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NÚMERO 854 • 29 DE OCTUBRE DE 2023

Conocer la huella
de los mártires buscando

nuestras raíces

MES DE LOS MÁRTIRES

••• 800 JÓVENES EN LA XXVIII PEREGRINACIÓN DIOCESANA A GUADALUPE •••

APUNTES

XXIII edición de las jornadas de formación de Manos Unidas

Pepa Iribarnegaray, delegada de Manos Unidas en Córdoba, participó en las jornadas que tuvieron lugar en El Escorial el pasado fin de semana.

19 matrimonios celebran sus bodas de oro en Santaella

La celebración tuvo lugar en la parroquia Ntra. Sra. de la Asunción el pasado domingo, 22 de octubre, día de la fiesta de San Juan Pablo II.

Confirmaciones en Doña Mencía

La parroquia de Ntra. Sra. de la Consolación acogió el domingo, 22 de octubre, las Confirmaciones de un nutrido grupo de fieles, de la mano del Vicario de la Campiña, Jesús María Moriana.

La parroquia de San Juan Bautista de Almedinilla celebra el Domund

Los feligreses de la parroquia celebraron junto al párroco, David Ortiz, el Domingo Mundial de las Misiones el pasado 22 de octubre.

AGENDA

SÁBADO, 28 DE OCTUBRE • Consejo Diocesano de Laicos en el Centro de Magisterio “Sagrado Corazón”, a las 10:30 horas.- El Cardenal Antonio María Rouco Varela clausura el Congreso de Cristianismo y Derecho en la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas Empresariales de la Universidad de Córdoba, a las 11:30 horas, con la conferencia “Un nuevo retorno del Derecho Natural”. • El Obispo preside el 75 aniversario de la parroquia de Alcolea, a las 19:30 horas.

DOMINGO, 29 DE OCTUBRE • Asamblea Diocesana de Acción Católica General, en el salón de actos del Obispado de Córdoba, a las 10:00 horas. • La misa dominical de la Catedral será retransmitida por 13TV. • El Obispo clausura el retiro de Proyecto Amor Conyugal en San Antonio, a las 13:30 horas.

LUNES, 30 DE OCTUBRE • Reunión de los Obispos del Sur de España en la casa sacerdotal de Córdoba hasta el día 31.

MIÉRCOLES, 1 DE NOVIEMBRE • El Obispo preside la misa en el cementerio San Rafael en el día de Todos los Santos, a las 12:00 horas. • Por la tarde, misa de Réquiem en la Santa Iglesia Catedral, a las 19:00 horas.

VOZ DEL PASTOR

Ser santos, nuestra meta

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

La única meta del hombre en la tierra es ser santo. Y no porque nosotros nos empeñemos en ello, cosa imposible, porque supera nuestras fuerzas; sino porque es la vocación a la que Dios nos llama. “Esta es la voluntad de Dios: que seáis santos” (1Ts 4,3). La cercanía de la fiesta de Todos los Santos es ocasión propicia para revisar esta vocación fundamental de nuestra vida, la llamada a la santidad. Y preguntarnos cómo respondemos a este designio de Dios sobre cada uno de nosotros.

El Papa Francisco nos enseña: “No tengas miedo de apuntar más alto, de dejarte amar y liberar por Dios. No tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. La santidad no te hace menos humano, porque es el encuentro de tu debilidad con la fuerza de la gracia. En el fondo, como decía León Bloy, en la vida «existe una sola tristeza, la de no ser santo»” (Gaudete et exultate 34).

Sí, sólo hay una tristeza, la de no ser santo. Y ya lo decía el clásico castellano: “Porque al fin de la jornada, aquel que se salva, sabe, y el que no, no sabe nada”. El mayor éxito de nuestra vida es llegar a la santidad a la que Dios nos llama. Y el mayor fracaso sería quedarse a mitad de camino o frustrar esa llamada de Dios.

Los santos que celebramos en la fiesta del 1 de noviembre son todos aquellos, canonizados o no, que han llegado a la meta. En el conjunto de toda la humanidad, los santos suponen un caudal de bien, una reserva de amor, que nos hacen mirar la historia con esperanza. Es verdad que abunda el pecado en todas sus manifestaciones: el odio, la venganza, la injusticia, el olvido de Dios y el apartamiento de sus mandatos. Ahí están las expresiones de todo eso: guerras, violencias, atropellos de los derechos humanos, estropicio de la naturaleza creada.

Pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (cf Rm 5,20), nos recuerda san Pablo. Y esto no es una teoría, sino la vivencia concreta de millones de santos, que han volcado su amor en ese caudal que transforma la historia. Cada uno de nosotros puede contribuir a ese caudal que sana todas las heridas y recicla todos los males. Donde hay odio, venganza, violencia, injusticia, abunde el amor, la entrega, la construcción de un mundo más humano según el plan de Dios. Es mucho mayor el bien acumulado por la vida de los santos, que el mal que el hombre genera cuando se aparta de Dios.

La fiesta de todos los Santos es un canto a la belleza de la santidad que ha resplandecido en tantas personas, hombres y mujeres, niños y ancianos, jóvenes y matrimonios, religiosos consagrados y pastores de la Iglesia.

Esos son los que construyen la historia en sentido positivo, transformando el mal en bien, como ha hecho Jesucristo desde la Cruz: ha cambiado el pecado y todos los males del mundo, que han caído sobre él, en manantial de amor, que brota de su Corazón traspasado.

Pero, ¿será posible llegar a ser santo? ¿No es algo admirable, pero inalcanzable para nosotros? No, la Iglesia y su Magisterio constante nos enseñan que la santidad es para todos. Podrá ser una santidad brillante y deslumbrante, o podrá ser una santidad de la vida ordinaria, de la puerta de al lado. Lo nuclear de la santidad es conformar nuestra voluntad humana con la voluntad divina, lo esencial es parecerse a Jesucristo y tener los sentimientos de su Corazón.

Es tarea de toda la vida, y vale la pena ponerse a ello continuamente. Dios con su infinita misericordia es capaz de hacerlo en nosotros. La fiesta de todos los Santos nos anima a ello.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

La Fundación Diocesana de Enseñanza Santos Mártires inicia el mes de los mártires

Conocer la huella de los mártires buscando

nuestras raíces

¿Por qué murieron nuestros mártires? Responder a esta pregunta supone una reflexión cultural, histórica y sobre todo de fe, a la que la Fundación Diocesana de Enseñanza Santos Mártires quiere dar respuesta. Cada mes de noviembre, esta institución educativa hace todo un ofrecimiento a la ciudad a través de un programa educativo que nos lleva a nuestras raíces como Iglesia. Es el mes de los Santos Mártires, que se llena de actividades para dar a conocer el valor de vidas ofrecidas por amor a Dios. Córdoba mantiene vida sus huellas y todos podemos aprender a reconocerlas para seguirlas.

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LIBRERÍA DIOCESANA

Feliz culpa

NOVELA SOBRE LA DEVOCIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE KODEN QUE REDIMIÓ AL PUEBLO POLACO

Zofia Kossak

Ediciones Palabra • Colección Arcaduz

Mikolaj Sapieha, conde de Koden y cabeza de uno de los más insignes linajes de la República de Polonia y Lituania, ha contraído una extraña enfermedad que lo ha desprovisto de toda su fuerza y de su voluntad. Ningún médico es capaz de encontrar el remedio. Animado por sus amigos, emprende un viaje de peregrinación a Roma.

Allí es bien recibido por Urbano VIII, quien le aconseja encomendarse a la Madonna de Guadalupe que se encuentra en la capilla privada del Sumo Pontífice. A partir del encuentro con esa imagen, se desencadenarán una serie de acontecimientos que cambiarán para siempre la vida de Sapieha y el destino del pueblo de Koden.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

Los santos de “la puerta de al lado”

Llega de nuevo la Fiesta de Todos los Santos, y la conmemoración de los Fieles difuntos. El Papa Francisco nos ha definido hermosamente cómo son los santos: “Así son los santos: respiran como todos nosotros el aire contaminado por el mal que existe en el mundo, pero a lo largo del camino nunca pierden de vista las huellas de Jesús gracias a la bienaventuranzas, que son como un mapa de la vida cristiana. Hoy es la fiesta de los que alcanzaron la meta indicada en ese mapa; no sólo lo hicieron los santos del calendario, sino también muchos hermanos y hermanas “de la puerta de al lado”, que quizá conocemos o con los que nos hemos cruzado”.

La Iglesia contempla en estos días a esos “santos anónimos”, que no han sido canonizados, pero que se encuentran ya gozando de “la plenitud de sus vidas en la intimidad con Dios”, preciosa definición del “cielo”, que nos dejó san Juan Pablo II, en el año 2000. Y a la par, nos invita a visitar los cementerios, las tumbas de nuestros seres queridos, musitando una plegaria de gratitud encendida, de recuerdos íntimos y de vivencias familiares. Me viene a la memoria una anécdota impactante, narrada por el capellán de un Hospital: “Me avisaron para que fuera a ver a una joven que enfermó de cáncer y los médicos le dijeron que ya no se podía hacer nada. Ella quería prepararse bien para morir. Cuando hablé con ella me dijo a media voz: “Mire mis manos vacías”. Entonces tomé mi crucifijo y lo puse en aquellas manos: “Ahora ya no tienes las manos vacías”, le dije.