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NÚMERO 716 • 15 DE NOVIEMBRE DE 2020

LOS TEMPLOS MANTIENEN SU ACTIVIDAD HASTA LAS 22:00 HORAS

La eucaristía,

una necesidad ante todo

REFORMA EDUCATIVA «¿POR QUÉ ESTUDIAN RELIGIÓN MIS HIJOS?»

APUNTES

“Escuela de Familias” en Villafranca de Córdoba

El Vicerrector del Seminario Conciliar de San Pelagio, Florencio Muñoz, abrirá la primera sesión de esta iniciativa de la parroquia de Santa Marina de Aguas Santas de Villafranca de Córdoba, el sábado, 14 de noviembre, a las 19:30 horas. Se trata de una ocasión perfecta para redescubrir el amor conyugal como llamada de Dios en el matrimonio.

CONFIRMACIONES EN LA PARROQUIA BEATO ÁLVARO

Veintiséis fieles de la parroquia recibieron el sacramento de la Confirmación de manos del Vicario de la ciudad el pasado fin de semana.

Encuentro virtual de catequistas prematrimoniales

El primer encuentro de formación de catequistas prematrimoniales virtual será este sábado, 14 de noviembre, de 17:00 a 19:00 horas. Los interesados en participar deben inscribirse a través del formulario https://forms.gle/ tLUvzCER7s2HgMGw9

VOZ DEL PASTOR

Otra vez confinados

QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS:

No nos pilla de sorpresa, porque así llevamos desde marzo, con algunos alivios pasajeros. Pero de nuevo se intensifican las medidas más estrictas para detener entre todos la expansión del virus, que tiene efectos de muerte en muchas personas.

La pandemia nos sitúa en la verdad de lo que somos. En primer lugar, nos recuerda la precariedad de nuestra vida. Por muchas pólizas de seguro que suscribamos, en ninguno entra esta cobertura. La única cobertura, la más segura (y además gratuita) es la Providencia de Dios. Dios es Padre que nos cuida como una madre cuida a su hijo pequeño. Lo sabemos. Pero en esta ocasión tenemos oportunidad de ponerlo en práctica. Y este Padre que nos cuida es omnipotente. Debe darnos una seguridad inmensa descansar en las manos de este Padre Dios, que no se desentiende de nosotros, sino que quiere que experimentemos su amor de padre precisamente en estos momentos. Y con Dios hemos de colaborar para proveer en favor nuestro y de los demás, respetando y cumpliendo las normas sanitarias que establecen las autoridades.

En la Palabra de Dios aparecen frecuentemente desastres, calamidades, pandemias. La historia de la humanidad es una historia de la fragilidad humana, que ha empujado a los hombres a buscar e inventar medios para librarse de todo eso o atenuar los efectos perversos de tales calamidades. En todas esas situaciones, Dios se muestra siempre cercano. “Clamaron al Señor en su angustia, y los libró de la tribulación” (Salmo 107). Por eso, en momentos como este hemos de intensificar nuestra oración, por nosotros y por los que no rezan. En Córdoba nos acogemos especialmente al arcángel San Rafael, custodio de la ciudad del Arcángel. Volvamos a Dios, y él tendrá compasión de nosotros.

Es también ocasión propicia para pensar en el cielo. Hemos nacido para el cielo y hacia allí caminamos, no como extraños, sino como ciudadanos del cielo, como hijos y, si hijos, también herederos, herederos de Dios, coherederos con Cristo (Rm 8,17). A veces estamos demasiado a gusto en este mundo. Amamos la vida, la que Dios nos ha dado, como anticipo de la vida que no acaba.

Pero nuestro destino no es vivir cada vez mejor en este mundo. Antes o después nos van faltando las fuerzas, vamos perdiendo capacidades, envejecemos. No podemos pedir a Dios vida tan larga aquí en la tierra que ya casi no podamos vivirla. Damos gracias a Dios por el don de la vida, pero anhelamos otra vida, que prolonga la presente y es totalmente distinta, para mejor.

“Tiende tu mano al pobre”, es el lema de este año para la Jornada Mundial de los Pobres. Una preocupación, que brota de un corazón solidario, es la de tender nuestra mano al pobre, al que lo necesita. Precisamente porque también nosotros nos sentimos necesitados, y ahora quizá más que nunca, hemos de tender nuestra mano a tantas personas que a nuestro alrededor (o en lugares lejanos) necesitan de nuestra ayuda. El confinamiento puede encerrarnos más en nosotros mismos o, por el contrario, puede estimular nuestra salida al encuentro de los pobres.

No vamos a los pobres por aburrimiento o para satisfacer nuestra necesidad de hacer algo. Vamos a los pobres por desbordamiento de un amor que llena nuestro corazón. Y al salir al encuentro de los pobres, somos enriquecidos, porque en el ejercicio de la caridad se nos ensancha el corazón. En la comunidad cristiana, la atención a los pobres no es algo añadido, sino algo que brota de la entrañan de nuestro mismo ser cristiano, como Jesús el buen samaritano, como Jesús que se acerca a los pecadores y come con ellos.

Que el confinamiento nos haga más solidarios de nuestros hermanos. Que al ver sus necesidades, muchas veces extremas, no nos apuntemos a la globalización de la indiferencia, sino rompamos el bloqueo que nos aísla y salgamos al encuentro de los demás.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

EDUCAMOS ENTRE TODOS

ANTONIO A. GARRIDO SALCEDO. Coordinador para España del Movimiento Católico Mundial por el Clima

DIDÁCTICA DE LA ORACIÓN CRISTIANA

EDUCAR PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL

Los elementos se conjugaron el pasado 27 de marzo, ante una desértica plaza de San Pedro. La figura solitaria del pontífice, ascendiendo bajo la lluvia del atardecer romano hacia el atrio de la Basílica, quedará en la retina de muchos, como una de las imágenes del pontificado. Aquella fue la fecha con más víctimas mortales en toda Italia, mientras que el resto del viejo continente, exhausto, vivía una situación similar llena de desesperanza y frustración.

Esa tarde, la voz de Francisco resonó más fuerte que nunca, en el silencio de la ciudad eterna, roto solamente por el sonido de las ambulancias. Muchas preguntas que no tenían respuesta, frente a los tiempos turbulentos y desconcertantes que estábamos viviendo.

Como señaló el Papa, descubrimos nuestra vulnerabilidad ante una crisis mundial, no escuchamos el grito de los pobres y de un planeta gravemente enfermo, permaneciendo imperturbables ante este clamor. Igual que los apóstoles, nos apiñamos en una barca que zozobraba en medio de la tormenta, clamando por un asidero al que agárranos.

Esta preocupación común ante la fragilidad humana, ha sido una constante desde el inicio de la crisis sanitaria. Lo que nos ha hecho pensar, en uno de los principales leitmotiv de la Encíclica Laudato Si´; “todo está conectado”. Desde su publicación en 2015, esta idea ha sido una de las constantes; entender como todos estamos vinculados como miembros de una misma familia.

Debemos ser capaces de entender que las grandes cuestiones que se desarrollan a nivel mundial están vinculas a nuestros actos cotidianos.

Es por tanto relevante pensar cuál es la posición que ocupamos cada uno de nosotros dentro de la creación, desde un sentido antropológico y teológico. Profundizar en la idea de una “ecología integral”, con la perspectiva de la presencia del ser humano en la creación, y sus relaciones con el entorno que le rodea.

Benedicto XVI, ya profundizó en este aspecto en “Caritas in Veritate”, señalando el sendero hacia una “ecología humana” que permita proteger al hombre de su propia destrucción. Por tanto la idea no es nueva en el Magisterio de la Iglesia, siempre ha estado presente en la Doctrina Social, pero con la publicación de la Encíclica Laudato Si´, ha tomado un cariz especial, para afrontar juntos el cuidado de nuestra Casa Común.

Antonio A Garrido Salcedo.
Coordinador para España del Movimiento Católico Mundial por el Clima

NUEVAS MEDIDAS ESTABLECIDAS POR LA JUNTA DE ANDALUCÍA

El encuentro con el Señor es una

necesidad

TEMA DE LA SEMANA

Los templos mantendrán su actividad hasta las 22:00 horas

Las parroquias continuarán con sus actos litúrgicos y reuniones formativas

La eucaristía, una necesidad ante todo

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VIVIR LA LITURGIA

Se participa orando con el corazón

JAVIER SÁNCHEZ MARTÍNEZ
Miembro de la Delegación diocesana de Liturgia

Tal vez alguien se sorprenda al identificar estos dos verbos, participar = orar, y sin embargo no hay participación verdadera sin oración y la oración (personal y común en la liturgia) es un medio de participación.

La liturgia es oración, la gran oración de la Iglesia. Y la liturgia es una de las fuentes de la oración, durante la liturgia misma y después de ella a modo de prolongación: “La oración interioriza y asimila la liturgia durante y después de la misma” (Catecismo, 2655)

Durante la liturgia, se participa orando. El sacerdote pronuncia las distintas oraciones en nombre de todos, de manera clara y con unción, y los fieles se adhieren y prestan su consentimiento con la respuesta “Amén”: “la hace suya” (IGMR 54; 77; 89).

Ora el pueblo en la confesión común del acto penitencial (“Yo confieso”), ora al responder aclamando (“Te alabamos, Señor”, “Gloria a ti, Señor Jesús”), intercede en la “Oración de los fieles” (“Te rogamos, óyenos”, “Kyrie eleison”). Se ora rezando juntos, a una voz, el Padrenuestro con sentimientos filiales.

Esa oración en común, a una sola voz y con un solo corazón, es verdadera y santa participación.

Sumemos a la oración en común, con las respuestas y plegarias recitadas a la vez por todos, los distintos momentos de oración personal silenciosa en la Misa y entenderemos mejor la participación litúrgica.

En silencio estamos unos instantes en el acto penitencial: “el sacerdote invita al acto penitencial que, tras una breve pausa de silencio, se lleva a cabo” (IGMR 51), examinando la conciencia; y se ora en silencio a la invitación del sacerdote: “Oremos”. Todos en silencio se recogen en su corazón para orar personalmente a Dios y presentar cada cual sus súplicas e intenciones; después el sacerdote extiende las manos y recita la oración colecta (IGMR 54).

Asimismo, “es conveniente que se guarde un breve espacio de silencio después de la homilía” (IGMR 66; 56), “para que todos mediten brevemente lo que escucharon” (IGMR 128). Igualmente se ora en silencio antes de la comunión, cuando el sacerdote una vez que ha fraccionado todo el Pan eucarístico reza en privado (IGMR 84) y después de la distribución de la sagrada comunión, “oran en silencio por algún intervalo de tiempo. Si se quiere, la asamblea entera también puede cantar un salmo u otro canto de alabanza o un himno” (IGMR 88).

¿Sabías que...

en el ornato de la iglesia es preferible la noble sencillez a lo fastuoso?

La Ordenación General del Misal Romano ofrece una clave general, de hondo significado litúrgico, sobre el sentido del ornato en las iglesias, que merece la pena meditar, en su número 292: “El ornato de la iglesia ha de contribuir a su noble sencillez más que al esplendor fastuoso. En la selección de los elementos ornamentales se ha de procurar la verdad de las cosas, buscando que contribuya a la formación de los fieles y a la dignidad de todo el lugar sagrado”.

LIBRERÍA DIOCESANA

Formar personas
LA TEOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN DE EDITH STEIN

Francesc Torralba Roselló
Editorial BAC • Colección Estudios y ensayos

La mentalidad rigurosa y analítica de Edith Stein se refleja, nítidamente, en la arquitectura de sus obras que poseen una gran sistematicidad. A pesar de ello, el foco de atención, lo que realmente se pretende, con este libro, es abordar su filosofía de la educación y, particularmente, su noción de formación (Bildung) y esta temática está esparcida por distintas obras de carácter antropológico y pedagógico. No existe una única obra dedicada a ello. Por lo tanto, en este trabajo se trata de atravesar el corpus steiniano a partir de la Bildung como constructo hermenéutico.

El libro está disponible en la Librería Diocesana. Puede realizar su pedido a través del correo electrónico libreria@diocesisdecordoba.es o a través de WhatsApp 655 156 557.

AL TRASLUZ

ANTONIO GIL. Sacerdote

“Tiende tu mano al pobre”

Nos llega, en plena pandemia, una de las jornadas eclesiales más entrañables: La IV Jornada Mundial de los pobres, instituida por el papa Francisco, este año con el lema: “Tiende tu mano al pobre”. No sería justo reducir la pobreza sólo al campo económico, cuando tantas “pobrezas” nos asolan y golpean sin piedad: la pobreza cultural, la religiosa, la de valores humanos, la de sentido fraternal de la historia, la de una mínima sensibilidad para captar situaciones dramáticas, la de ideales nobles que transformen a fondo nuestra sociedad. En su Mensaje de este año, el papa Francisco nos señala “cinco caminos” para encarar la pobreza.

Primero, tender la mano hacia los pobres. Tender la mano es un signo: un signo que recuerda inmediatamente la proximidad, la solidaridad, el amor.

Segundo, la Iglesia no tiene soluciones generales que proponer, pero ha de ofrecer, con la gracia de Cristo, su testimonio y sus gestos de compartir.

Tercero, apoyar a los más débiles, estar cerca de los que sufren, tomando conciencia de la fragilidad de nuestra existencia.

Cuarto, vencer esa “globalización de la indiferencia” que se ha ido desarrollando, casi sin darnos cuenta, volviéndonos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros.

Quinto, no podemos ser felices hasta que estas manos que siembran la muerte se transformen en instrumentos de justicia y de paz para el mundo entero”.

Tendamos, pues, la mano al pobre, en esta hora. Víctor Hugo nos dejó esta frase lapidaria: “Es fácil ser bueno, lo difícil es ser justo”. ¡La batalla de todas las pobrezas se libra en el campo de la justicia y del amor!

FAMILIA DE FAMILIAS

FAMILIA REINA REINA

«Dios tiene que ser el centro de la familia»

Rafael Reina y Carolina Reina, padres de dos hijos, forman parte del proyecto Amor Conyugal

¿Cuáles son los pilares de vuestra convivencia familiar?

San Juan Pablo nos enseña que los esposos hemos sido creados el uno para el otro como un don de Dios, como la “ayuda adecuada” que Dios nos ha puesto para llegar a Él. Dios tiene que estar presente siempre en la familia, tiene que ser el centro de la misma. Si Dios está presente en la familia, fluye el amor, el respeto, la alegría y el perdón.

¿Qué resulta más complicado en la educación de los hijos en este momento social?

Inculcarles los valores cristianos, puesto que vivimos en una sociedad materialista y hedonista, hoy los católicos practicantes vamos muchas veces a contracorriente. Les decimos que respeten a los que no piensan como ellos, pero que también se hagan respetar y se sientan orgullosos de sus creencias cristianas.

Como padres tenemos la obligación de inculcar dichos valores cristianos a nuestros hijos y guiarlos en el camino de Dios.

¿Qué instrumentos tiene la familia de hoy para manifestarse cristiana?

Muchos, desde que uno se levanta hasta que se acuesta tiene la oportunidad de dar ejemplo con su comportamiento en el ámbito laboral, familiar y de amistad… ¡un cristiano lo es en todo!  Tenemos que dar testimonio de lo es ser una familia cristiana.

La transmisión de la fe a los hijos es un reto para todos, ¿cómo lo hacéis vosotros?

Con nuestro ejemplo. A nuestros hijos les hacemos ver lo afortunado que es el matrimonio cristiano, lo que nos ayuda el tener a Cristo ahí, pendiente de nosotros, dándole sentido a nuestra vida. Les decimos que no hay que dejarse llevar por la mayoría, que recen y confíen en Dios.

Saben que tenemos la suerte de pertenecer a la familia de la Iglesia, a la que hay que querer con sus virtudes y sus defectos, pero sobre todo hay que aceptarla, no podemos tener una «Iglesia a la carta», es importante cumplir sus normas, al igual que cumplen las normas de la familia.

Nos ayuda mucho hablar con ellos y responder sus inquietudes y dudas.

¿Cuál es vuestra parroquia?, habladnos de vuestra vida en comunidad.

Nos sentimos muy vinculados a varias Parroquias. A San Nicolás, ya que tenemos la fortuna de poder escuchar cada día sus campanas y podemos disfrutar de las homilías de Don Antonio Evans. A San Miguel y Cristo Rey, con los grupos de catequesis de matrimonios de Proyecto Amor Conyugal, siendo unos privilegiados al poder contar con el consejo de Don Pedro Cabello, Don Antonio Prieto y D. José Angel.

En La Esperanza nos gusta asistir a diversas actividades que realiza D. Leopoldo en la Parroquia. En nuestro pueblo, Puente Genil, a  nuestra querida Parroquia de La Purificación y al Santuario de Jesus Nazareno, donde puedes sentir la cercanía de Dios escuchando a Don Juan Ropero.

¿Cuál es vuestra aportación familiar a la Iglesia Diocesana?

Formamos parte de Proyecto Amor Conyugal, siendo los coordinadores del grupo de catequesis en la Parroquia de San Miguel. En nuestro matrimonio, existió un antes y un después de conocer este Proyecto de María. Nos enseñan a leer, a escribir, pero no nos enseñan a amar que es lo más importante. Ahora nosotros intentamos transmitir esa bendición que recibimos de la Virgen a través de Proyecto Amor Conyugal para que otros matrimonios puedan obtenerla.

Solemos asistir a actividades familiares que organiza la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis.

Nuestro hijo mayor también ha participado como monaguillo en varias Iglesias y en las catequesis, este año continuará su formación en el grupo de su nuevo colegio, Las Esclavas, que tiene una pastoral magnífica. Nuestra hija pequeña recibe formación también en el mismo colegio.

Fecha y lugar del matrimonio

29 de marzo de 2003. Iglesia de la Purificación. Puente Genil

Número de hijos y edades

Tenemos dos hijos. Lucio de once y Victoria de cuatro años.

Un momento de vuestra historia familiar

Dos momentos, la adopción de nuestro hijo mayor y el nacimiento de la pequeña, ambos gracias por la intercesión de nuestra beata Victoria Diez.

Una actividad que comparte la familia en su tiempo libre

Viajar, pasear, tardes de cine en casa, ir a conciertos.

Qué cosas no dejáis de hacer juntos cada día

Compartir mesa para contarnos como nos ha ido el día y rezar.

Qué lugar ocupan los abuelos en casa

La figura de los abuelos es fundamental, son nuestro ejemplo viviente de vida. Ellos han sido el pilar de nuestra fe.

¿Rezáis por algún sacerdote?

¡Por muchos! especialmente por los que hemos mencionado. También por nuestro querido obispo D. Demetrio y por un futuro sacerdote muy especial para nosotros, nuestro ahijado Fernando Reina, que estudia en el seminario.