Los niños de nuestra diócesis están inmersos en sus catequesis. La ilusión y la curiosidad son aliados para su despertar religioso. Los catequistas innovan cada año y en las parroquias se abren paso la creatividad y las ganas de mostrar a Cristo. No están solos, hay recursos para hacerlo y verdaderos itinerarios. Es el caso de la Catequesis de Buen pastor que como novedad se ofrece en la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza de Córdoba, la primera de toda Andalucía.
La Catequesis del Buen Pastor llegó a España hace 15 años. Desde Valencia, a lo largo de los últimos 5 años, gracias a los cursos de formación, ha conocido un gran crecimiento y difusión en toda la península. Su implantación en España es reciente, y aunque la catequesis se encuentra hoy en 44 países de todo el mundo, a Andalucía llega por primera vez a través de Córdoba. Aquí, un grupo de catequistas desarrolla el método con un lugar físico llamado Atrio, en alusión al atrium romano, un lugar especialísimo pero no sagrado, en que los niños se inician para la vida adulta y activa en la asamblea cristiana, según recoge la página web.
El atrio se desarrolla según las características del ambiente Montessori. En cada centro de catequesis de la CBP, se encuentran tres Atrios: uno para los pequeños de 3 a 6 años, uno para los medianos de 6 a 9 años y otro uno para los grandes de 9 a 12 años. Cada atrio no solo varía la dimensión del mobiliario según la altura de sus pequeños huéspedes, sino también los materiales a su disposición, todos ellos fundados sobre la pedagogía Montessori para el desarrollo integral del niño y su «normalización».
En el Atrio se encuentran unos materiales muy delicados. Allí se encuentra el catequista como instrumento de Dios. No se pronuncian charlas, se observa a los niños y se lee la Palabra y se muestran pinceladas de la liturgia.
La catequesis duran dos horas, aunque la intervención de los catequistas se reducen a treinta minutos, los necesarios para presentar al niño la Palabra a través de objetos manipulativos: un hecho, una parábola, un momento de la liturgia sirve para ser claros en la exposición y que el niño pueda interiorizar lo que ese día se quiera trasmitir. A disposición del niño está un material creado específicamente para facilitar la asimilación de los contenidos catequéticos y facilitarle aquella autonomía del adulto que transforme su actividad en oración y relación con el único Maestro, explica CBP.
Se trata de que los niños puedan entender cómo se manifiesta Dios en cualquier momento de la liturgia, es una oportunidad de interiorizarlo porque los niños tienen su propio potencial espiritual que “yo diría que es mayor que el nuestro, porque captan cosas que nosotros no captamos, una maravilla comprobarlo. Como decía Sofía Cavalletti, ayudante de María Montessori, el mayor potencial del niño va de los tres a los seis años. En esta etapa tienen la capacidad de conocer a Dios”, explica Sonia Garrido Escuín, que es catequista y junto a sus compañeros promueven esta formación que tiene sus particularidades. De ahí que se haya establecido de los días 3 al 5 de febrero unas jornadas de formación en las que participan miembros del equipo responsable de la Asociación, la religiosa María Jesús Cid y el sacerdote Matteo Gessati.
El encuentro se celebra en la casa de espiritualidad de San Antonio
cuyo formulario de inscripción está disponible aquí
En el año 2020, Sonia y sus compañeros empezaron a interesarse por la Catequesis del Buen Pastor, inspirada y desarrollada por la pedagoga María Montessori. Entonces, sus hijos eran muy pequeños y en aquel momento su mayor necesidad era que pudieran conoce a Jesús, había vivido intensamente la conversión y “quería mostrar su amor a todos, evangelizar a todo el mundo, especialmente a ellas”, cuenta esta joven madre de cuatro hijos. Empezó a buscar recursos para niños de tres y cinco años, pero la primera comunión quedaba lejana y su necesidad era muy concreta. Ella había tenido una experiencia de Dios y quería mostrar su belleza, se puso a investigar por todo el mundo, en España aún resultaba desconocida la Catequesis del Buen Pastor, a pesar de que María Montessori propuso este método de aprendizaje en Barcelona por primera vez. Tras esta incursión, la catequesis desapareció y se ha vuelto a introducir en nuestro país a través de los formadores que vienen a Córdoba a primeros de febrero, “un privilegio para nuestra diócesis porque hacen muy pocas formaciones, que es una maravilla”.
“Dios ha creado al niño más maravilloso de lo que creemos”.
María Montessori
La catequesis del Buen Pastor es obra de María Montessori, gran pedagoga católica que ha marcado la dirección de sistemas educativos en todo el mundo. Para ella, aunque ya ha desaparecido de los colegios inspirados en su pedagogía porque esta célebre maestra “quería que los niños encontrasen al Señor, les hacía un camino que le ayuda a eso”. La Catequesis del Buen Pastor intenta crear un ambiente más cuidado que en los colegios a través del llamado.
Esta catequesis contiene un sentido antropológico atendiendo a la potencialidad de los niños, que es plena entre tres y seis años. Las catequesis se dividen en tres grupos de edades, de tres a seis, de seis a nueve y de nueve a doce años. En cada etapa nos “valemos del ambiente de silencio, aprenden a recogerse, este es el primer paso para relacionarse con sus catequistas de una manera distinta a como se hace en el colegio”.
El acompañamiento de los catequistas que “antes de entrar tenemos que abandonar toda soberbia y escuchar con humildad” resulta esencial en el proceso. Supone “dejarlo todo en manos de Dios” para favorecer también la participación en la eucaristía que preside el sacerdote. A la formación que proponen para los días 3, 4 y 5 de febrero, están llamados también sacerdotes y familias porque “somos instrumentos para anunciar a Cristo “.