El Seminario Misionero Redemptoris Mater “San Juan de Ávila” ha sido el lugar elegido para custodiar la nueva imagen de “San José enseñando a andar a Cristo”. Una obra del escultor Jesús Arévalo Jiménez que comenzó a realizar tras un encuentro con Kiko Argüello en el que este le habló de la necesidad de hacer un San José para los seminarios, un modelo, y como había sucedido ya con otras obras realizadas previamente, “me dijo que lo fuese pensando, que me pusiera en disposición para recibir la inspiración de cómo hacerlo”, recuerda Arévalo.
Fue así cuando al cabo de unos días, tras reunirse con el pintor Jose Luis Pérez Santiago, quien le mostró unas fotografías del San José enseñando a caminar a Cristo de la Catedral de Lugo, Jesús se quedó impresionado por la belleza de la imagen y le surgió la idea de mostrar a San José como padre que enseña a Cristo, su hijo, a dar sus primeros pasos. “Esto es algo que hemos experimentado muchos padres. Se lo mostré a Kiko y le pareció igualmente una maravillosa manera de representar a San José, le pereció un buen punto de partida sobre el que empezar a crear quitándole un poco el aspecto barroco y haciendo un San José más hebreo. De este modo hice un pequeño boceto en plastilina en el que se veía a San José con dos tirabuzones, un pequeño gorro…, se lo mostré, le gustó y me dijo que dejásemos reposar un tiempo la idea”, recuerda el autor.
Con el tiempo el boceto se deshizo hasta que años después, coincidiendo con el comienzo del Año Jubilar Josefino en 2021, Jesús vio inesperadamente en su móvil una fotografía de este boceto, se lo mostró nuevamente a Kiko y este le animó a realizarlo.
Jesús Arévalo recuerda cómo fue todo el proceso realizado en un marco incomparable como fue la iglesia desacralizada del convento de Santo Domingo, en Cifuentes, lugar donde estaba trabajando con acceso libre al público.
La imagen es de un tamaño algo superior al natural y fue modelada primero en arcilla, después se hizo un molde en silicona y escayola y con el positivo se hizo un desbaste en los talleres Dorrego, en Arganda, para finalizarla en Cifuentes. En ella podemos ver a San José, el Antiguo Testamento, la ley, al judío observante, un hombre recto, estructurado escultóricamente en líneas rectas, estables, nuestros padres en la fe, enseñando a andar a Cristo, Nuevo Testamento, que comenzará a andar en breve por sí mismo, aún tierno, inestable, compuesto aún por líneas curvas, en desarrollo.
“Para mí es importante el punto donde se dan la mano, la ternura del padre que observa con atención y cariño a su hijo, la confianza del hijo, que le imita en los pasos pero ya comienza a dirigir su mirada hacia más adelante”, subraya el propio autor de esta obra.
San José, maestro de evangelizadores
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, fue el encargado de bendecir la imagen el miércoles, 25 de octubre, en la capilla del Seminario Misionero Redemptoris Mater de Córdoba.
Ante la asamblea, el prelado hizo referencia a la vocación de San José, “maestro de evangelizadores y modelo para nosotros como lo es su esposa María, nuestra Madre”.
“Ninguna mujer casada se ha sentido tan querida por su marido como María, porque José fue un esposo del todo entregado a María y al niño”, expresó el Obispo al tiempo que recordó que “San José está en la escuela de evangelización, esa escuela es la Sagrada Familia de Nazaret y es la Iglesia que es experta en educar y evangelizar”.