Para la beatificación de Albino Luciani que tuvo lugar el domingo, 4 de septiembre, se aprobó el milagro a través de su intercesión de Candela Giarda, una chica de Paraná (Argentina) que en 2011 cuando tenía 11 años se encontraba al borde de la muerte por “encefalopatía inflamatoria aguda severa”. Su madre Roxana Sosa rezó al pontífice fallecido como le indicó un sacerdote argentino y al día siguiente fue mejorando.
En Santo Padre ha instado a los fieles a través de las redes sociales que roguemos al Papa Luciani que nos obtenga la “sonrisa del alma” y le pidamos con sus palabras aquello que él mismo solía pedir: “Señor, tómame como soy, con mis defectos, con mis faltas, pero hazme con Tú me deseas”.
De Córdoba a Roma
Un grupo de sacerdotes y seminaristas de la Diócesis quisieron estar presentes en esta beatificación y se desplazaron hasta Roma para vivir en la plaza de San Pedro este día histórico.