas o nos llamaron por teléfono dolidos, indignados o llorando por las imágenes que se transmitieron;  se realizaron varias reparaciones públicas a la Cruz de Cristo que es una y no entiende de facciones;  De Vietnan, un Obispo nos hizo llegar su cercanía y oraciones, lo mismo fieles de otros países, pues la noticia había dado la vuelta al mundo. Rezamos mucho por la conversión de cuantos justifican este tipo de acciones.

Y, el mejor, entre otros muchos momentos preciosos, la inauguración de este Tiempo Jubilar con la apertura de la Puerta Santa. Un momento entrañable de gracia,  que vivimos con gratitud cada día.

Háblennos de sus dulces, ¿qué delicias podemos encontrar en el convento?

Son dulces tradicionales, que con gran caridad nos enseñaron pasteleros que la Providencia puso en nuestro camino,  pues vivimos sólo de nuestro trabajo y la caridad de almas buenas que vienen al torno de nuestro Monasterio para colaborar con el mantenimiento del mismo. Lo que más nos piden y se agota pronto, son los hojaldres montillanos, magdalenas de tacilla, rosquitos de almendra  y la tarta de San José, que es nuestro dulce jubilar. Por navidad, tortillas de manteca y almendra, hojaldrinas, polvorones, rosquitos de vino, etc

¿Somos generosos con ustedes?

Sí, les estamos muy agradecidas por su cariño y asistencia continua; especialmente la dirección espiritual que recibimos de la Diócesis,  tan importante para nuestra vida contemplativa, llamada a una  misteriosa fecundidad apostólica dentro de la Iglesia.

Dios les pague de todo corazón cuanto nos ayudan y rezan por nosotras.

PARTE DE AGUILAR DE LA FRONTERA

“Muchas personas en Aguilar se preocupan de nosotras como si fueran nuestras verdaderas familias. Sentimos el cariño y la cercanía”.

“La profanación de la Santa Cruz de la Fachada de nuestra Iglesia el 19 de Enero pasado, que fue uno de los momentos más dolorosos que vivimos en Comunidad; y más aún, cuando se publicó que nosotras no quisimos recibirla dentro de la Clausura. Cuatro meses atrás, cuando nos comunicaron sobre la intención de retirarla de donde estaba, nos negamos rotundamente a que la sacaran”.

“El día que profanaron la Cruz llevándola a la escombrera no nos dijeron nada, profundamente consternadas por la noticia, nos comunicamos con los responsables, pero no quisieron entregárnosla, esa es la verdad. Nos parecía increíble que estuviésemos viviendo este tipo de situaciones”.

“Estamos muy agradecidas por su cariño y asistencia continua; especialmente la dirección espiritual que recibimos de la Diócesis, tan importante para nuestra vida contemplativa, llamada a una misteriosa fecundidad apostólica dentro de la Iglesia”.