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NÚMERO 834 • 14 DE MAYO DE 2023

FIESTA DE SAN JUAN DE ÁVILA

«Seamos sacerdotes para el servicio del Pueblo Santo de Dios»

NUEVOS NOMBRAMIENTOS PARA EL CONSEJO EPISCOPAL Y EL CABILDO CATEDRAL

APUNTES

Peregrinación de Hermandades del Trabajo a Roma

El obispo de Córdoba y el obispo electo de Alcalá estuvieron en la Plaza de San Pedro junto a los integrantes del Movimiento que celebraba su 75 aniversario.

Visita de Rouco a las Clarisas de Santa Cruz

Jesús María Moriana, Vicario Episcopal de la Campiña, administró el sacramento de la Confirmación a un grupo de jóvenes y adultos de la parroquia de San Pedro Apóstol de Nueva Carteya, el pasado 28 de abril.

CONFIRMACIONES EN LA PARROQUIA DE LAS SANTAS MARGARITAS DE CÓRDOBA.

Prematrimoniales en Cabra

Un grupo de parejas de novios realizaron la pasada semana su cursillo prematrimonial en la parroquia de Ntra. Sra. de los Remedios en Cabra.

AGENDA

SÁBADO, 13 DE MAYO • Encuentro de ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, en el Palacio Episcopal, a las 11:00 horas.

DOMINGO, 14 DE MAYO • Canal Sur TV emitirá la misa en directo desde la parroquia de San Mateo de Lucena, a las 10:00 horas. • El Obispo oficiará la misa dominical de la Catedral que será retransmitida por 13 TV, en directo
a partir de las 12:00 horas.

LUNES, 15 DE MAYO • Visita pastoral del Obispo a la parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe, durante la mañana. • Presentación de Antología de poesía espiritual “Como un espejo”, en el Palacio Episcopal, a las 19:00 horas.

MIÉRCOLES, 17 DE MAYO • Recepción del Obispo con los profesionales de los medios de comunicación con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, a las 10:00 horas. • Por la tarde, Visita pastoral a la parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe.

VOZ DEL PASTOR

El Espíritu Santo, Señor y dador de vida, nuestro abogado

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

Hay un personaje silencioso y  discreto, pero vitalmente necesario en la vida humana y más aún en la vida sobrenatural. Sin él no podríamos vivir. Aunque no nos demos cuenta, él está sosteniendo nuestra vida, él trabaja en nosotros. De él nos habla Jesús en el evangelio de este domingo, y en tantas otras ocasiones. Se trata del Espíritu Santo, tercera persona de Dios, que ha sido enviado por Jesús resucitado desde el seno del Padre sobre su Iglesia para santificarla.

En el seno de Dios, el Espíritu Santo es el amor del Padre y del Hijo, es el abrazo, el beso de amor entre ambos. Su papel es el de unir, porque brota de la comunión del Padre y del Hijo discretamente, silenciosamente. Los autores hablan de la humildad del Espíritu Santo, que no tiene un papel de lucimiento, sino de eficacia.

El Espíritu Santo es el que ha formado en el seno de María virgen la naturaleza humana del Hijo eterno hecho hombre. Él es el autor de la encarnación del Hijo, misterio inabarcable, por el que Dios ha llegado desde su mundo al nuestro, anudando una relación irrompible, como es la alianza nueva y eterna de Dios con el hombre.

El Espíritu Santo ha sido el motor del corazón de Cristo, el que lo ha encendido en el fuego de su amor, el que le ha infundido las ansias redentoras, el que lo ha llevado a la entrega suprema de la Cruz, el que lo ha resucitado del sepulcro, dándole una vida nueva a estrenar.

Jesús ha mantenido durante toda su vida terrena ese contacto filial con el Padre, en el amor del Espíritu Santo, en una intimidad honda, que ha querido compartir con nosotros.

Y cuando Jesús va a partir de este mundo, se preocupa de los suyos anunciándoles que les enviará otro abogado, que esté a nuestro lado y nos defienda, que nos recuerde todo lo que Jesús nos ha enseñado, que nos haga experimentar algo de esa intimidad que Jesús tiene con su Padre. “Yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad” (Jn 14,16). “Paráclito” es el que está a nuestro lado y habla de nuestra parte ante un juicio, es como el abogado defensor. El primer abogado defensor es el mismo Jesús: “Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos uno que abogue ante el Padre, a Jesucristo el Justo” (1Jn 2,1).

Cuando Jesús está para partir de este mundo, continuando de manera invisible junto a nosotros, nos promete otro Paráclito que estará siempre con nosotros, nos defenderá siempre, nos introducirá en la intimidad jugosa del Padre y del Hijo, nos incendiará el corazón, nos infundirá las ansias redentoras de Cristo, el celo apostólico por llevar el Evangelio al mundo entero. De ese Espíritu habla Jesús, y cumplirá su promesa cuando lo envíe a su Iglesia el día de Pentecostés.

La vida cristiana no es la imitación externa de Jesucristo desde nuestro esfuerzo y desde nuestras capacidades. La vida cristiana es la vida de Cristo en nosotros, parecernos a él, vivir como vivió él. Y esta transformación de nuestro corazón en un corazón como el suyo la va realizando el Espíritu Santo silenciosamente, humildemente, eficazmente. Por eso, es necesario recurrir continuamente a su actuación, pedirla, desearla, disponernos a recibirla.

Ven, Espíritu Santo, manda tu luz desde el cielo, enciende nuestros corazones en las ansias redentoras del corazón de Cristo. Ven, Espíritu Santo, ilumínanos, purifícanos, sánanos con tu potente actuación. Llévanos a la verdad plena, la que Cristo nos ha predicado como testigo de la verdad, introdúcenos en la intimidad de Dios, haz que gocemos de Dios y de su amistad. Impúlsanos a la misión, a la evangelización, a dar la vida.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

10 DE MAYO, FIESTA DE SAN JUAN DE ÁVILA

CELEBRACIÓN EN MONTILLA

«Seamos sacerdotes para el servicio del Pueblo Santo de Dios»

La fiesta de San Juan de Ávila suscita cada año una convocatoria, sobre todo, para los sacerdotes diocesanos que año tras año se citan en Montilla para venerar al Patrón del Clero Secular Español.

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LIBRERÍA DIOCESANA

La deuda prometida

Félix Moyano Casiano
Ediciones Rialp • Colección Poesía Adonáis

Este poemario obtuvo un accésit del Premio Adonáis 2021 por «fundir la tecnología y los clásicos, la memoria de la infancia y la problemática generacional, sin renunciar a la desmitificación y a la ironía», en palabras del jurado. Dividido en dos apartados, el título hace referencia al débito que, por el hecho de nacer, contrae el ser humano con su ineluctable final («nacemos mordidos por la muerte», escribe el autor). Desde esa premisa, Félix Moyano indaga en sus propias circunstancias vitales, remotas y actuales, con el fin entender tanto la vida presente, a través de los acontecimientos más luminosos que la sostienen y que nadie le podrá quitar, como la muerte, adonde vamos abocados.

Con un estilo preferentemente directo, una facilidad y precisión de lenguaje capaz de fundir el conversacional con el más formal, Félix Moyano consigue un libro atractivo, cercano, reflexivo, hondo, de enorme poderío emocional, que hace lectores.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

Juan de Ávila, con sus sacerdotes

El pasado 10 de mayo, en Montilla, encuentro de san Juan de Ávila con sus sacerdotes cordobeses, presididos por su obispo, monseñor Demetrio Fernández. Encuentro solemne en la Eucaristía, celebrada en su basílica, y fraternal en la convivencia a lo largo de la jornada. Cada año, en su fiesta, contemplamos con emoción y unción su silueta, su vida y sus enseñanzas. Y cada año, descubrimos también nuevos “destellos” para incorporarlos a nuestros afanes pastorales.

Este año, especialmente, quisiera subrayar en el Apóstol de Andalucía y Doctor de la Iglesia, una de las cualidades que mejor definen la personalidad de san Juan de Ávila: La de ser “un hombre vocacionado”. La búsqueda y el hallazgo de su vocación, a la que dedicó tres años de oración en la cueva de su casa natal de Almodóvar del Campo, convirtió lo que hasta entonces parecía un túnel sin salida, en un punto de partida que lo lanzó a recorrer los caminos de Dios, siguiendo a Cristo Pastor. Esa fue su llamada.

Juan de Ávila, el joven que, al principio, no sabía qué hacer con su vida, lo supo cuando se puso a la escucha del Señor, que siempre habla al corazón. En esta experiencia vivísima recibió por anticipado todo lo que después habría de realizar por medio de una vida plena, dedicada al ejercicio de su vocación sacerdotal. Y así, en su libro “Tratado del amor de Dios”, expresó su atracción de esta manera: “Mirándote, Señor, en la cruz, todo cuanto ven mis ojos, todo me lleva al amor, que da voces para que te ame”.