Skip to main content

El Obispo pide ante la Fuensanta una nueva civilización del amor

Monseñor Demetrio Fernández presidió la función principal en honor a Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de la ciudad de Córdoba, ante un templo abarrotado de fieles

El barrio de la Fuensanta ha vivido sus días grandes. Cientos de personas se acercaron en el día de la Natividad de la Virgen hasta el Santuario para celebrar la festividad de Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de la ciudad.

Tal y como marca la tradición, el obispo de Córdoba presidió la solemne función principal acompañado en el presbiterio por miembros del Cabildo Catedral y el nuevo párroco del Santuario, Ignacio Sierra.

En su homilía, el pastor de la Diócesis comenzó ensalzando el nuevo trono de la Virgen bendecido el día 7 por el propio Obispo en la Santa Iglesia Catedral, un trono sufragado por el Cabildo Catedral como “un homenaje de cariño del pueblo de Córdoba a su patrona, la Virgen de la Fuensanta”.

Seguidamente, monseñor Demetrio Fernández pidió a los fieles mantenerse siempre cerca de Dios. “Acabamos de salir de una pandemia y nos vemos en una guerra mundial. Así lo dice el Papa, por el afán de poder y lo estamos sufriendo todos. Los cristianos tenemos que convertir eso en una oportunidad de gracia de Dios, vivir la vida tal y como nos va siendo ofrecida y siendo nosotros constructores de un mundo nuevo, porque para los que aman a Dios todo les ayuda para bien”, subrayó el Obispo a la vez que instó a los fieles a mirar a María y pedirle una nueva civilización del amor. “Tenemos que ser constructores de paz, de progreso y de bienestar. No vale que la sociedad crezca en el producto interior bruto y vaya perdiendo la conciencia de la dignidad de la persona. Si en una sociedad como la nuestra crece la economía pero los derechos humanos son cada vez más conculcados, donde abortar y poder matar a quien tiene una vida no muy saludable es cada vez más fácil, no estamos hablando de progreso. Tenemos que trabajar en el progreso armónico de todos los progresos de la persona”, expresó.

En este día de la fiesta de la Natividad de la Virgen, el Obispo invitó a la sociedad a elevar la mirada a nuestra Madre del cielo, “para que Ella nos haga entender que la felicidad no está solo en lo que tenemos o disfrutamos, sino que es una promesa de Dios en la eternidad”. “Sigamos a María para parecernos cada vez más a Ella y que la virgen de la Fuensanta nos traiga a la ciudad de Córdoba la paz, la alegría, la justicia, la atención a los más pobres y necesitados, así de esta manera el crecimiento será armónico porque nadie se quedará atrás”, concluyó el prelado.

Traslado a la Santa Iglesia Catedral

Los dos días previos a la fiesta de la Virgen de la Fuensanta, la imagen fue trasladada en procesión con los grupos jóvenes de las Hermandades y Cofradías de la ciudad, así como la Delegación diocesana de Juventud hasta el templo principal de la Diócesis. Allí, el miércoles 7, el Obispo presidió la misa ante los miembros de las hermandades y cofradías de la ciudad y devotos de la Virgen. Ante ellos recordó que “la devoción y el amor a la Virgen no decae, sino que va en aumento” e invitó a visitar a la patrona de la ciudad y pedirle todo aquello que nos sea necesario siempre.