Los datos de este año de la XXVII peregrinación diocesana a Guadalupe han batido record, 1.500 jóvenes de toda la Diócesis participaron el pasado fin de semana en esta experiencia que cada año congrega a más jóvenes. Las inclemencias del tiempo no fueron las más adecuadas pero nada hizo decrecer el ánimo de los peregrinos. La alegría fue su compañera en este duro peregrinar y una vez más la Diócesis demostró que la cuenta con una Iglesia joven muy viva.
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, acompañó a los jóvenes en Guadalupe y la mañana del domingo presidió la eucaristía a los pies de la Virgen en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. El prelado comenzó su homilía recordando a los jóvenes que “Dios tiene para ti un plan para que te sientas realiza, en este mundo y para toda la eternidad”, ¿has encontrado ya tu sitio? Preguntó el Obispo a los jóvenes. Puede ser el matrimonio, para el que hay que prepararse bien y evitar el fracaso. Existe también la llamada de Dios al sacerdocio, “si te sientes llamado disciérnelo delante de Dios y no tengas miedo”. O quizá te llame a la vida consagrada o contemplativa, apuntó el pastor de la Diócesis.
Continúo el Obispo destacando que cada año la diócesis de Córdoba en sus jóvenes peregrina a Guadalupe para vivir una experiencia de Iglesia. En Córdoba “hay muchos jóvenes como vosotros que están en las parroquias, asociaciones, colegios, grupos que quieren ser cristianos” destacó monseñor Demetrio Fernández. Jóvenes que se dan cuenta que el camino certero es Jesucristo, es la Iglesia, es el grupo donde uno vive su fe. Jesucristo creó la Iglesia para vivirla en comunidad y a peregrinación a Guadalupe “es una preciosa experiencia de Iglesia en camino, de la Iglesia joven de nuestra Diócesis” destacó.
Monseñor Demetrio Fernández terminó su alocución recordando que nuestra Madre “conoce la situación de cada uno” y pidió a los jóvenes que abrieran “de par en el corazón y explica tus sentimientos, déjate aconsejar, siéntete querido por una Madre que quiere acogerte en su casa”. También puntualizó que “la cosa no termina aquí, si has recibido dones de Dios tienes que compartirlos con otros de tu edad. Recibe esta misión de parte de la Virgen y de la Iglesia y cuenta a tus amigos lo que Dios ha hecho contigo”.