La fiesta del patrono de España es fiesta de precepto en el calendario católico, por lo que el Obispo recuerda tres normas para conocimiento de los fieles:
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Se mantiene el precepto de dicha solemnidad, con obligación de participar en la celebración de la Eucaristía.
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Se dispensa de la obligación del descanso a aquellos fieles que por sus compromisos laborables no puedan hacerlo.
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Se ruega a los párrocos y otros rectores de iglesias que informen a los fieles con antelación de estas decisiones y acomoden en lo posible los horarios de misas del día 25 a las posibilidades y necesidades de los fieles.