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NÚMERO 829 • 2 DE ABRIL DE 2023

D. ANTONIO PRIETO, NUEVO OBISPO DE ALCALÁ

La solidez de un pastor alegre

SEMANA SANTA 2023 • «SUS HERIDAS NOS HAN CURADO»

APUNTES

Visita pastoral a Cañero

El Obispo continúa su visita al arciprestazgo de Fuensanta-Cañero-Levante Sur. Durante la última semana ha estado en la parroquia de San Vicente Ferrer, donde ha visitado los colegios y ha administrado el Sacramento de la Confirmación.

El escaparte de la fe del Instituto Vicente Núñez

El Instituto Público “Vicente Núñez” de Aguilar de la Frontera acogió un concurso de fotografía organizado desde el departamento de Religión Católica en el que los alumnos y alumnas del mismo, dieron testimonio de su fe ante la Semana Santa.

Prematrimoniales en Santa Rafaela María

Del 24 al 26 de marzo, se celebró en la parroquia Santa Rafaela María del Sagrado Corazón de Jesús, en Córdoba, un nuevo Cursillo Prematrimonial.

El Simpecado del Rocío de Lucena en la Catedral

La Hermandad del Rocío de Lucena clausuró el pasado domingo, los actos que han conmemorado su Cincuenta Aniversario Fundacional, con la celebración de la santa misa en la Catedral presidida por el obispo de Córdoba.

Misa retransmitida por Canal Sur desde Adamuz

Canal Sur TV emitirá en directo la misa el próximo domingo, 16 de abril, desde la parroquia de San Andrés de Adamuz con motivo de la fiesta de la patrona, la Virgen del Sol.

VOZ DEL PASTOR

D. Antonio Prieto, nuevo obispo de Alcalá

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

Os anuncio a todos con gozo esta gran noticia: el Santo Padre Francisco ha nombrado a D. Antonio Prieto Lucena, nuestro vicario general de Córdoba, nuevo obispo de Alcalá de Henares, que estaba vacante por la jubilación de su anterior obispo Mons. Juan Antonio Reig Plá. Hecha pública la noticia por parte de la Santa Sede el 1 de abril, os anuncio también que su consagración episcopal tendrá lugar en Alcalá de Henares el sábado 10 de junio de 2023 por la mañana.

Enhorabuena a D. Antonio. Ha servido como sacerdote a la diócesis de Córdoba durante 22 años y toda la diócesis de Córdoba valora sus muchas cualidades con las que seguirá sirviendo a la Iglesia en otro lugar. El Papa se ha fijado en él, y eso nos alegra inmensamente. Pero, junto a nuestra alegría, nos viene el dolor de la separación y de su ausencia, que notaremos mucho en Córdoba.

Enhorabuena a la diócesis de Córdoba, que en los últimos años ha dado a la Iglesia cuatro excelentes  obispos de entre sus mejores sacerdotes: D. Mario Iceta, arzobispo de Burgos, D. Santiago Gómez, obispo de Huelva, D. Francisco-Jesús Orozco, obispo de Guadix y ahora D. Antonio Prieto, obispo de Alcalá. Eso es fruto de muchas respuestas a la gracia de Dios: sus padres y familia, sus profesores y formadores en el Seminario, sus compañeros, tantos buenos amigos, su misma generosidad. Sin caer en la autocomplacencia, seamos agradecidos a Dios, que nos ha bendecido con tantas bendiciones. Por citar a una persona, permitidme que cite aquí con gratitud a D. Gaspar, el padre espiritual del Seminario, que tanto bien nos ha hecho a todos.

Y sintámonos todos impulsados de nuevo a la santidad en la vocación a la que cada uno ha sido llamado. Nuestra respuesta a la gracia será la mejor aportación a la edificación de la Iglesia y a la construcción de un mundo nuevo.

Jesucristo le hace partícipe de su sacerdocio en plenitud, del  que ya participaba en su medida como presbítero. El obispo, además de celebrar todos los sacramentos que ya celebraba como presbítero, es el que puede ordenar nuevos presbíteros y nuevos obispos, garantizando así la sucesión apostólica que viene ininterrumpidamente desde los Apóstoles hasta hoy. De esta manera, la presencia eucarística de Cristo en su Iglesia queda garantizada hasta el final de los tiempos.

El obispo es también el maestro auténtico de la fe. En comunión con los demás obispos y bajo la autoridad del Sucesor de Pedro, el obispo en su diócesis enseña el Evangelio y su aplicación a nuestro tiempo. Él no enseña su propia doctrina, sino la doctrina evangélica, y lo hace con la autoridad que Cristo le confía para bien del santo Pueblo de Dios.

El obispo en su diócesis es principio y fundamento de la unidad de la Iglesia. Su servicio a la Iglesia consiste en convocar en la unidad a todos los carismas, a todos los grupos, a todas las sensibilidades, para edificar el único Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, la Esposa santa del Señor. Y ser así referente de unidad para toda la familia humana. Al mismo tiempo, él distribuye los distintos servicios y ministerios en su diócesis y preside en la caridad a toda la comunidad diocesana, a la que conduce como buen pastor, haciendo presente al único pastor, Jesucristo nuestro Señor. La comunión con el obispo por parte de los sacerdotes, los consagrados y los fieles laicos es signo de pertenencia a la Iglesia.

La tarea del obispo no es mandar, sino servir con la autoridad de Cristo. Y ese servicio le lleva a dar la vida por el pueblo que se le confía. Para D. Antonio es un paso más en la entrega de su vida, hasta gastarse por la Iglesia. Pedimos que sea un obispo santo.

Pidamos al Señor por los católicos de la diócesis de Alcalá, a los que D. Antonio tiene que servir, gastando su vida para que ellos tengan vida eterna. Precisamente ese es su lema episcopal, “para que tengan vida”, palabras de Jesús en su discurso del buen pastor: Yo he venido para que tengan vida, y la tengan abundante (Jn 10,10). D. Antonio ha estudiado y trabajado especialmente en el campo de la familia y la vida, y quiere hacer de su servicio episcopal un servicio a la vida en todas sus dimensiones. Es un obispo pro-vida, enhorabuena. Que el Señor prepare su corazón y por medio del sacramento del Orden en su plenitud pueda ser configurado con Jesucristo, cabeza, pastor, esposo y siervo de su Iglesia.

Os notifico también que él continúa en todos los cargos que tiene encomendados en la diócesis de Córdoba hasta su toma de posesión como obispo de Alcalá el próximo 10 de junio.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

La solidez de un pastor alegre

Las campanas de la Catedral de Córdoba lo han anunciado a las doce de la mañana del día 1 de abril. Es la gran noticia eclesial: don Antonio Prieto ha sido elegido por el Papa Francisco Obispo de la Diócesis de Alcalá de Henares. Se convierte así en el cuarto Obispo de la sede Complutense tras su restauración y también el cuarto de los Obispos españoles procedente de Córdoba en quince años. La Diócesis madrileña recibe a un obispo joven, experto en moral, hasta ahora Vicario General de la Diócesis; párroco in solidum de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Córdoba, antiguo rector del Seminario, profesor y autor de numerosas publicaciones en revistas, congresos y simposio. Un nombramiento con el que gana toda Iglesia de hoy. “El Papa se ha fijado en él y eso nos alegra enormemente”, ha escrito con motivo de este nombramiento el Obispo de Córdoba en su carta pastoral como síntesis del sentir de toda la Diócesis, que ha recibido la noticia con alegría, en medio del clima festivo que siempre depara el inicio de la Semana Santa.

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LIBRERÍA DIOCESANA

La Pasión en contemplaciones de papel

MEDITACIONES PARA GENTE CON PRISA

José María Rodríguez Olaizola, SJ
Editorial Sal Terrae

En la Pasión nos encontramos el amor y el miedo. La fragilidad que es capaz de asumir sus errores, y la que no lo hace y queda presa de la culpa y el remordimiento. La dureza de corazón y la compasión profunda. El perdón, el rencor, el egoísmo de quien busca su propia conveniencia. La fidelidad de quien no tiene miedo a arriesgarse por aquellos a quienes ama. La ternura, que aparece una y otra vez en los rincones más inesperados. Y nos encontramos, por supuesto, a Jesús. Es él el que, de una u otra forma, nos revela más sobre Dios y sobre el ser humano. Desde la entrega y desde el misterio. Desde los gestos concretos de su vida hasta el gesto último de la cruz abrazada.

Contemplar, nos dice José María Rodríguez Olaizola, es prestar atención al detalle; empaparse de lo que uno ve; dejar que, de algún modo, te remueva, te implique, te envuelva. Y es lo que él intenta hacer con el evangelio. En este libro se adentra en el relato de la Pasión. Y al hacerlo invita al lector a descubrir su afinidad con personajes y situaciones, a comprender un poco mejor a Jesús en este momento culminante de su vida y, tal vez, a reflexionar sobre la propia historia.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

Los tres “regalos” de la Semana Santa

Llega la Semana Santa, la Semana Mayor, y en bellísima expresión del poeta José García Nieto, en uno de sus versos: “La Semana del que ama”. Celebramos y vivimos el drama de la pasión y muerte de Cristo, con el esplendor de su gloriosa resurrección. Dios nos hace tres hermosos “regalos” en la Semana Santa.

Primer regalo: El regalo de su amor. “Tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo Único para salvarlo”. Benedicto XVI nos dejó estas tiernas palabras sobre el amor de Dios: “Dios cuida personalmente de mí, de nosotros, de la humanidad. No me ha dejado solo, extraviado en el universo y en una sociedad ante la cual uno se siente cada vez más desorientado. Él cuida de mí. No es un Dios lejano, para quien mi vida no cuenta casi nada. Dios me conoce, me quiere y se preocupa por mí”.

Segundo regalo: El regalo del “paraíso”. Pero, no mañana, ni más tarde, sino “hoy”. Así lo dijo Jesús al buen ladrón: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Abrirnos a Dios, a su Palabra revelada, a sus “susurros”, es “adentrarnos ya en el paraíso”.

Tercer regalo: El regalo de una “Madre”. Así lo dirá Jesús a su discípulo predilecto: “Ahí tienes a tu madre”. María, nuestra Madre, con su regazo maternal abierto siempre y en todo momento para la humanidad. María, al pie de la Cruz, «auxilio, refugio, consuelo nuestro».