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350 años de Providencia y Amor

Las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, inmersas en la conmemoración de su 350 aniversario, han comenzado su programa de actos

Con el lema “350 años de Providencia y Amor” han presentado las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, la Congregación fundada en Córdoba por el beato Cristóbal de Santa Catalina, los actos por el aniversario de su fundación, que se produjo en febrero de 1673.

Desde febrero de 2022 hasta febrero de 2023, celebrarán un año jubiloso cargado de celebraciones con el fin de que se conozca popularmente a su fundador. La primera de ellas fue el pasado 11 de febrero, día en el que el Beato Cristóbal de Santa Catalina instituyó la Hospitalidad Nazarena, en 1673. La siguiente será todos los días 11 de cada mes, que se va a celebrar una Eucaristía solemne en las distintas casas que tiene la Congregación.

Visita de las reliquias

A lo largo de este año, también está prevista una procesión de las reliquias del beato Cristóbal por las parroquias de Córdoba, para que los cristianos puedan conocer el trabajo que este sacerdote nacido en Mérida realizó en la Córdoba del siglo XVII, en mitad de una gran epidemia de peste.

También está prevista una procesión con la imagen que se venera en la iglesia de Jesús Nazareno, realizada por Antonio Bernal en el año 2013, poco después de su beatificación. Será el viernes 24 de julio, el día en que se celebra su fiesta, por coincidir con el aniversario de su muerte.

La congregación ha programado también la edición de un libro, realizado por Antonino Rodríguez, profesor del colegio de la congregación en Getafe. Se titula ‘Yo, Cristóbal’, y es un relato en primera persona de la vida del sacerdote.

En este tipo, habrá también una exposición y un ciclo de conferencias sobre la congregación y el padre Cristóbal, que se celebrará en octubre. Las hermanas celebrarán también en la casa madre, es decir, la de Jesús Nazareno en Córdoba, una asamblea general, que concluirá con una misa presidida por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández.

Se celebra así el nacimiento de una comunidad que nació para la ayuda a los desfavorecidos de la mano del Padre Cristóbal, quien se hizo eremita en Córdoba, en el desierto del Bañuelo.

Durante la epidemia de peste, la cofradía de Jesús Nazareno le cedió un pequeño hospital que tenía, entonces con apenas seis camas. Por eso su labor es inseparable de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, llevan su nombre y las religiosas se encargaron del cuidado del Señor en el tiempo en que la hermandad no salía en Semana Santa.

Las casas tuvieron en principio hermanos y hermanas y se extendieron por muchos lugares de la diócesis de Córdoba y fuera de ella. Nacieron en Pozoblanco, Hinojosa del Duque, Castro del Río, Luque o Baena. Hoy en Córdoba capital se encargan de la residencia de ancianos y del colegio que llevan el nombre de Jesús Nazareno.