Monseñor Demetrio Fernández presidió la Solemne Función Religiosa en honor de María Santísima de Araceli
María Santísima de Araceli se encuentra en la parroquia de San Mateo de Lucena. Hasta allí se desplazó el domingo, 1 de mayo, el obispo de Córdoba para presidir la solemne función religiosa en honor a la Virgen de Araceli, como ya es tradición, en la que ensalzó la figura de nuestra Madre, “la que da la vida, alimenta y protege. Ella nos ama siempre, nos perdona siempre, no se enfada con nosotros nunca y está cuando la necesitamos”.
Ante un templo repleto de fieles, monseñor Demetrio Fernández manifestó su alegría por celebrar este año las Fiestas Aracelitanas con normalidad agradeciendo la intercesión de la Virgen. Además, resaltó la importante devoción a María Santísima de Araceli señalando que “es una comunidad viva, pujante, que no encuentra dificultades que le echen para atrás”, recordando a su vez que “la fe no sólo reside en la cúspide de la mente, sino que es una actitud de vida, es vivir y actuar en consecuencia”.
Al finalizar la eucaristía, el Obispo que estuvo acompañado por el Vicario de la Campiña y sacerdotes de la localidad, se dirigió a la Aracelitana Mayor y su Corte de Honor pidiéndoles que sean el reflejo de la Virgen, que cuiden y luzcan su belleza tanto exterior como en el interior.
