El Nuncio de su Santidad presidió la función principal de los cultos de la Hermandad del Rocío de Córdoba
La Hermandad del Rocío de Córdoba celebró la pasada semana sus cultos con un Triduo y una solemne función principal en la Real Iglesia de San Pablo. El Nuncio Apostólico de su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza fue el encargado de presidir la función principal el sábado 30 de mayo.
Durante la homilía destacó el papel de la Virgen María en la vida cristiana y recordó que en ella “tenemos la confianza con la que el mismo Dios cuenta para hacernos crecer en el amor del Señor”. Continuó resaltando que “nada hay en el mundo comparable con el amor maternal” y pidió a la Virgen que “nos ayude siempre en la tarea evangelizadora”.
Monseñor Bernardito Auza aconsejó a los presentes “acoger sin reservas el amor de Cristo y manifestarlo cada día en el seno de vuestras familias, en el trabajo y allá donde estéis”. Terminó su alocución pidiendo a los rocieros cordobeses “amar a María de verdad y crecerá en vosotros Jesús, Ella nos ofrece a su hijo que es nuestra esperanza, gozo y alegría”.
Monseñor Demetrio Fernández, el vicario general, Antonio Prieto, y el capellán de camino, Tomas Pajuelo, fueron los encargados de predicar los tres días delTtriduo que precedieron a la función principal en la Real Iglesia de San Pablo.