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NÚMERO 794 • 3 DE JULIO DE 2022

CLAUSURA DEL AÑO DE LA FAMILIA

Familias que
caminan acompañadas

CARGOS PASTORALES • NUEVO VICARIO Y RECTOR DEL SEMINARIO

APUNTES

Visita del arzobispo de Denver

Durante la pasada semana, visitó la diócesis de Córdoba el arzobispo de la arquidiócesis de Denver Samuel Joseph Aquila, quien fue recibido por Mons. Demetrio Fernández.

Colecta del Óbolo de San Pedro

En torno a la fiesta de San Pedro, el día 29 de junio, se celebra el Día del Papa y se lleva a cabo la colecta llamada del Óbolo de San Pedro. La colecta del próximo domingo servirá para colaborar con el ejercicio de la caridad del Papa.

16 de julio, procesión de la Virgen del Carmen

Las fiestas del Carmen en la ciudad tendrán como colofón el 16 de julio la procesión de la Virgen del Carmen. La imagen de Puerta Nueva saldrá a las 20:00 horas y visitará la Santa Iglesia Catedral.

Triduo al Sagrado Corazón de Jesús

Del 22 al 24 de junio, la parroquia del Carmen de Puerta Nueva celebró un Triduo al Sagrado Corazón de Jesús ante un grupo numeroso de fieles que se consagraron a este corazón para vivir unidos a Cristo.

VOZ DEL PASTOR

Tiempo de vacaciones

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

La vida conoce ciclos en los que se alternan el trabajo y el descanso, y hacen bien al cuerpo y al alma esta alternancia. Con tal que el descanso no sea obligado, o por falta de trabajo, o por enfermedad u otra causa. Ni el trabajo sea opresor, obligado y forzoso. La referencia la tenemos en el libro del Génesis: Dios hizo su obra durante seis días y el séptimo descansó (Gn 2,2-3).

De manera que el descanso, las vacaciones tienen también un sentido religioso, a imitación de Dios creador, como lo tiene el trabajo. En el trabajo, el hombre es colaborador en la obra de Dios, prolonga su obra perfeccionando el mundo creado. Y en el descanso el hombre participa de esa actitud divina, que al hombre le sirve para reconocer a Dios y lo que Dios le da en las etapas de trabajo.

Uno de los males de nuestro tiempo, producido por los ritmos de trabajo, es que el trabajo se acumula y lleva a emborrachar al hombre con la actividad. Más todavía si esa actividad es productiva, la avaricia hace al hombre insaciable de trabajo. Por eso, más que nunca necesita descansar, es decir, cambiar el ritmo de su actividad y darle tiempo a otras cosas importantes, a las que apenas presta atención cuando está embebido en el trabajo.

Las vacaciones sean tiempo de dedicar a Dios más atención. En vacaciones, haya más tiempo para la oración, para la lectura, para acercarse a Dios en los sacramentos, para descansar en el Señor. Estarían mal planteadas las vacaciones si sirvieran para olvidarse de Dios, si dejáramos de ir a Misa como solemos, si no cogiéramos un libro para reflexionar y alimentar nuestra alma, si abandonáramos la confesión y otras prácticas religiosas.

Las vacaciones sean tiempo para dedicar más tiempo a la familia. Los ritmos de trabajo y estudio, los horarios distintos de cada miembro de la familia hacen que apenas coincidamos en la convivencia familiar. Las vacaciones nos permiten, al menos en algunos días, volver a encontrarnos todos para compartir la misma vida, interesarnos unos por otros, constatar avances o estancamientos, sentirnos queridos en el seno de la familia. En la familia, uno llega a ser él mismo, es amado por sí mismo Y el corazón reclama ese intercambio de afectos que se dan en la familia.

Las vacaciones son ocasión de encontrarse con los amigos, cercanos o distantes a lo largo del año. Hay personas amigas, que no encontramos a lo largo del año, y las vacaciones permiten ese intercambio que restaura el corazón. Incluso, las vacaciones permiten hacer nuevas amistades, participar juntos en distintos eventos, completar esa formación permanente que necesitamos.

Las vacaciones permiten descansar más, hacer más deporte, viajar y conocer otros lugares. Es tiempo para dar gracias a Dios y resetearnos en los distintos aspectos de la persona. No nos olvidemos de Dios, que es el principal restaurador de nuestra vida.

Y no nos olvidemos de quienes no tienen vacaciones. O por enfermedad, o por pobreza de recursos o por cualquier otra razón. Oigo decir: en estos meses todo el mundo se va de la ciudad. No es cierto, mucho miles de personas no salen de la ciudad ni de los pueblos, se quedan en casa. Y a algunos ya les gustaría poder salir y darse algún paseo. Muchos de nuestros conciudadanos no saldrán de casa, y con un sencillo ventilador irán superando los rigores del calor en estas fechas y en estas latitudes. No nos olvidemos de ellos, particularmente de los niños y jóvenes, que viviendo junto a nosotros no tendrán vacaciones. Que este tiempo de descanso nos haga más solidarios y nos acerque a todos un poco más a Dios.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

CLAUSURA DEL AÑO DE LA FAMILIA

“Poneos a la escucha.
Dejaos transformar por Él”

En el Aula Pablo IV de Roma, los Delegados Diocesanos de Familia y Vida, Darío Reina y Pilar Gálvez, han escuchado al Papa Francisco anunciar cercanía, compasión y ternura de la Iglesia “al estilo de Dios” a todas las familias del mundo para clausurar el X Encuentro de la Familia, un tiempo de comunión en la Iglesia en torno a la encíclica Amoris Laetitia, que ha tenido en la familia toda guía y fin.

Seguir leyendo
LIBRERÍA DIOCESANA

Give: La caridad y el arte de vivir con generosidad

Magnus Mac Farlane-Barrow

Magnus Mac Farlane-Barrow relata en este libro como se enamoró de la caridad cuando estaba intentando ayudar a la gente de Bosnia. “Me cautivó. Ver cómo actuaban quienes la practicaban me hizo desear ser mejor persona. Desde entonces he seguido ese camino y me pregunto si me habré acercado más a mi destino. A pesar de todos los años que llevo matriculado en esta escuela de la caridad, sigo siendo un novato. Pero persisto, con el convencimiento de que Dios ama a los que se esfuerzan y de que la caridad está al alcance de todos”, asegura el autor.

En una aldea de Malawi, mientras el amanecer despuntaba, le formuló esta pregunta clave a las mujeres que se habían ofrecido como voluntarias para preparar la comida de los niños de esa escuela: «¿Por qué hacéis esto?». Una mujer delgada y con una tímida sonrisa se aclaró la garganta y respondió en voz baja: «Porque lo llevamos en el corazón». Sin que se diera cuenta, su sonrisa fue creciendo como el sol que nacía en ese momento justo detrás de ella.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

“Somos enviados especiales de Dios”

Las palabras del Papa Pablo VI resuenan hoy con palpitante actualidad, al leer el Evangelio de este domingo: «La orden dada a los Doce: «Id y proclamad la Buena Noticia» vale también, aunque de manera diversa, para todos los cristianos». Por esto, Pedro los define como «pueblo adquirido para pregonar las excelencias del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable» (1 Pedro 2, 9). Los sacerdotes y los religiosos no nos diferenciamos de los seglares porque unos tengan la misión de anunciar el Evangelio y otros no, sino por el modo de hacerlo. Los sacerdotes están llamados a hacerlo públicamente, en las reuniones del pueblo de Dios. Y los seglares, siendo «la Iglesia en el mundo», a través, sobre todo, del contacto personal en sus ambientes. El sujeto de la evangelización es la comunidad cristiana, toda ella, cada uno de sus miembros según su propio carisma. San Juan Pablo II lo proclamó abiertamente: «Si quieres crecer en la fe, anúnciala; si quieres fortalecerte en el amor y seguimiento de Jesucristo, proclámalos».

Jesús señala con claridad los rasgos de los 72 enviados: «La evangelización ha de ser orante, en pobreza y con alegría». Orante: «Rogad al Señor de la mies para que envíe obreros a su mies». En pobreza: «Con un estilo de vida sobrio, sencillo y solidario, con la confianza puesta en Jesús que camina a nuestro lado». Y con la alegría bajo el brazo: «La alegría de vivir ya aquello por lo que se lucha. Si el Evangelio es Buena Noticia significa que es portadora de alegría».

SÍNODO DE LOS JÓVENES

MARÍA LUCENA

Ángela Moyano pertenece al grupo de jóvenes San Juan de la Parroquia Purísima Concepción de Fuente Palmera

«Siento que la Iglesia cuenta conmigo»

¿Qué te animó a participar en el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba?

Lo que me animó fue que en este momento de la vida siendo adolescente tenemos menos libertad para hablar de nuestras ideas y sobre todo de Dios. Entonces lo que me dio un empujón fuerte para apuntarme fue saber que podría tener esa ayuda y esas respuestas a mis preocupaciones y dudas.

¿Cómo trabaja tu GPS habitualmente?

Normalmente nos reunimos los viernes. Comentamos temas actuales, hacemos Adoremus y de vez en cuando vemos películas sobre temas relacionados con Dios y las cuales podamos sacar conclusiones y nos pueda ayudar a mejorar en algún aspecto de nuestra vida.

¿Qué te parece esta iniciativa de la Diócesis para los jóvenes?

Me parece una iniciativa estupenda, ya que así nos permite a los jóvenes tener voz y tener respuestas para todas esas dudas que tenemos en el día a día. Ya que normalmente no podemos hablar de estas preocupaciones con cualquiera.

¿Qué puede aportar este Sínodo a tu vida de fe?

Lo que me puede aportar es el respeto que hay que tener por cualquier persona y sobre todo conocer ciertas cosas que desconocemos de Dios y así poder llegar a entender y poder relacionar todo eso con nuestra vida y así llegar a tener una fe plena.

¿Sientes que la Iglesia diocesana cuenta contigo?

Claro que siento que la Iglesia cuenta conmigo, por eso hacen estos grupos para que podamos entrar en ellos y sentirnos acogidos en ellos por los demás jóvenes.