Cada 18 de mayo se conmemora la consagración católica del templo principal de la Diócesis
El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, celebró, como cada 18 de mayo, la Solemnidad de la Dedicación de la Santa Iglesia Catedral a Dios como templo de culto cristiano. El prelado en su homilía recordó que “los orígenes son los de un templo construido en tiempos del imperio musulmán, construido para Dios según la religión musulmana”.
En la reconquista se consagró a Dios como templo cristiano, no obstante monseñor Demetrio Fernández, resaltó que “antes de ser Mezquita estaba la basílica cristiana de San Vicente”, por tanto “estamos en un lugar que los hombres han elegido para el culto a Dios desde hace muchos siglos”.
“Dios es el templo vivo y verdadero y en Jesucristo la realidad del templo se abre a la realidad del corazón humano” continuó el pastor de la Diócesis. “Dios ha puesto su templo en nuestros corazones” así cuando nos reunimos la comunidad cristiana allí está Dios en medio.
El templo principal de la Diócesis es “lugar sagrado” y su sacralidad le viene de Cristo y de que los cristianos se reúnen para celebrar los santos misterios. El Obispo quiso dar gracias a Dios porque “nos concede reunirnos como comunidad viva y por este templo tan majestuoso que nos recuerda la grandeza de Dios”. Al celebrar esta fiesta celebramos a toda la comunidad que se reúne continuamente en este templo, que es el lugar de reunión propio de la asamblea cristiana en Córdoba.
En su alocución monseñor Demetrio Fernández quiso agradecer al Cabildo de la Catedral su servicio en los tres aspectos habituales, “el culto, el servicio a la cultura y la caridad”. Asimismo, pidió a Dios que “seamos dignos de vivir en su templo, en su casa sirviéndole día y noche”.