La gran palabra que define para Teresa Velasco la próxima maternidad de su hija es “alegría”, alegría y orgullo porque se convertirá en abuela, aunque no esconde un poco de preocupación porque “no deja de ser mi niña”, a pesar de que el embarazo es un proceso natural y que siempre contará con su ayuda y su experiencia.
Teresa Velasco, profesora de la Universidad Loyola, ha querido emplearse como tejedora de pequeñas prendas infantiles y no ha ahorrado aprendizaje y dedicación para ello, como si se tratara de acompañar la espera preparando un nuevo hogar para su nieto.
Asegura que está ilusionada al pensar en “ese bebé que no conozco, pero al que ya quiero” y no puede contener la emoción al recordar a su madre, todo el amor que le dio como madre y como abuela y “estoy deseando continuar con ese papel, ayudar a mi hija, trasmitir los valores y la historia de mi familia a este bebé”. Para su primer nieto, se reserva la tranquilidad de la que no pudo disfrutar durante la crianza de su hija, cuando tenía que estar “pendiente de mil cosas y superar mil miedos por la novedad”.
Cercano el día de San Joaquín y Santa Ana, la próxima abuela quiere felicitar a todos los abuelos, un “club” del que ya siente que forma parte y es acogida y bien recibida.