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NÚMERO 815 • 25 DE DICIEMBRE DE 2022

VOZ DEL PASTOR

Navidad es

Jesucristo

HISTORIA GRÁFICA DE UN AÑO EN LA DIÓCESIS DE CÓRDOBA 2022

ENERO • FEBRERO • MARZO • ABRIL • MAYO • JUNIO

APUNTES

Convivencia de Adviento del Seminario

Los seminaristas del Seminario Conciliar “San Pelagio”, tanto del mayor como del menor, compartieron una jornada de convivencia junto al obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández.

Convivencia de familias en el Seminario

El pasado fin de semana, el obispo de Córdoba compartió un almuerzo con las familias de los seminaristas mayores y una jornada de convivencia en el Seminario Mayor San Pelagio.

Preseminario en el Menor

Un grupo de chicos de distintas parroquias de la Diócesis participaron el pasado fin de semana en un nuevo Preseminario.

Procesión de la Virgen de Belén

La Virgen de Belén, titular de la parroquia cordobesa del mismo nombre, brilló en la tarde del 17 de diciembre, en su primera procesión con motivo del 50 aniversario de la fundación de la parroquia.

Confirmaciones en la parroquia de la Esperanza

El pasado sábado, 17 de diciembre, el Vicario Episcopal de la Ciudad confirmo a 36 jóvenes de la parroquia de Ntra. Sra. de la Esperanza.

VOZ DEL PASTOR

Navidad es Jesucristo

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

El nacimiento de Jesucristo hace más de dos mil años ha llenado toda la tierra, ha empapado la cultura y las costumbres del mundo entero, ha llenado de luz nuestras calles y plazas, ha convertido estos días de fiesta en días de encuentro familiar y festivo. Realmente, Navidad suena y resuena en el corazón de todos los habitantes de la tierra como algo festivo y gozoso, como una invitación a la paz en las relaciones humanas. Se trata de un acontecimiento cristiano que influye notablemente en el diario vivir de todos los habitantes del planeta. Mucho más incluso que los días, también santos, de la semana santa y de los misterios que entonces celebramos.

No es fácil calibrar el nivel de fe con el que cada ciudadano vive estos días. Para los cristianos creyentes y practicantes estos días se convierten en días de avivar nuestra fe en el misterio que celebramos. Para otros no creyentes o con una fe lánguida son días festivos y de encuentro familiar o amistoso.

Me dirijo especialmente a los creyentes. El hecho de que todo esté empapado de navidad puede ser una dificultad para vivirlo con autenticidad, ya que son muchos los reclamos a nuestros sentidos para llevarnos a la dispersión. Navidad, sin embargo, son días para contactar más intensamente con el que viene a salvarnos, Jesucristo nuestro salvador. Son días de oración y de encuentro con él, son días de solidaridad con los hermanos.

El centro de la Navidad es Jesucristo. El misterio que celebramos sigue siendo asombroso: Dios Padre envía a su Hijo para compartir nuestra existencia y elevarnos a nosotros a la condición de hijos de Dios. La Navidad es el acercamiento de Dios en su Hijo para elevarnos a nosotros a la condición de hijos de Dios. Qué admirable intercambio, en el que los humanos salimos ganando por la condescendencia de Dios en la historia de la humanidad.

El Niño que nace es Dios, hijo eterno del Padre en la eternidad, que se hace hombre como nosotros en el tiempo, tocando nuestra realidad humana en todos sus aspectos, excepto en el pecado. Y todo lo que el Hijo de Dios ha tocado, lo ha redimido. Misterio que se ha realizado con la colaboración de una mujer: María santísima, la madre de Dios, la virgen por excelencia, la mujer de fe que ha concebido en su mente y en su vientre al Hijo eterno de Dios, dándole cuerpo, dándole nuestra carne.

El misterio de la encarnación, que celebramos en la Navidad, es el misterio del descendimiento de Dios desde el cielo tocando la tierra, tocando nuestra debilidad humana y sanando todo lo humano. No cabe humildad más grande, despojamiento más absoluto, empobrecimiento más chocante.

Jesucristo ha imprimido de esta manera un nuevo impulso a la humanidad en el camino de la divinización de todo lo creado, llevándolo por el camino del despojamiento y de la cruz a la gloria de la resurrección.

El misterio que celebramos establece una solidaridad humana irrompible. Todos los desheredados de la tierra encuentran en este misterio la recuperación de su propia dignidad perdida, o por culpa propia o por culpa de los demás. Los pecadores encuentran en este misterio el acercamiento de Dios que los llama a la amistad y a la filiación divina. Los que padecen la injusticia de los demás, que han pisoteado su dignidad por caminos de violencia, de abuso, de atropello de sus derechos encuentran en este misterio de la Navidad quien viene a devolverles lo perdido y mucho más.

Comulgar con Jesucristo nos lleva a comulgar con los más pobres de nuestro entorno y de la tierra. Acoger a Jesucristo que viene hasta nosotros nos lleva a acoger nosotros a quienes han sido despojados y sufren ese expolio. Navidad es fiesta de solidaridad profunda, la que nos ha traído el Príncipe de la paz.

Santa y feliz Navidad para todos.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

Un resumen del año en “Iglesia en Córdoba”

La revista de la diócesis de Córdoba ofrece un anuario con lo más destacado del año 2022. En las dos últimas publicaciones del año se recoge un breve resumen junto a una galería fotográfica de lo que ha sido el curso pastoral

“Iglesia en Córdoba” lanza una edición especial para cerrar el año haciendo un anuario con lo más destacado del año 2022.
Esta semana publica las noticias que marcaron de manera especial los seis primeros meses del año, junto a otras que han conformado la actualidad estos días.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

¡Feliz Navidad!

Desear “¡Feliz Navidad!” es tanto como desear que la Navidad se convierta en nuestra verdadera felicidad. Y unir la palabra “felicidad” a la Navidad, es “unirla a Jesús que nace en Portal de Belén”. Viviríamos así el maravilloso “ensamblaje” de nuestra “humanidad”, a la “divinidad”. Ciertamente, estos días han de ser para nosotros, jornadas de “contemplación y de reflexión”, junto al Niño Dios.

“El hermoso signo del pesebre, nos dice el papa Francisco, tan estimado por el pueblo cristiano, causa siempre asombro y admiración. La representación del Nacimiento de Jesús equivale a anunciar el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, con sencillez y alegría. El “belén”, en efecto, es como un Evangelio vivo que surge de las páginas de la Sagrada Escritura”. ¿Y por qué el “belén” suscita tanto asombro y nos conmueve? El Papa nos contesta con estas palabras: “Porque manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida”.

¡Feliz Navidad, Feliz Pascua de Nieve, desde la orilla de la fe más ardiente, junto a María y José, ante la cuna de Belén! Como nos ha sugerido nuestro Obispo, don Demetrio, en su felicitación navideña: “humildes y pobres, en castidad y con mucha alegría, recibimos al Niño y chiquito, que es Dios y grande”.