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NÚMERO 763 • 21 DE NOVIEMBRE DE 2021

SANTA CECILIA, PATRONA DE LA MÚSICA

La música, al servicio de la Palabra de Dios

CASA-HOGAR VIRGEN DE ARACELI DE PICOTA PARA LA PROMOCIÓN DE LA MUJER

APUNTES

Torneo de Fútbol

El Seminario Menor organizó el pasado fin de semana el décimo tercero Torneo de Fútbol en el que participaron doscientos cincuenta chicos de distintas parroquias y colegios religiosos de la Diócesis.

Reconocimiento de la Guardia Civil al Cabildo

La Dirección General de la Guardia Civil ha hecho entrada de un reconocimiento al Cabildo Catedral en agradecimiento por la colaboración prestada durante la semana institucional de la Guardia Civil celebrada en Córdoba este año.

ARRANCA “PUERTA VERDE”

La parroquia de Santa Luisa de Marillac ha comenzado los sábados de “Puerta Verde”, tejiendo una red de solidaridad y ayuda con quienes más lo necesitan.

Día Mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico

Este domingo, 21 de noviembre, el Apostolado de la Carretera promueve el “Día Mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico”. Por ello, se ha pedido hacer presentes en las celebraciones litúrgicas a los que han muerto trágicamente en la carretera y han dejado un gran vacío en el corazón de sus seres queridos.

Confirmaciones en Argallón

Un grupo de jóvenes de la parroquia de San Juan Bautista de Argallón recibió el Sacramento de la Confirmación el pasado 19 de noviembre, de manos del Vicario de la Sierra, Juan Luis Carnerero.

VOZ DEL PASTOR

Viva Cristo Rey

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

Suena a grito de guerra, y sin embargo es una jaculatoria, una invocación religiosa. Es la confesión valiente y llena de entusiasmo de Cristo como Señor, como Dueño de la vida y de la historia, como Señor de vivos y muertos. Es el grito con el que han muerto miles de hombres y mujeres, expresando un amor más grande que la muerte. Un amor a Cristo y a los mismos asesinos a los que perdonaban en el instante de su ejecución. Se ha convertido en santo y seña de los mártires del siglo XX por todos los lugares de la tierra.

San Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales plantea la elección entre el Rey eternal y el rey terrenal. Este, el rey terrenal, te ofrece éxitos, aplausos, placeres, poder y  riqueza; pero todo se acaba y se esfuma, dejando disgusto y decepción, poniendo incluso en peligro tu salvación eterna. Por el contrario, el Rey eternal es Jesucristo, que te ofrece oprobios y menosprecios, cruces y desprendimientos; y por ese camino en su seguimiento, la vida eterna y feliz para siempre. Esta sabiduría que viene de lo alto no todos la han entendido, pero quienes la entienden, aciertan con el sentido profundo de la vida, de su propia vida.

La fiesta de Cristo Rey es el último domingo del año, es el colofón del Año litúrgico, en el que año tras año celebramos el misterio de Cristo, cuyo final será recapitular todo en Cristo, para que él presente su Reino al Padre, es decir la conquista de los corazones por la vía del amor. Celebrar un año más esta gran fiesta nos sitúa en la elección de seguir a Cristo de manera eficiente, por el camino que él ha recorrido para reinar con él para siempre.

El título de rey no se lo damos nosotros a Jesús, sino que es Jesús mismo el que se proclama como tal en el momento supremo de su juicio y condena a muerte en la cruz. Conque tú eres rey? -le preguntó Pilato. Y Jesús respondió: “Tú lo dices, yo soy Rey. Yo para eso he nacido y para eso he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha su voz”.

Había evitado Jesús que lo consideraran rey, sobre todo para no inducir a confusión, porque le hubieran aclamado rey temporal y político. Pero en este momento final de su vida en la tierra recibió la aclamación de los niños hebreos que salieron a su encuentro con ramos de olivo y aclamaban: -Hosanna al Hijo de David, expresando de esta manera la condición regia de Jesús. Y él se dejó aclamar en este tono real.

Verdaderamente, Jesús es rey. No al estilo de los príncipes de este mundo, sino rey por el camino del amor. Jesús es rey porque ha venido para llevarnos con él, y su conquista no es por la fuerza ni el engaño, sino por el camino del amor y de la verdad. Jesús es rey, porque se ha abajado como nadie hasta nuestra altura, ha recibido de nosotros desprecios de todo tipo, hasta la misma muerte en cruz. Y sin embargo, sigue mostrándonos su amor, su perdón, su misericordia. Jesús es rey y sigue ejerciendo como tal desde la cátedra de la cruz, convertida así en cátedra de amor verdadero.

Su reino es un reino eterno y universal, como proclama la liturgia de este día. Es el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz. Nosotros queremos militar en este reinado, seguir la bandera de este Rey eternal, difundir por el mundo entero el reinado de Cristo, que es un reino de amor fundado en la verdad, un reino que acoge la gracia y la misericordia, un reino que busca la justicia y la paz.

Fiesta de Cristo Rey, para aclamar con nuestras voces y con nuestro corazón al Rey eternal, que ha conquistado nuestros corazones con el amor de su Corazón.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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LIBRERÍA DIOCESANA

Dos regalos maravillosos

EL MATRIMONIO CRISTIANO Y EL CELIBATO POR EL REINO DE LOS CIELOS

Cristián Sahli Lecaros

Ediciones Rialp • Colección Patmos

El matrimonio y el celibato son modos de amar, caminos de amor y regalos de Dios, que cuenta con nuestra libertad y nuestros sentimientos para corresponder felizmente a sus dones. De esto trata este nuevo libro de Cristian Sahli Lecaros, en el que asegura que “somos felices cuando nos convertimos en un don para los demás”. Al querer a otros, entregando generosamente todo lo nuestro, entendemos que hay mayor felicidad en dar que en recibir. El amor puede darse entre Dios y el ser humano, y entre estos últimos entre sí. El matrimonio y el celibato son dos modos de amar, caminos de amor y regalos de Dios.

En este libro, el autor reflexiona sobre el compromiso y la generosidad, la madurez y la renuncia, la compañía y la fidelidad, ofreciendo consejos de gran utilidad para convertir nuestro camino en la tierra en un camino de amor.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

Jesucristo, Rey del universo

El Año Litúrgico se cierra con la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo, instituida por el papa Pio XI, en el año 1925, en un contexto que poco tiene que ver con el que vivimos en el siglo XXI. Tres grandes invitaciones en este dia:

Primera, contemplar a Jesús, mirarle sólo a Él, centrarnos solo en Él. “No adoréis a nadie más que a Él…”.

Segunda, contemplar su reinado, grabar en nuestras vidas sus más hermosos destellos. El reinado de Jesús es un reinado de hombres y mujeres libres, no de esclavos y sometidos. Cuando Jesús se proclama “rey” es precisamente el momento en que, inerme, se entrega totalmente, en un amor y servicio llevado a sus últimas consecuencias.

Tercera, vivir en plenitud los cuatro hermosos destellos del reinado de Cristo, ensalzados por san Juan XXIII, en su encíclica Pacem in terris: “Verdad, amor, justicia y libertad”. La verdad nos hará libres, con la libertad de los hijos de Dios; el amor nos convertirá en hermanos, con un profundo sentido fraternal de historia; la justicia nos hará solidarios, con los más pobres y desamparados del mundo; y la libertad nos hará auténticos, con el corazón abierto de par en par a la rosa de los vientos. Como nos ha dicho el papa Francisco: “En mitad de un mundo que duerme agazapado entre pocas certezas, los humildes preparan la revolución de la bondad”.

«Las Descalzas» de Aguilar (IV):
Consagración del templo y primera Comunidad

Siguiendo la «Crónica…» del padre Alonso de Torres, sabemos que, tras dos años de duro trabajo en las obras de edificación por parte de don Rodrigo de Varo y tras vencer algunos trámites impuestos por el Consejo de Castilla, el 16 de noviembre de 1671 se colocaba el Santísimo Sacramento, el Padre Provincial de los Carmelitas Descalzos celebraba el Sacrificio de la Misa y, en solemne procesión, ingresaban las fundadoras en el nuevo Monasterio, siendo de la admiración de todo el vecindario. Según el cronista, nadie daba crédito «de ver conseguido lo que tuvieron por imposible y más considerando que en fábrica, dotación y demás cosas necesarias, había pasado el gasto de cien mil ducados, sin haber menoscabo nada de la hacienda de sus hijos, solo con los copiosos frutos que le daba Dios Nuestro Señor y con las limosnas que, en tan breve tiempo, solicitó a la expensas de fatigas muy penosas».

En relación a las hermanas fundadoras, según el padre Silverio de Santa Teresa (OCD), el Definitorio general mandó llamar del convento de Beas de Segura a la madre María de San José, para que fuese el espíritu que alentara la nueva fundación; de igual modo, hizo lo propio con madre Mariana de Cristo y Catalina de Santa Teresa –de velo blanco– (ambas procedentes de Antequera), con la Madre Catalina de San Elías (Baeza), con la madre María de Jesús (Córdoba), con la Madre Ana Bautista  de San José (Sabiote) y con las hermanas Ana de la Encarnación –recién profesa y cuñada del fundador– y Paula del Espíritu Santo –lega– (ambas de la casa de Écija).

Todas llegaron a la villa de Aguilar el 15 de noviembre de 1671 y se hospedaron en casa del capellán, don Diego de Góngora. Tal como hemos señalado líneas arriba, al día siguiente –día 16–, acompañadas de la comunidad de Carmelitas Descalzos, clerecía, Concejo y pueblo en general, se trasladaron en solemne procesión al nuevo convento, con grande regocijo de la villa, que ardió en fiestas aquellos días. Tras el asentamiento de la Comunidad en el nuevo «palomarcito», en la mañana del día 17 de noviembre, se procedió a la elección de oficios de priora, supriora, maestra de novicias, tornera y sacristana, los cuales recayeron en María de San José, Mariana de Cristo, Catalina de San Elías, María de Jesús y Ana Bautista de San José, respectivamente.

Continuará…

«El Señor del Retiro»

Desde el siglo XIX, se atribuye al pintor cordobés Antonio del Castillo y, según Ramírez y las Casas-Deza, fue una donación del aguilarense, don José Fernández de Toro, obispo de Oviedo. Representa el momento en el que Jesús se retira a orar al huerto de Getsemaní y es confortado por el ángel. En distintos planos, se observa tanto la dormición de los apóstoles como la salida de la cohorte pretoriana que va a prenderlo.

SÍNODO DE LOS JÓVENES

ANA CAMPOS

«El Sínodo me enseña a ver la vida con los ojos de la fe»

Ana Campos pertenece al GPS de la parroquia Virgen del Camino y está viviendo este camino en comunión con los jóvenes de Córdoba

¿Qué te animó a participar en el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba?

Fue nuestro párroco D. Manuel Sánchez junto con Maribel, la catequista que nos acompaña a los jóvenes, quienes nos informaron y nos animaron a participar de una iniciativa que había surgido en la diócesis y nos animaron a ir al primer encuentro de líderes GPS.

Fue allí cuando compartimos con otros jóvenes ese encuentro, cuando me sentí llamada y motivada a cumplir aquello a lo que se nos invitó, a ser “Iglesia al encuentro de los demás, siempre en salida”.

Al escuchar las ponencias, las experiencias de otros jóvenes y compartir los momentos de oración y encuentro, cuando me sentí también llamada a trasladar todo aquello que había experimentado esos días y lo que estaba por llegar.

¿Cómo trabaja tu GPS habitualmente?

Nosotros nos reunimos una vez al mes, los domingos, a veces, dos veces al mes.

Nuestro grupo GPS tiene mucha variedad de edades y situaciones, el más joven tiene 19 años y la más mayor 29, por lo que es muy enriquecedor compartir la fe cada uno en su realidad. Somos 12 jóvenes en total.

Nos reunimos, rezamos juntos y tratamos el contenido de las fichas, que nos da pie a compartir la fe y la vida. Desde el principio abrimos el grupo a todo aquel que se quiso unir, sobre todo a aquellos que por cualquier motivo se alejaron de la Iglesia.

Intentamos ser lugar de acogida y de encuentro con Dios que nos llama a cada uno de nosotros a llevarlo a todas las personas, especialmente a aquellas que más lo necesitan.

¿Qué te parece esta iniciativa de la Diócesis para los jóvenes?

Me parece una iniciativa bonita, necesaria y evangelizadora. Pensar en aquellas personas que necesitan a Dios pero que se han alejado, esa es la gran misión que tenemos los cristianos, llevar a Dios allí dónde estamos, en nuestras parroquias, colegios o movimientos, pero sobre todo en los trabajos, en la universidad, en nuestras familias, en definitiva en nuestro día a día.

Para ello, los grupos para el Sínodo son clave a la hora de recordarnos para qué hemos sido enviados, para llevar el Amor de Dios que experimentamos, a todos, sobre todo a los que más lo necesitan.

¿Qué puede aportar este Sínodo a tu vida de fe?

A mi vida de fe, le aporta madurez, crecimiento y experiencia de Dios. Me invita a pararme, a tratar ciertos temas novedosos y a los que los cristianos debemos dar respuestas desde la fe. Me anima a compartir la fe y también como decía al principio la vida, que es para mí, donde Dios también se hace presente cada día, en muchos momentos. A saber ver la vida con los ojos de la fe, a recordarme que Dios me quiere y nos quiere a todos. Me recuerda la importancia de celebrar la alegría de ser cristiano en los sacramentos.

En definitiva, para mí, cada vez que nos reunimos, ese domingo al mes, es un momento grande de encuentro, de oración y de compartir que me acerca a Dios y me ayuda a acercarme también a los demás. Me invita a formarme en lo que se nos propone en las fichas y a vivir la fe, como decía al principio en mí día a día, en los lugares, personas y acontecimientos de la vida y a sentirme enviada por Dios allí dónde estoy.

¿Sientes que la Iglesia diocesana cuenta contigo?

Sí, creo que la Iglesia siempre está llamándonos y pensando en nosotros. Creo que también se ve en esta iniciativa, en pensar algo que nos una a todos los jóvenes de Córdoba. También en pensar en todas aquellas personas que un día se alejaron, es bonito ver a la Iglesia acogedora, la que espera como el Padre con los brazos abiertos a todos.

Además de con los GPS lo he experimentado muchas veces en la parroquia en la que estoy, Virgen del Camino, en la que siempre he podido experimentar a través de nuestro párroco D. Manuel, así como de los demás miembros de la comunidad, como la Iglesia cuenta conmigo y con cada uno de nosotros para llevar a Dios allá dónde vayamos.