La diócesis Córdoba despidió a Antonio Prieto Lucena, obispo de la diócesis de Alcalá de Henares, con una misa de acción de gracias en la Santa Iglesia Catedral, presidida por monseñor Demetrio Fernández. Cientos de fieles llegados de toda la diócesis se reunieron para despedir al que ha sido hasta ahora Vicario General de la Diócesis en una “fiesta improvisada”, en palabras del obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, que en su homilía describió como el nombramiento episcopal de Antonio Prieto es una elección expresada por el Papa y es un nombramiento que todo sacerdote recibe con “profundo de indignidad” y al que hay que responder con un “sí” para disponerse a un servicio a la Iglesia.
En su alocución, el Obispo dio gracias a Dios por la vida de Antonio Prieto y remarcó su labor en la diócesis de Córdoba como rector del Seminario, Vicario General y Canónigo Magistral de la Catedral cordobesa, cargos desempeñados durante 23 años de servicio; al tiempo que destacó la figura del sacerdote “cercano y siempre referente”. Don Demetrio le dedicó palabras de reconocimiento cargadas de buenos deseos: “Tu vida será fecunda para Dios y para su Iglesia”.
Acción de gracias a Dios
D. Antonio agradeció a fieles laicos, hermanos sacerdotes, consagrados y, especialmente a los paisanos rambleños tantas oraciones dedicadas a su ministerio episcopal, “una cadena de 1.400 rosarios y la misa parroquial de cada día ofrecida por mí” que el obispo electo de Alcalá llevará en su corazón, “siempre me sentiré rambleño, allí donde me encuentre. Antes, agradeció al Obispo de Córdoba la confianza depositada en él como lo hicieron los obispos anteriores y se dirigió a él agradeciéndole “por ser para mí un padre y un amigo, gracias por su ejemplo de trabajo incansable, su celo por las almas, por su amor a la Iglesia y a Jesucristo, por su fortaleza en las dificultades y por su consejo siempre certero: nunca olvidaré lo que he aprendido de usted y espero seguir contando con su ayuda y su amistad.”
A su familia dio las gracias especialmente y reconoció que nunca olvidará que se lo debe todo a sus padres, hermanos y familia, “que es el mayor tesoro que recibimos en esta vida, todos los días pido al Señor ser digno del amor y de la educación tan maravillosa que he recibido de la familia que Dios me ha regalado”. Al finalizar su acción de gracias, don Antonio afirmó que “nunca se había sentido más pobre y más pecador” que al ser nombrado Obispo, por lo que pidió la oración de todos: “ponedme en manos de la Virgen María, madre de los sacerdotes, pedid por la intercesión de los mártires de Córdoba y de Alcalá de Henares”, dijo.
En la trayectoria de su ministerio sacerdotal, Antonio Prieto, ha desempeñado cada uno de sus puestos con honradez, constancia y esfuerzo. La Diócesis ha querido dar gracias a Dios por su ministerio y servicio durante tantos años, asimismo ha querido pedirle al Señor por su nueva tarea pastoral en el colegio episcopal como obispo de Alcalá de Henares.
Reliquia de los santos Mártires de Córdoba: un regalo del Cabildo Catedral
Al término de la eucaristía, el Deán Presidente de la Catedral de Córdoba, Joaquín Alberto Nieva, destacó la figura de Antonio Prieto como persona sensible, educada y respetuosa por lo que “era necesario celebrar esta eucaristía acción de gracias a Dios, porque contigo hemos sido bendecidos” y compartió con todos los fieles que el Cabildo ha venido rezando desde que se conoció su nombramiento y “vivimos tu envío presidido por el Obispo a la misión encomendada en Alcalá de Henares”.
El Deán presidente expresó la amistad que le seguirá uniendo al Cabildo al cesar en los cargos de la diócesis cordobesa y como muestra de esa gratitud entregó una urna relicario con la reliquia de los Santos Mártires de Córdoba, “queremos que te acompañen que vivieron y testimoniaron la fe, para que seas fortalecido en tu nuevo ministerio para que puedas entregar tu vida y ellos tengan vida en abundancia”, ofreció el Deán.
El Cabildo ha realizado este regalo, entregado por el Obispo, para que “los santos mártires te acompañen en esta nueva etapa al servicio de la Iglesia”, indicó Joaquín Alberto Nieva.
El coro del Seminario Mayor «San Pelagio» de Córdoba y el Coro y Orquesta de la Catedral de Córdoba interpretaron los cantos de una celebración que se quedará en el corazón de los cordobeses.