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NÚMERO 772 • 23 DE ENERO DE 2022

VISITA AD LIMINA

«Vuelvo a la diócesis de Córdoba confirmado en la fe»

SAN FRANCISCO DE SALES • PATRONO DE PERIODISTAS Y ESCRITORES

APUNTES

Primer Consejo de Arciprestes del año

Tendrá lugar el jueves 27 de enero, a partir de las 10:30 horas, en el Palacio Episcopal. El tema central será la preparación del “Gran Encuentro Diocesano Sinodal” de la Diócesis que se celebrará el próximo 26 de marzo dentro de la fase
diocesana del Sínodo de los Obispos.

Reunión del Consejo Diocesano de Pastoral

Está previsto que el sábado 29 de enero se celebre en el Centro de Magisterio “Sagrado Corazón”, a partir de las 10:00 horas. El Vicario General, Antonio Prieto, presentará la fase diocesana del Sínodo de los Obispos. Por otro lado, se hará un recorrido por los cuatro itinerarios desde el Congreso Nacional de Laicos hasta el Sínodo 2021-2023, y se informará del “Gran Encuentro Diocesano Sinodal”, previsto para el 26 de marzo.

Las consecuencias del Covid-19 en el último informe FOESSA

Cáritas y la Fundación FOESSA han presentado el informe “Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España” en el que aseguran que es urgente valorar las consecuencias de la crisis de la pandemia sobre la estructura social, las condiciones de vida de las familias y la inclusión social.

INFORME
XXV Aniversario de la bendición del Simpecado de Córdoba

La hermandad del Rocío de Córdoba conmemora el XXV Aniversario de la Bendición del nuevo Simpecado. Para conmemorar esta efeméride, la Hermandad rociera celebrará la Sabatina del 20 de febrero, en la Santa Iglesia Catedral, a las 12:00 horas.

Domingo de la Palabra de Dios

El próximo domingo 23 de enero (III Domingo del Tiempo Ordinario) se celebra el “Domingo de la Palabra de Dios”. El papa Francisco instituyó esta Jornada el 30 de septiembre de 2019, con el fin de dedicar un domingo completamente a la Palabra de Dios.

VOZ DEL PASTOR

“Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”

Semana de oración por la unidad de los cristianos

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

Nos encontramos inmersos estos días, del 18 al 25 de enero, en la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Una de las primeras intenciones del corazón de Cristo desde su oración en el Cenáculo hasta el final de los tiempos: que todos sean uno. Jesucristo vive esa unidad profunda con el Padre y el Espíritu Santo y quiere proyectarla en toda la humanidad hasta formar una misma familia, en la que todos somos hermanos porque somos hijos del mismo Padre.

Pero el pecado rompe la unidad: la unidad con Dios, la unidad de la persona, la unidad de la comunidad y la armonía con el universo. Por eso, la acción redentora de Cristo consiste en llevarnos a todos a la unidad, en recomponer las rupturas y reparar las heridas. Somos incapaces de vivir unidos en la familia, en cualquier comunidad, en el mundo entero, si no abrimos nuestro corazón a la acción de la gracia que nos sana y nos redime. La Semana de oración por la unidad de los cristianos nos ayuda a caer en la cuenta de todo esto. La unidad es posible, está a nuestro alcance, porque Cristo nos ha reunido en un solo cuerpo mediante su sangre derramada en la Cruz. Merece la pena trabajar por la unidad, respondiendo al impulso del Espíritu Santo, espíritu de amor, espíritu de unión.

Las distintas Iglesias de Oriente nos proponen el lema de este año: “Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo” (Mt 2,2). En medio de tantas tensiones en que vive la humanidad entera, y más concretamente la zona de Oriente medio, sólo una luz que viene de lo alto nos puede orientar en este camino. Y una luz que provoca en nosotros una actitud de adoración. La estrella, que orientó a los Magos hasta Belén, es signo del camino de la fe, que tenemos que recorrer en actitud de humildad y de adoración. Reconocida esa luz, hemos de darla a conocer a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, puesto que la Iglesia ha recibido de su Maestro Jesucristo el mandato misionero de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio a toda criatura.

Llegados estos días, y durante todo el año, caemos en la cuenta de que nunca llegaremos a la unidad si nos encastillamos en nuestras diferencias. La mente y el corazón han de estar abiertas al don de la unidad, que viene de lo alto, superando las rupturas históricas que han generado la división. Jesús pide al Padre que todos sean uno, y añade la razón: para que el mundo crea. Europa, cuyas raíces cristianas son innegables, va perdiendo su identidad cristiana y por ello le será más difícil superar las divisiones y rupturas.

Aquella ruptura del año 1050, que separó Oriente de Roma, y la otra más grande aún de 1520, que separó gran parte de la población europea de la comunión con el Papa, van siendo superadas en el movimiento ecuménico de hace más de un siglo. Cristianos de todas las Iglesias y Comunidades vamos aprendiendo a mirarnos como hermanos, y aunque todavía no sea plena la comunión, se han dado pasos de gigante en el acercamiento recíproco.

Continuemos por ese camino, sabiendo que el ingrediente principal es la oración por la unidad, que en estos días hacemos más intensa. Este domingo tercero del tiempo ordinario es, además, el Domingo de la Palabra, con el lema: “La Palabra de Dios alimenta la vida”. La Palabra de Dios es el alimento del camino, junto con la Eucaristía, la Palabra hecha carne. Todos los cristianos tenemos en común la Palabra de Dios, y en torno a esa Palabra podemos reunirnos para recibir la luz que viene de lo alto, la estrella que guio a los Magos y quiere guiar nuestras vidas. Ese caminar juntos, esa sinodalidad, es una dimensión esencial de la Iglesia.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

SAN FRANCISCO DE SALES

Patrono de periodistas y escritores

Posverdad para el fin del espíritu crítico

Periodistas y escritores tienen en san Francisco de Sales a su patrono. Ordenado Sacerdote a los 26 años tras renunciar a una prometedora carrera como magistrado, desarrolló una intensa actividad literaria y redactó folletos que se distribuían entre la población a modo de pasquines diarios con la intención de llevar la Verdad a todos. El Papa Pío XI reconoció su patronazgo en 1923.

Cada 24 de enero, el oficio de contar lo que acontece se detiene para revisar su trayectoria y enfocar los nuevos retos, en un tiempo de desafíos en el que las tecnologías de la información intervienen en el discurso periodístico y modelan la visión del mundo. Es momento de reflexionar sobre las consecuencias en el hombre de hoy de un nuevo modelo de comunicación social

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LIBRERÍA DIOCESANA

Estaciones del Víacrucis

POR LAS CALLES DE CÓRDOBA

Agustín Paulo Moreno, Jesús Moriana y José Juan Jiménez
Editorial Palabra

La Hermandad del Víacrucis celebra 50 años desde su fundación en 1972. La Comisión del Aniversario fundacional encargó a tres sacerdotes la elaboración de este sencillo libro, en el que el obispo de Córdoba ha querido motivar esta oración piadosa en el Prólogo recordando al Beato Álvaro de Córdoba y que «en el viacrucis de nuestra vida, va Jesús delante, vamos acompañados por su Madre bendita», explica uno de los autores, Agustín Moreno.

“La Hermandad entera medita las tradicionales 14 estaciones, por la boca de 3 sacerdotes hermanos de la misma, que quieren expresar en ellas sus sentimientos y su experiencia de Dios. El recorrido que anualmente se hace por las calles de nuestra ciudad quiere quedar plasmado en estas breves meditaciones que nos llevan siempre a mirar a Cristo, a ese Santo Cristo de la Salud, al que acompañamos durante el recorrido procesional, pero que nos acompaña a nosotros el resto del año”, expresa otro autor, Jesús Mª Moriana.

Las estaciones comienzan con su respectivo enunciado, al que sigue un texto de la sagrada Escritura, una meditación y una oración final que termina en súplica.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557. Facebook

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

El Domingo de la Palabra

A lo largo de esta semana, los obispos de las provincias eclesiásticas de Sevilla, Granada y Mérida-Badajoz, han realizado en Roma, la «Visita ad Limina»: Eucaristía en las cuatro basílicas mayores, informes entregados a los distintos Dicasterios vaticanos y el «Encuentro» con el papa Francisco, jornada central de esta visita, que, en palabras de nuestro obispo, monseñor Demetrio Fernández, es «una ocasión para dar gracias a Dios y recibir orientaciones de quienes gobiernan la Iglesia universal».

Celebramos este III Domingo del Tiempo Ordinario, «el Domingo de la Palabra de Dios», instituido por el papa Francisco, quien nos ha vuelto a recordar «la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el pan en la comunidad de los creyentes». Esta celebración nos deja tres hermosos mensajes: Primero, Dios está cerca. Su Reino ha bajado a la tierra. Dios está con nosotros. El tiempo del distanciamiento terminó cuando en Jesús Dios se hizo hombre». Segundo, la Palabra de Dios es antídoto contra el miedo de quedarnos solos ante la vida. Su Palabra «con-suela», es decir, está con quien está solo. Tercero, la Palabra tiene también una «fuerza particular», es decir, incide en cada uno de modo directo, personal.

Y Francisco subraya: «No renunciemos a la Palabra de Dios. Es la «carta de amor» escrita para nosotros por Aquel que nos conoce como nadie más. Leyéndola, sentimos su voz».

SÍNODO DE LOS JÓVENES

ALBA PERALES

«El Sínodo ayuda a los jóvenes a unirse a Cristo»

Alba Perales pertenece al grupo joven de la parroquia Ntra. Sra. de la Anunciación de Belmez

¿Qué te animó a participar en el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba?

La parroquia de Belmez lleva poco tiempo como Grupo Joven, pero en 2019 comenzamos a colaborar con la escuela diocesana de tiempo libre, Gaudium. A través de ellos y nuestro párroco, don Juan Luis Carnerero de la Torre, descubrimos el Sínodo de Jóvenes de Córdoba y fue el momento en el que decidimos unirnos varios jóvenes de Belmez, Peñarroya-Pueblonuevo y la aldea de los Panchez, de Fuente Obejuna. Actualmente, en nuestro Grupo Joven hay tanto monitores como catequistas de la parroquia Nuestra Señora de la Anunciación.

¿Cómo trabaja tu GPS habitualmente?

Cada mes realizamos una reunión de todos los miembros del grupo de la parroquia. Nuestro grupo joven se llama Grupo Joven de la Anunciación, en la que realizamos la catequesis que corresponde en ese mes, hablamos sobre el tema propuesto y exponemos la diversidad de opiniones; al final de la sesión nuestro párroco presenta la visión de la Iglesia sobre el tema. También organizamos diversas actividades para reunirnos como son las convivencias.

¿Qué te parece esta iniciativa de la Diócesis para los jóvenes?

Creo que es una buena iniciativa que tiene el objetivo de acercar a los jóvenes a la Iglesia y aumentar así la fe y la vocación. En la actualidad, es importante fortalecer esta unión entre los jóvenes. Tenemos otro reto, porque cada vez hay más jóvenes que no quieren saber nada de la Iglesia ni de la buena noticia del Evangelio. Esta iniciativa ayuda a los jóvenes a unirse a Cristo de una manera más sólida, generando así un vínculo más fuerte con Cristo y una fe consolidada a través de diversas actividades que se proponen a lo largo del año.

¿Qué puede aportar este Sínodo a tu vida de fe?

El Sínodo me ayuda a aumentar mi fe en Cristo, a fomentar una mayor alegría al poder compartir mi testimonio como cristiana con diferentes jóvenes de la diócesis de Córdoba, ya que veo que no soy la única que expone su fe de manera libre y segura.

¿Sientes que la Iglesia diocesana cuenta contigo?

Sí, siento que cuenta conmigo y que escucha mis propuestas, al igual que la de todos los jóvenes de Córdoba. Aunque no puedo mentir, hace un tiempo me asustaba proponer algo por miedo a que no saliera hacia delante o no se escucharan mis propuestas; pero afirmo que cada propuesta es oída y si es posible aprobada. He podido corroborar que nuestra Diócesis quiere que la fe se propague de los más jóvenes hasta las personas más mayores y que todos y cada uno de nosotros, anunciemos el Evangelio. Los jóvenes, a través del ocio y tiempo libre, hemos conseguido fomentar nuestro testimonio de fe dándonos a conocer y dando a conocer a Cristo a los más pequeños.