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“El nuevo urbanismo no puede prescindir de Dios”

By 27 de octubre de 2022807

El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, bendijo y consagró el pasado sábado la nueva parroquia San Juan Pablo II, de la que además tomó posesión el sacerdote David Aguilera Malagón

La bendición y consagración de la nueva parroquia San Juan Pablo II congregó el sábado, 22 de octubre, a sacerdotes diocesanos, representantes de instituciones públicas y vecinos del entorno de la “Huerta de Santa Isabel”, donde a partir de ahora prestará servicio. El obispo de Córdoba recibió al inicio de la celebración las llaves simbólicas del nuevo templo de manos de Francisco Melero, patrono delegado y ex gerente de la Fundación Vimpyca.

Mons. Demetrio Fernández comenzó su homilía invocando las palabras que pronunció San Juan Pablo II al inicio de su pontificado: “Abrid las puertas a Cristo, no tengáis miedo”. En el día de su memoria litúrgica, la dedicación de este nuevo templo diocesano a su figura pone en manos de la Iglesia, “el precioso legado para bien de la humanidad”, dijo el obispo de Córdoba.

El prelado compartió con los asistentes el interrogante sobre si es posible construir una nueva ciudad sin Dios y defendió que la presencia de parroquias en el trazado urbanístico “es un servicio esencial” que no está relegado al casco histórico de Córdoba XVI sino que “hay que dar espacio a la comunidad cristiana”, porque “una sociedad que se construye sin Dios se construye contra el hombre y cuando se extiende un barrio, hay que atender la dimensión trascendental de la persona, como también se dotan otros servicios como zonas de expansión o deportivas”, por eso agradeció a la Gerencia Municipal de Urbanismo “su sensibilidad”.

Esta parroquia será un punto de encuentro donde jóvenes y mayores podrán reunirse en la asamblea comunitaria y en los grandes momentos de su vida, señaló el Obispo, para quien “la vida sigue brotando” y se hace necesario acercar los sacramentos del bautismo, eucaristía o matrimonio, que “representa bendecir el amor humano”.

Durante el rito de consagración y bendición de la nueva parroquia, se depositó a los pies del altar una reliquia de San Juan de Ávila.