Monseñor Demetrio Fernández presidirá la Ordenación de Diáconos de Pedro Jesús del Pino, Pablo Fernández de la Puebla, Jesús Lérida, H.N, Abraham Luque y Manuel Millán el próximo 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la Santa Iglesia Catedral.
APUNTES
La casa de espiritualidad San Antonio acoge un retiro para matrimonios
Proyecto Amor Conyugal en colaboración con la Delegación de Familia y Vida organiza esta tanda que se celebrará el 10 al 12 de diciembre.
Las inscripciones se pueden realizar a continuación. Para cualquier duda se puede escribir un correo electrónico a coproyectoamorconyugal@gmail.com.
VOZ DEL PASTOR
La Inmaculada nos trae cinco nuevos diáconos
QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:
Nos encontramos en uno de los momentos más bonitos de año litúrgico: el adviento, tiempo de espera y esperanza. Viene el Señor a nuestras vidas, a nuestro mundo y a nuestra historia. Quiere entrar más y más en nuestro corazón, viene a cambiar el mundo y a cambiar la historia. Nos trae la salvación y la libertad. Nos libra del pecado y de la muerte eterna. Nos libra del poder del Maligno, de Satanás. Quiere hacer un mundo más fraterno y más humano, un mundo más divino donde Dios sea conocido, acogido y amado. Abre tu corazón, que viene el Señor.
El fruto más valioso de la redención de Cristo se llama María. El que viene a salvarnos ha volcado en ella las gracias más abundantes, librándola del pecado, incluso del pecado original antes de contraerlo. La existencia de María ha sido un continuo “Sí” a la voluntad de Dios. Es toda santa, toda pura, toda hermosa. Ella es la primera redimida, la más redimida, la mejor redimida. Esta fiesta de la Inmaculada nos llena de inmensa alegría. Nos preparamos estos días a esta fiesta tan bonita, en la que María irradia su belleza y su hermosura sobre cada uno de nosotros. Bajo su amparo nos acogemos.
Y por la Inmaculada, este año nos llegan cinco nuevos diáconos, jóvenes seminaristas, que pronto serán ordenados presbíteros, rejuveneciendo nuestro presbiterio de Córdoba.
Proceden de nuestra diócesis y uno pertenece al Hogar de Nazaret. Cada uno de ellos y su vocación perseverante es un regalo de Dios para su Iglesia.
En el sacramento del diaconado, primer grado del sacramento del Orden, el candidato es ungido con el Espíritu Santo por la imposición de manos del obispo, configurando su corazón con Cristo Siervo de Dios y de su Iglesia. La alegría de la fiesta de la Inmaculada se ve desbordada por la alegría añadida de estos nuevos diáconos, que consagran su vida al Señor y a los hombres.
En la ordenación diaconal el candidato consagra su vida entera a Dios en el celibato para toda la vida por el Reino de los cielos. Estamos ante un momento clave en la vida de estos jóvenes. La llamada de Dios, que ellos han discernido en la oración y con el consejo de sus formadores, es una llamada a dar la vida entera, entregando el propio corazón al Corazón de Cristo directamente, sin intermediarios, de manera total y para siempre. Se trata de un verdadero desposorio con Cristo y con su Iglesia. Desposorio con Cristo, porque él viene a llenar la necesidad honda de amor que todo corazón humano tiene. Y desposorio con la Iglesia, porque Cristo configura el corazón del ordenado haciéndolo semejante al suyo, como esposo de la Iglesia por la que entrega la vida.
En la vida de estos jóvenes se palpa que Jesucristo no es una idea ni un proyecto, sino una persona viva que tiene corazón capaz de enamorar corazones humanos. Sería imposible dar este paso al frente si uno no ha experimentado este amor personal en su propio corazón. Por una persona así vale la pena jugarse la vida, incluso perder la vida, sabiendo que es el mejor negocio, porque sólo así la encontrará. Y esta vida entregada en totalidad será fuente de fecundidad sobrenatural para muchos. La vida de Dios fluirá por sus manos y por su corazón para llegar a muchos, que encontrarán a Dios gracias a su ministerio.
El testimonio de estos jóvenes diáconos se convierte así en estímulo para muchos en la vida eclesial. Suscitará en unos el impulso a responder de la misma manera, y en todos a ser fieles a la vocación a la que Dios llama a cada uno. Porque todos somos llamados a la santidad por los caminos cristianos que ya conocemos. Para toda la Iglesia, para la diócesis de Córdoba concretamente, es un motivo de inmensa alegría.
Acompañamos a estos jóvenes diáconos con nuestra oración y nuestro apoyo. Y oramos con toda la Iglesia para que el Señor los mantenga firmes en su propósito hasta el final de sus vidas. Son una gran aportación a la vida eclesial de nuestra diócesis, y por ello damos gracias a Dios y estamos contentos.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba
ASOCIACIÓN CULTURAL BELENISTAS DE CÓRDOBA
La tradición de recrear el tiempo del niño Dios
Costumbristas, monumentales, realistas…los Belenes son un paisaje abierto a la creatividad, donde la ternura de Jesús en el pesebre, junto a la Virgen y San José, es núcleo irradiante. Toda composición sirve para crear ambientes diversos y sorprendentes que hunde sus raíces en la tradición española belenista desde que Carlos III trajo esta tradición desde Italia, ya que había sido Rey de Napoles. Mucho antes, San Francisco de Asís realizó el primer Belén. La idea le surgió durante un viaje a Palestina; un año después, al visitar al Papa Honorio III, pidió permiso para poder representar la Navidad. Aquella primera representación tuvo lugar en 1.223 en una cueva de Greccio. Muchos siglos después, la tradición belenista tiene en Córdoba un digno exponente: la Asociación Cultural Belenista de Córdoba.
Adviento y Navidad 2021. La alegría de la espera. Lectio Divina para tiempos fuertes
LA ALEGRÍA DE LA ESPERA
Publicaciones Claretianas
Un libro para encontrarnos con Dios en su Palabra durante los tiempos de Adviento y Navidad es “Adviento y Navidad 2021. La alegría de la espera. Lectio Divina para tiempos fuertes”.
Un año más, antes de comenzar el nuevo año litúrgico, retoma su andadura en las librerías este libro con una edición especial por el 50 Aniversario de la editorial Publicaciones Claretianas.
«Es la Palabra de Dios la que suscita la fe, la alimenta, la regenera. Es ella la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su lógica, que tan distinta es de la nuestra; es la Palabra de Dios la que renueva continuamente nuestras comunidades… Creo que todos podemos mejorar un poco bajo este aspecto: volvernos todos más oyentes de la Palabra de Dios, para ser menos ricos de nuestras palabras y más ricos de las suyas» (Papa Francisco).
El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.
AL TRASLUZ
ANTONIO GIL. Sacerdote
María escucha al mensajero de Dios
En el corazón del Adviento, celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, dogma decretado en 1854 por el papa Pio IX. Dios preservó a María, desde el momento de su concepción de toda mancha o efecto del pecado original. Contemplando a la Virgen, recordamos las primeras palabras que Dios le dirige a través de su mensajero, el arcángel Gabriel.
“Alégrate”. Es lo primero que María escucha de Dios y lo primero que hemos de escuchar también hoy. A veces, entre nosotros, falta alegría. Y cuando falta la alegría, la fe pierde frescura, la cordialidad desaparece, la amistad se enfría.
“El Señor está contigo”. No estamos ni podemos sentirnos huérfanos. Vivimos invocando cada día a un Dios Padre que nos acompaña, nos defiende y busca siempre el bien de todo ser humano.
“No temas”. Son muchos los miedos que nos paralizan: Miedo a la pandemia que no cesa, a las enfermedades, al mundo moderno y a una sociedad descreída. Miedo a un futuro incierto. Es urgente construir la Iglesia de la confianza.
“Darás a luz un hijo le pondrás por nombre Jesús”. También a nosotros, como a María, se nos confía una misión: Contribuir a poner luz en medio de la noche. Hemos de ayudar a los hombres y mujeres de hoy a descubrir a Jesús. María escucha al mensajero de Dios. Escuchemos nosotros a los mensajeros que Dios nos envía.
don Juan de Cepeda y Torres Montes

Nace en Osuna (Sevilla) y recibe las aguas bautismales en la iglesia colegial ursaonense el 30 de octubre de 1663, actuando de padrino, don José de Cepeda. Primogénito de don Pedro de Cepeda y Vega Serrano y doña Antonia Elvira de Torres Montes y de Herrera, su linaje presumía de ser descendientes de Santa Teresa de Jesús –su quinto abuelo era primo hermano de la insigne reformadora carmelita–, «honra y espejo de nuestra España y cristiandad». Aparece en los registros municipales como hijodalgo de la ciudad desde 1691, además de alcaide y regidor perpetuo de Osuna (1718) y caballero de la orden de Santiago (1677). Contrae matrimonio con la aguilarense doña Teresa Ángela de Toro Palma y Vega en 1690, con la que tiene los siguientes hijos: Elvira –religiosa carmelita–, María Margarita –casada con don Cristóbal de Govantes y Céspedes-, José (1696), Teresa (1693) –esposa de su primo hermano, don Francisco de Toro Sotomayor–, Francisco (1709) y Juan –clérigo de menores–.
Fechado a 8 de febrero de 1709 –justamente, casi a los dos años de haber ingresado su hija Elvira en este Monasterio–, localizamos un documento de concierto de los maestros doradores y estofadores de Sevilla, Simón Hipólito Rodríguez y Lucas de Ávila, con el batihoja hispalense Pedro Bruno López, para que les proporcione ciento cincuenta libros de oro, al objeto de cumplir con la obligación que habían contraído con don Juan de Cepeda para dorar «en el convento de religiosas de Carmelitas Descalzas de la villa de Aguilar los marcos del cuerpo de la iglesia, que son nueve, con los dos que tiene la reja del coro alto que se le habían de hacer dos molduras de media luna, y las tuberías y bóveda del cuerpo de la iglesia, y asimismo las lunetas debajo del coro, las dos pilastras con sus perfiles de oro y juguetes revestidos de colores finos, y también la cornisa [que debían] dorar y poner en la misma forma que está en la de la capilla mayor». Toda la obra ascendió a 6.600 reales, más 16 pesos escudos de ayuda de costa, pagaderos en los dos plazos estipulados previamente.
Continuará…
«Inmaculada Concepción»
Realizada en madera tallada, policromada y estofada, es obra de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, con una profunda restauración practicada en el primer tercio de la centuria decimonónica. Conviene recordar que la devoción inmaculista está presente en la Orden del Carmelo desde 1306; no en vano, llegó a ser su fiesta principal hasta comienzos del Seiscientos.
SÍNODO DE LOS JÓVENES
DAVID MONTES
Clara Caballero pertenece al GPS de la Sagrada Familia (SAFA) y espera que nadie se quede sin vivir la felicidad que da Cristo
¿Qué te animó a participar en el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba?
La verdad es que me apunté al Sínodo antes de saber lo que era, fue una de esas veces que el Espíritu Santo lo va haciendo todo en silencio y te sorprende. Cuando descubrí el Sínodo más en profundidad hubo un punto especial que me enganchó, y es que el proyecto era para todos y nadie se quedaba fuera, fue una llamada de atención total a la necesidad que tiene el mundo de ser escuchado.
¿Cómo trabaja tu GPS habitualmente?
A la hora de responder las preguntas, hay veces que nos concentramos mucho, otras veces no tanto, reconocemos que ha sido muy difícil mantener la ilusión del primer año con la pandemia de por medio, pero yo creo que el verdadero bien que se ha ido produciendo es el esfuerzo de cada uno por escucharnos verdaderamente y por mantener la ilusión en las cosas más pequeñitas.
¿Qué te parece esta iniciativa de la Diócesis para los jóvenes?
Me parece urgente. Creo que la necesidad de escucharnos unos a otros, de acompañarnos y sabernos necesitados unos de otros era muy urgente ¡y lo sigue siendo!
Poner de verdad la mirada en el corazón de los otros nos va haciendo más humildes y nos obre los ojos a las verdaderas necesidades que tiene la Iglesia, si desconocemos estas necesidades seguiremos funcionando por inercia, ¡y así no dejamos lugar a que el Espíritu Santo haga lío!
¿Qué puede aportar este Sínodo a tu vida de fe?
Desde el momento que empecé en el Sínodo me sentí profundamente llamada a la Santidad, no como algo lejano, sino como algo que tenía que construir desde el ahora.
Iba a ser imposible contagiar fe, alegría y dar amor a otros jóvenes necesitados de ello si yo misma no tomaba la decisión diaria de elegir al Señor una y otra vez, por encima de lo que me apetecía, de lo que sentía.
Formar parte del Sínodo me hizo redescubrir mi fe y mi libertad.
¿Sientes que la Iglesia diocesana cuenta contigo?
Sí, soy realmente feliz en la Iglesia y me encantaría que nadie se quedase sin vivir la felicidad que da Cristo