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NÚMERO 781 • 27 DE MARZO DE 2022

500 ANIVERSARIO DE LA CONVERSIÓN DE SAN IGNACIO

Congreso Internacional

San Ignacio de Loyola

«PASIÓN DE LA MERCED» • VÍA CRUCIS DE UN INTERNO DEL CENTRO PENITENCIARIO

APUNTES

Visita Canónica a la Inspectoría María Auxiliadora

Desde Septiembre del 2021 y hasta Mayo del 2022, el P. Marcelo Farfán está haciendo la Visita Canónica a la Inspectoría María Auxiliadora. En estos días está visitando a las Casas Salesianas de la diócesis de Córdoba y se ha reunido con el
Obispo, en el Palacio Episcopal.

Confirmaciones en Fuente Carreteros

La parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe acogió las Confirmaciones de 23
fieles de la comunidad, de la mano del Vicario del Valle del Guadalquivir, José Ángel Moraño.

Vía Crucis en el Santuario de la Virgen de Araceli

El Real Santuario Diocesano de María Santísima de Araceli de Lucena acogió la celebración del Vía Crucis del Cristo del Perdón en el que se pidió por la resolución de los conflictos bélicos y por la paz.

VOZ DEL PASTOR

“Acoger y cuidar la vida, don de Dios”

Anunciación – Encarnación

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

Llegamos a esta fecha preciosa del 25 de marzo, 9 meses antes del nacimiento de Cristo. Vino el ángel de parte de Dios y entabló un diálogo con María, la llena de gracia, para anunciarle el plan divino de la redención por medio del Hijo hecho carne en su seno virginal. María dialogó con el ángel, no por plantearle dudas ni incertidumbres, sino para responder más conscientemente en su plena libertad al designio de Dios. La virginidad de María no era incompatible con su maternidad divina, al contrario, era la plenitud de esa virginidad, porque era una maternidad en la plenitud de la vitalidad maternal. Virgen y madre llegan aquí a su máxima expresión.

Preciosa escena, preciosa estampa, que los artistas han representado de múltiples maneras, intuyendo el misterio que esconde este diálogo del ángel con María. María acoge el plan de Dios y responde afirmativamente, entregando todo su ser virginal para ser madre de Dios. Esa fe de María, esa entrega se concreta en una palabra: fiat. Un sí mayúsculo y creciente, que en el Calvario se ensanchará para un parto doloroso en el que se convertirá también en madre nuestra. Y el Verbo se hizo carne a partir de ese momento. La encarnación de Dios ya no es un proyecto, es una realidad palpitante en el seno de María.

En este día celebramos la fiesta de la Vida. “Acoger y cuidar la vida, don de Dios”, nos señala el lema de este año. Dios se ha hecho embrión, ha comenzado a existir en todas las fases del feto hasta ser dado a luz en la noche de Belén. El misterio del Verbo encarnado ilumina hoy con luz propia esa fase oculta de la vida de todo ser humano. Desde la concepción somos personas. Desde el instante mismo en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, tenemos una nueva vida, una nueva persona, con todos los derechos de vivir y con todas las obligaciones de quienes le rodean para no interrumpir su proceso de maduración.

El sí a la vida encuentra hoy escollos a salvar, como es la reivindicación del derecho a decidir la matanza de esa vida, si no resulta placentera. El aborto se ha generalizado como si de beber un vaso de agua se tratara. Y por este camino son cientos de miles, de millones de personas que son asesinadas en el seno materno, con la colaboración de una sociedad que no se inmuta, que se ha insensibilizado ante la muerte de los inocentes. No podemos callar ante este genocidio, busquemos las formas adecuadas para que quienes tienen problemas con un nuevo nacimiento encuentren otro regazo que pueda acunar ese niño, en lugar del cubo de basura de un paritorio.

En la fiesta de la vida, encontramos otro reto, que va ampliándose como fruto del egoísmo que descarta a quienes no valen. Es la vida de los ancianos, de las personas terminales, de las que merecen cuidados paliativos y no los encuentran. La eutanasia no es solución, ni el suicidio asistido. La persona que está bien atendida no quiere morirse. Quien quiere morirse es porque ha sido descartada ya hace tiempo por quienes debieran cuidarla. Tenemos que revertir esa tendencia, saliendo al encuentro de quienes están solos, de quienes sufren situaciones irreversibles. La fe cristiana nos enseña que el sufrimiento es el principal ingrediente de la redención. Y todo el que sufre está llamado a ser colaborador en primera fila del misterio redentor, con Jesucristo, con María, con todos los santos.

En esta fiesta de la Anunciación – Encarnación, el Papa nos invita consagrar nuestras vidas al Corazón Inmaculado de María, a consagrar a Rusia y a Ucrania a este Corazón maternal. Estamos sufriendo los horrores de la guerra. Sólo una acción superior puede librarnos de este trance y librar a la humanidad entera de tanto sufrimiento. En las grandes ocasiones de la historia, María ha mostrado su maternidad protectora. También ahora quiere demostrarla, si la invocamos con fe. Nos unimos al Papa con el deseo de aportar nuestra colaboración para hacer que reine la paz en nuestras familias, en nuestro corazón, en el mundo entero.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

CÓRDOBA
22-25 JUNIO 2022

La figura de

SAN IGNACIO DE LOYOLA

centrará un Congreso Internacional en Córdoba

El encuentro se enmarca en los actos que la Compañía de Jesús celebra por el 500 aniversario de la conversión de San Ignacio (Ignatius 500). Incluirá un importante número de actividades paralelas y contará con la participación de más de 30 expertos nacionales e internacionales

Seguir leyendo
LIBRERÍA DIOCESANA

Cuaresma con los Santos Padres

Antonio Gonzalez Vinagre
Editorial Edibesa • Colección Ciclo Litúrgico

Este libro es un recurso para vivir con más intensidad el tiempo litúrgico de Cuaresma y Semana Santa, uno de los tiempos fuertes que marca la Iglesia para que los cristianos profundicen en su fe, en este caso desde el misterio de la Pasión y Muerte de Jesús.

Los destinatarios son todos los cristianos y se les ofrece en estas páginas tres sencillos elementos para alimentarse espiritualmente: un dato cultural, un texto de alguno de los Santos Padres y una oración.

Puede ser utilizado de forma personal o como una lectura comunitaria en la Liturgia de las Horas o en la Eucaristía diaria.

Cinco minutos de reflexión y oración pueden mantener viva la luz que alumbra el camino de penitencia y conversión hacia la Pascua.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

La parábola del padre bueno

El IV domingo de Cuaresma nos ofrece la parábola más conocida de Jesús, y tal vez la más repetida, es la llamada «parábola del hijo pródigo», y también llamada «parábola del padre bueno». Contemplemos un momento a los personajes: El hijo menor quiere ser libre, romper ataduras. No será feliz hasta que su padre desaparezca. El padre accede a su deseo sin decir palabra: el hijo ha de elegir libremente su camino. ¿No es así, en buena parte, la situación actual? Muchos quieren hoy verse libres de Dios, ser felices sin la presencia de un Padre eterno en su horizonte. Dios ha de desaparecer de la sociedad y de las conciencias. Y lo mismo que en la parábola, el Padre guarda silencio. Dios no coacciona a nadie. Luego, la aventura del hijo pródigo empieza a convertirse en drama. Sus palabras revelan su tragedia: «Aqui me muero de hambre». Y «entró dentro de sí mismo», reconoce su error y toma una decisión: «Me pondré en camino y volveré a mi padre». Aquel joven, podemos decir que «inventa los ejercicios espirituales». Contemplemos al padre, la mejor metáfora de Dios: «Conmovido» corre al encuentro de su hijo y lo besa efusivamente, le ofrece el perdón antes de que se declare culpable, lo restablece en su honor de hijo y organiza una fiesta para todos. Contemplemos al hijo mayor, un hombre de vida correcta y ordenada, pero de corazón duro y resentido. Al llegar a casa humilla públicamente a su padre, intenta destruir a su hermano y se excluye de la fiesta. Pero el padre sale tambien a su encuentro y le revela el deseo más hondo de su corazón: ver a sus hijos sentados a la misma mesa. ¡Qué maravilla de un Dios, Padre de ternuras y bondades!

SÍNODO DE LOS JÓVENES

INMACULADA VILLÉN

Inmaculada Villén es la líder del GPS “Jesús Nazareno” de Puente Genil

«Gracias al Sínodo sé que no estoy sola en el camino de la fe»

¿Qué te animó a participar en el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba?

En primer lugar, te impacta al proponerte como “líder” y quizás puedes pensar que no estás preparado para ello, pero la propuesta de grupo, al ser todos jóvenes con las mismas ganas de seguir a Cristo, te hace animarte y seguir adelante, sin duda la mejor decisión, aunque con la pandemia haya disminuido un poco la actividad del grupo.

¿Cómo trabaja tu GPS habitualmente?

Cuando empezamos, era simplemente compartir inquietudes, ahora trabajamos las fichas que nos proporcionaron la Diócesis de Córdoba y hablamos de un tema en concreto, el perdón, los mandamientos, la vocación… y si tenemos alguna duda la ponemos en común y damos nuestros diferentes puntos de vista, rezamos y nos encomendamos a Jesús y a la Virgen.

¿Qué te parece esta iniciativa de la Diócesis para los jóvenes?

Me parece muy interesante, porque obtenemos muchas respuestas y sobre todo conocemos gente con las mismas ideas o parecidas. También es una preparación para la JMJ y cada encuentro que hacemos del Sínodo es una experiencia inolvidable en la que se aprende mucho que toda formación es poca.

¿Qué puede aportar este Sínodo a tu vida de fe?

Cómo antes he dicho, respuestas y saber que no estoy sola en este camino, la gente que somos de pueblo notamos que en la parroquia cada vez hay menos jóvenes y la fe en solitario no se puede llevar a cabo, la Unión hace la fuerza. El Sínodo me está aportando amistades que sé que permanecerán siempre en mi vida.

¿Sientes que la Iglesia diocesana cuenta contigo?

Sí, siento que soy parte de ella, la Iglesia me escucha, me acompaña, y la Iglesia somos todos y tenemos mucho que seguir construyendo en ella en estos tiempos tan difíciles pero que con Dios todo es posible. La Iglesia somos todos.