La Delegación se reunió en el Seminario Mayor “San Pelagio” para hacer un balance del curso
La Delegación de Familia y Vida celebró su consejo diocesano de final de curso en el Seminario Mayor “San Pelagio” el sábado 1 de julio. Monseñor Demetrio Fernández no quiso perderse esta cita anual en la que han hecho un balance del curso y han planteado las bases para el próximo. La jornada comenzó con una oración y el saludo del Obispo; a continuación hicieron una revisión y valoración del curso y han presentado las propuestas para el curso que viene.
Monseñor Demetrio Fernández agradeció especialmente a los matrimonios «su dedicación y trabajo en la pastoral familiar» y destacó la importancia de la familia «ya también en la sociedad civil». Asimismo, el prelado resaltó una vez más la necesidad de la «educación afectivo-sexual en el marco de la Escuela de Familia que se está impulsando desde la Diócesis».
El sacerdote y consiliario Ángel Cristo Arroyo mostró su gratitud por el curso que termina “el balance ha sido positivo porque hemos seguido fomentando nuestros pilares, es decir, hacer crecer la comunión dentro de la Iglesia diocesana”.
La Delegación de Familia y Vida viene trabajando en comunión con las delegaciones de Enseñanza, Catequesis, Juventud, Pastoral Vocacional y Pastoral de la salud, entre otras, lo que demuestra que la pastoral familiar “engloba desde el primer instante de la defensa de la vida hasta el final natural de la misma”.
Familia y Vida es sin duda una Delegación fundamental en la diócesis de Córdoba, su labor es encomiable, los proyectos que lleva a cabo están ayudando a muchas personas en situaciones críticas.
Su consiliario quiso dar gracias a Dios “por las bendiciones que da a la Diócesis” en los distintos proyectos: Proyecto Ángel, con la defensa de la vida; El Teen Star o Aprendamos a amar, para la educación afectivo sexual; Camino de Caná que ayuda a los novios a prepararse para el matrimonio; Proyecto Raquel, que está haciendo un “bien inmenso” en personas que han sufrido el aborto; o Un Amor que no termina, al servicio de matrimonios que se han roto y quieren ser fieles a su vínculo matrimonial y están viviendo el duro momento de la separación.
Asimismo, Ángel Cristo quiso destacar la importante labor de los Centros de Orientación Familiar (COFs) en el acompañamiento pastoral y espiritual de muchas familias de la Diócesis. Por todo ello el consiliario de la Delegación de Familia y Vida agradeció que desde la Diócesis se haya apostado por la pastoral familiar. “Las familias se han dado cuenta y hay un potencial inmenso de muchas familias que colaboran en los distintos proyectos”.
Por su parte, Darío Reina y Pilar Gálvez, Delegados de Familia y Vida, aseguraron que el balance del año que termina es positivo, «es una alegría ver tantos matrimonios implicados en la pastoral familiar», a la vez que mostraron sus ganas de seguir trabajando en la Delegación».