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NÚMERO 718 • 29 DE NOVIEMBRE DE 2020

Testigos de
Cristo

EL PAPA FRANCISCO APRUEBA EL DECRETO DE MARTIRIO DEL SACERDOTE JUAN ELÍAS MEDINA Y 126 COMPAÑEROS MÁS DE LA DIÓCESIS DE CÓRDOBA

EL ADVIENTO NO SE DETIENE | HACIA EL ENCUENTRO CON EL SEÑOR

APUNTES

Apostolado de la Oración retoma sus misas en las Ermitas

El sábado pasado fue la primera eucaristía en la solemnidad de Cristo Rey. Vuelven así con las misas que celebran habitualmente el último sábado de cada mes y que se cortaron en marzo por la crisis sanitaria.

X Aniversario de la Quinta Angustia

El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, presidirá la eucaristía que tendrá lugar en la iglesia de Ntra. Sra. de la Merced el sábado 28 de noviembre, a las 20:00 horas.

Función Solemne del Señor Amarrado a la Columna en San Francisco

La Hermandad del Huerto celebró, como cada año, los cultos a su titular coincidiendo con la celebración de Jesucristo, Rey del Universo, el pasado
domingo, 22 de noviembre.

Novena a la Inmaculada Concepción y San José en Lucena

Este año se celebra el 150 aniversario de la proclamación de San José como patrono de la Iglesia Universal. La novena en la parroquia Santo Domingo de Guzmán de la localidad será del 29 de noviembre al 7 de diciembre.

Nueva publicación de “Messor Eram”

El sacerdote Carlos Gallardo ha publicado un comentario a la Carta 58 de San Juan de Ávila que puede consultar a través del siguiente Enlace

María Yañez dona un cuadro a la parroquia de Cristo Rey

La obra representa todas las realidades eclesiales que rodean la zona de la parroquia; San Juan de Dios; Santa María Micaela, de las Adoratrices; San Pedro Poveda, del colegio Teresianas; San Juan Bautista de la Salle; y San Josemaría Escrivá de Balaguer, de los colegios Encinar y Ahlzahir.

VOZ DEL PASTOR

Estad en vela

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

Comenzamos en este domingo un nuevo Año litúrgico, una nueva etapa de nuestra vida, que gira en torno al misterio de Cristo, el Hombre perfecto, el Hijo de Dios que se ha hecho hombre para hacernos a nosotros hijos de Dios. Cada año, ese misterio completo nos lo va presentando la liturgia de manera eficaz, y aquello que celebramos vuelve a revivirse para que vayamos creciendo en la asimilación del misterio de Cristo, hasta que lleguemos a la plenitud, a la medida del don de Cristo.

El año litúrgico comienza con el adviento, con el anuncio de la venida del Señor, para que nos pongamos en actitud de esperarlo y salgamos a su encuentro. Año tras año vayamos preparando ese encuentro definitivo, ese abrazo eterno con el amor de nuestras almas, Jesucristo nuestro Señor. Cada año estamos más cerca de ese encuentro, que debemos desear serenamente. El tiempo de adviento lo celebra y nos lo recuerda.

En una primera parte de este tiempo de adviento, el foco de atención se pone en Jesucristo que llegará para llevarnos con él, y nos alerta en su evangelio de múltiples maneras para que estemos preparados. “Velad, pues no sabéis cuando vendrá el dueño de la casa… no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos” (Mc 13,36).

Tenemos el peligro, incluso los cristianos creyentes y practicantes, de acomodarnos a este mundo, de instalarnos en nuestra situación y de aletargarnos en nuestras coordenadas ordinarias. La palabra de Jesús viene a decirnos: estad alerta, estad en vela, no dejéis que el acomodo os domine. Ese sería el peor letargo de nuestra vida. El comienzo de un nuevo año con el tiempo de adviento viene a despertarnos.

El adviento nos abre a la perspectiva de todo un año por delante, y no es indiferente que comencemos el año con verdadero deseo o no de configurarnos con Cristo al ir celebrando sus misterios.

Por tanto, ya desde el comienzo de este nuevo año aumentemos el deseo y la esperanza de recibir todo lo que el Señor nos tiene preparado y que quizá en ocasiones anteriores hemos ido aplazando y dando largas. El tiempo de adviento, por tanto, es también tiempo de conversión, de volver nuestro corazón y nuestra vida a Dios, esperando su misericordia. El segundo domingo se centra más en este aspecto de la misericordia, así como el tercero nos invita al gozo desbordante.

En este contexto de pandemia, en el que mucha gente vive con el miedo a cuestas, el tiempo de adviento es ocasión propicia para abrir de par en par el horizonte de la vida eterna, del cielo, de la venida última del Señor que nos llevará consigo para hacernos gozar de Dios y de sus dones. Él viene cada día, en cada persona, en cada acontecimiento, en cada circunstancia. Viene sobre todo en la Eucaristía, viene en la Palabra, viene en la comunidad donde vivimos, viene en los pobres que salen a nuestro encuentro o nos encontramos en el camino de la vida.

El tiempo de adviento nos abre los ojos de par en par para que le veamos allí donde está, aunque esté oculto o disfrazado.

La esperanza del cielo no nos aliena de la construcción del mundo presente de la ciudad terrena, sino todo lo contrario. Precisamente la certeza del cielo que esperamos nos impulsa a transformar este mundo desde dentro. Nada ni nadie podrá apartarnos de este empeño, porque la esperanza cristiana es capaz incluso de traspasar el umbral de la muerte, porque la muerte ha sido vencida para siempre.

Aviva en nosotros al comenzar el adviento el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados de las buenas obras. Así lo pedimos este domingo. Así nos lo quiere conceder el Señor. Así lo esperamos y deseamos para todos.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

EDUCAMOS ENTRE TODOS

ROSA MARÍA QUERO PÉREZ. Animadora Laudato Si´del MCMC

EDUCAR PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL

La luz que ofrece la fe

En el desarrollo de la encíclica Laudato Si´ hemos analizado la crisis ecológica y sus causas, como un conjunto de procesos en distintos ámbitos que combinados generan desafíos ecológicos en el actual sistema. Es una crisis multidisciplinar y sistémica.

En este escenario, de colapso: ¿Qué papel juegan las religiones?

Laudato Si´ nos pone en guardia sobre el dilema científico y nos invita a revisar nuestras creencias, ideas y prácticas. La Iglesia Católica, abierta al dialogo entre fe y razón, provee de formas de pensar que permiten una praxis social en el desarrollo de la Doctrina Social, reflexionando sobre las realidades de la vida del hombre en la sociedad, a la luz de la fe y la Tradición. Los datos científicos son iluminados por la fe, que nos da la sabiduría necesaria, para un mejor cuidado de la naturaleza y de los hombres más débiles.

El papa Francisco trata lo que denomina el “Evangelio de la Creación” y advierte sobre la importancia de interpretar el Génesis de manera adecuada para no inducir al hombre a una “explotación salvaje de la naturaleza, presentando una imagen del ser humano como dominante y destructivo” (LS 67).

Según esta encíclica, “la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra” (LS 66). En esta relación, Dios “está presente en lo más íntimo de cada cosa sin condicionar la autonomía de su criatura” (LS 80), pero no se olvida de que la plenitud de la criatura está en Dios mismo. En la carta a los Colosenses, como lo recuerda en el número 99, se expresa que “Todo fue creado por él y para él”, lo que muestra que el destino de la creación pasa por el misterio de Cristo, que se ha insertado, por medio de la Encarnación, en el cosmos creado.

Francisco señala que “El fin de la marcha del universo está en la plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por Cristo resucitado, eje de la maduración universal” (LS 83), de donde podemos deducir, que las criaturas de este

mundo ya no se nos presentan, sólo como una realidad de la naturaleza, sino que el Resucitado las envuelve y las orienta de modo que todo está lleno de su presencia.

Aparece entonces el rol del hombre, que es el de conducir a todas las criaturas al encuentro con Dios. La historia y la experiencia del pueblo cristiano van adecuando el destino del hombre y de los pueblos que están llamados a la comunión con Dios, y para poder realizar esta misión, el desafío del hombre es ser imagen de Cristo.

La ley de Cristo no depende de los hombres, sino que está fundamentada en el amor a Dios y al prójimo, lo que nos llevaría a realizar nuestros actos, movidos por el Espíritu, dotándolos de una categoría moral y encaminando nuestra misión evangelizadora al desarrollo integral del hombre que es la idea de “ecología integral” que propone el Papa Francisco.

El Papa Francisco aprueba el

DECRETO DE MARTIRIO

del sacerdote Juan Elías Medina y 126 compañeros más de la Diócesis de Córdoba

TEMA DE LA SEMANA

  • La Santa Sede autoriza la beatificación de este sacerdote y 126 compañeros sacerdotes, religiosos y laicos asesinados durante la persecución religiosa en España entre 1936 y 1939.

  • El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, manifiesta que esta aprobación supone que estos 127 mártires “son ejemplo de vida cristiana para el mundo entero”.

  • La celebración de la Beatificación se realizará en Córdoba de acuerdo con el calendario que proponga la Santa Sede.

Seguir leyendo

VIVIR LA LITURGIA

Los domingos del tiempo de Adviento

JAVIER SÁNCHEZ MARTÍNEZ
Miembro de la Delegación diocesana de Liturgia

Los domingos de Adviento tienen cada uno su propio tono: lo marcan los textos de la liturgia y las lecturas bíblicas. Se les denomina “I Domingo de Adviento”, “II Domingo…”, etc.; una excepción es el “III Domingo” que se llama “Domingo de Gaudete”, porque el Introito, la antífona de entrada, que es el verdadero y propio canto de entrada, dice: “Estad siempre alegres en el Señor” (Flp 4,4), que en latín es “Gaudete”, “Alegraos”.

El primer Domingo de Adviento está marcado por un tema fundamental: la vuelta gloriosa del Señor (: Parusía) como Señor y Juez, y los cielos nuevos y la tierra nueva. Las lecturas en los tres ciclos A, B y C, subrayan la venida del Señor y la vigilancia cristiana.

Los textos de la Misa van en consonancia y dicen: “Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir acompañados de buenas obras al encuentro de Cristo que viene” (Oración colecta) y

se proclamará en el prefacio III: “Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y Juez de la historia, aparecerá revestido de poder y de gloria sobre las nubes del cielo”.

El segundo y tercer Domingo están marcados por la presencia de san Juan Bautista. Crea expectativa. Su mensaje es claro: el Mesías va a llegar y hay que estar preparados: ¡Convertíos ya! Despierta las conciencias.

El IV Domingo, con la inminente Navidad, ofrece otra perspectiva. El Salvador va a nacer, hecho hombre, de María Virgen. Es el domingo más mariano de nuestro año litúrgico. Nos fijamos y celebramos la primera venida de Cristo, su nacimiento en carne mortal.

Los textos de la Misa tienen un sabor clásico (del siglo V) y una gran profundidad teológica y espiritual. La Virgen María es mencionada por su participación en el Misterio o se alude al misterio de la anunciación:

“Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que, quienes hemos conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de Cristo” (oración colecta);

“El mismo Espíritu, que colmó con su poder las entrañas de santa María, santifique, Señor, estos dones que hemos colocado sobre tu altar” (oración sobre las ofrendas).

¿Sabías que...

La nota fundamental del Adviento es la esperanza cristiana y sobrenatural.

Como indican las Normas Universales sobre el Año Litúrgico en su número 39, el Adviento no es un tiempo penitencial como la Cuaresma, sino de alegre esperanza: “El tiempo de Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para (…) Navidad (…), y es a la vez el tiempo de la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos razones, el Adviento se nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre”.

LIBRERÍA DIOCESANA

Toma el relevo

MODELOS DE SANTIDAD PARA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Joseph Grifone
Ediciones Cristiandad

La vida de los santos siempre causa una cierta fascinación y los que se acercan a ellos nunca salen decepcionados. Sin embargo, estas páginas suponen algo más: a través de la historia de sus vidas, el autor nos hace reflexionar no sólo sobre cómo cada vocación repercutió en la sociedad de la época, sino también sobre cómo el ejemplo del santo es relevante para nosotros. Con la exactitud y la agudeza del profesor de matemáticas, Joseph Grifone relaciona la fe de los santos con un aspecto del mundo en el que vivimos: la fe y la razón, con Tomás de Aquino; la fe y el compromiso en la sociedad amenazados por el relativismo, con Tomás Moro; la fe y la cultura, con Edith Stein; la ciencia y la fe, con Jérôme Lejeune… Lo que sorprende, al leer estas páginas cautivadoras, es el carácter actual, contemporáneo diría yo, de la personalidad de los santos y de su ejemplo. Partiendo de los problemas a los que ellos tuvieron que enfrentarse, fieles a su vocación, el autor ilustra con perspicacia nuestros propios problemas, nuestros propios desafíos, nuestras propias tareas. Y al mostrarnos sus vidas, nos hace ver cómo estos santos no eran generalmente súper hombres o súper mujeres, sino personas que tomaban en serio la llamada y respondían con un ¿Me has llamado, Señor? ¡Aquí estoy! (Card. Robert Sarah).

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

“Adviento: Lectio divina”

“El mundo vive de espaldas a Dios. Más aún, muchos que antes eran creyentes han obviado sus creencias y viven sin Dios, sin fe, sin un fundamento que dé sentido a su existencia. Algunos dicen; “No sé si creo”. Otros afirman: “¿Para qué sirve creer?”. Así, con estas palabras, comienza Antonio Llamas Vela, profesor de Ciencias Bíblicas, su “Lectio divina” para el Adviento, que iniciamos, un año más, como “tiempo de esperanza”, que él define así: “El tiempo de Adviento no es sólo un recuerdo, es una realidad bellísima. Dios está siempre presente. Lo importante no es el mal, sino el bien. Y el bien está a nuestra puerta, en nuestro dintel”. El profesor LLamas nos ofrece los tres compases de su “Lectio divina”, con claridad diáfana: “La lectura, la meditación, la oración”.

La Lectura: Nos ofrece el salmo 91: “Tú que habitas al amparo del Altísimo, di al Señor: “Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti”. Y comenta: “Se trata de alguien que vive junto a Dios y percibe a Dios y se encuentra a su amparo. La secuencia verbal está formada por los verbos: Habitar, hospedar, refugiarse, confiar. Dios existe, no es una falacia. Dios es una verdad que compromete al hombre. Un mundo sin Dios es una ruina total”.

La Meditación: “A través de la lectura, meditación y oración con la Palabra, el Señor se convierte en la razón y norma de nuestra vida. Nos sentimos mirados y amados por Dios. Este contemplar de Dios pertenece a la esfera de la fe y se transforma en oración. Él quiere escuchar todo acerca de nosotros”.

La Oración: “Señor, hablar contigo es la experiencia vital de nuestra vida cristiana”, nos dice Antonio LLamas. Y define así la oración: “Orar es tener la mente y el corazón fijos en Ti, fuente de la verdad y de la vida. El amor es Dios”. El profesor finaliza su “lectio divina”, invocando a la Virgen de Adviento, para que nos haga repetir constantemente y sin miedo: “Dios mío, confío en ti”.

FAMILIA DE FAMILIAS

FAMILIA GRACIA MOYANO

«La familia es una luz en medio de la sociedad»

Fran Gracia y Raquel Moyano, padres de seis hijos, viven como misión ad gentes en Berlín

¿Cuáles son los pilares de vuestra convivencia familiar?

Nuestros hijos son pequeños todavía pero el vivir en el seno de una familia numerosa les ayuda a aprender a compartir, a ayudarse unos a otros e intentamos que en el colegio también aprendan a ayudar a los compañeros que están más solos y a jugar con todos.

¿Qué resulta más complicado en la educación de los hijos en este momento social?

Los padres somos padres y no amigos de nuestros hijos. Los padres o madres debemos ser referentes y ejemplo para ellos. Nuestros hijos tienen influencias que antes no teníamos, están abiertos al mundo con todo lo bueno y lo malo que eso supone. Hemos tratado de reforzar en casa los valores sociales y virtudes cristianas que en la sociedad actual se están perdiendo: esfuerzo, compromiso, tolerancia, caridad. También hemos intentado mantenerlos en un “ambiente seguro”, que estén rodeados de amigos que compartan sus valores y su Fe. A determinadas edades no les podemos pedir que luchen con el mundo, solo prepararlos para que lo hagan cuando sean mayores.

¿Qué instrumentos tiene la familia de hoy para manifestarse cristiana?

Pensamos que el instrumento es la propia familia que es una luz en medio de la sociedad. Nosotros no hacemos nada en especial, estamos contentos con los hijos que Dios nos ha regalado y la Iglesia como madre nos ayuda a ser padres.

La transmisión de la fe a los hijos es un reto para todos, ¿cómo lo hacéis vosotros?

Nosotros hemos enseñado a nuestros hijos que el domingo es un día especial para dar gracias a Dios por todo lo que nos regala. Por eso, rezamos juntos y les damos una pequeña catequesis sobre el evangelio o hablamos con ellos por si tienen alguna dificultad. También por las noches rezamos con ellos.

¿Cuál es vuestra parroquia?, habladnos de vuestra vida en comunidad.

Nosotros pertenecemos a la parroquia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba donde tenemos una comunidad con la que vivimos nuestra fe siguiendo el itinerario de formación cristiana que es el Camino Neocatecumenal. Actualmente, estamos viviendo en Berlín como misión ad gentes, pero nos sentimos fortalecidos y sostenidos por nuestra comunidad de Córdoba.

¿Cuál es vuestra aportación familiar a la Iglesia Diocesana?

Nuestra aportación es la de todo cristiano, ser misionero de esta Buena Noticia que hemos conocido en la Iglesia, de anunciar al mundo a Jesucristo y el amor que Dios tiene a los hombres. A nosotros el Señor nos ha llamado a desempeñar esta tarea aquí en Berlín.

Fecha y lugar del matrimonio

Nos casamos hace 9 años, el 10 de septiembre del 2011, en la parroquia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba.

Número de hijos y edades

tenemos seis hijos, Fran de 8 años, Samuel de 6, José de 5, Miguel de 3, Santiago de 2, Raquel de 1 año y estamos esperando a nuestra séptima hija que nacerá en diciembre.

Un momento de vuestra historia familiar

cuando rezamos ante la Virgen de Loreto por nuestra familia para que nos cuidara y nos ayudara a vivir como misioneros en Berlín.

Una actividad que comparte la familia en su tiempo libre

vamos al parque y al bosque de excursión.

Qué cosas no dejáis de hacer juntos cada día

intentamos comer juntos para preguntarles cómo les ha ido el día en el colegio.

Qué lugar ocupan los abuelos en casa

nuestros padres son jóvenes y hasta ahora seguimos recibiendo más de ellos, que ellos de nosotros. Son para nosotros un espejo que nos gustaría reflejar en nuestra familia, de amor y entrega incondicional.

¿Rezáis por algún sacerdote?

Rezamos por muchos sacerdotes cada día que nos han mostrado a Cristo en momentos muy importantes de nuestra vida.