Hay momentos de la historia de nuestra Diócesis que merecen un capítulo aparte, y esta historia tiene todos los ingredientes para ser recordada como el regreso glorioso de parte de las reliquias de San Acisclo y Victoria, mártires y patronos de la diócesis de Córdoba, que han sido recuperadas diez siglos después del saqueo catalán que las han mantenido alejadas de Córdoba. La iniciativa del Académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Juan Manuel Fernández, ha permitido entregar estos dos huesos al Obispo de Córdoba.
Diez siglos han jalonado la historia de un regreso digno de novelas como “Las Armas de la Luz” de Jesús Sánchez Adalid y arrojan luz sobre la huella de los mártires cordobeses creando devoción al norte de España. La llegada de las reliquias a Córdoba representa para el artífice de su regreso “un crecimiento espiritual para todos y permitirán un mayor conocimiento de los mártires para los cordobeses así como su culto”. Está previsto que las reliquias de los patronos de la Diócesis descansen para siempre en la Mezquita Catedral.
Diez siglos de historia y devoción fuera de Córdoba
El vizconde Giraldo IV de Cabrera donó las reliquias de san Acisclo y santa Victoria al monasterio benedictino de San Salvador de Breda, en Gerona, en el siglo XIII. Las reliquias fueron rescatadas en el saqueo que vivió Córdoba, por huestes catalanas en el año 1010, según cuenta la tradición. A raíz de la donación del vizconde de Cabrera las reliquias quedan expuestas a lo largo de los años al culto en el monasterio de San Salvador de Breda y aunque protegidas por los benedictinos durante toda su historia, a raíz del decreto de desamortización del 25 de octubre de 1820, que exige el abandono de los monasterios y conventos, se pierde la urna con las reliquias.
A finales del siglo XVIII principios del XIX providencialmente los hueso son extraídos de la urna principal y expuestos para su culto en otra parroquia en el relicario que se ha recuperado ahora para la diócesis de Córdoba. Como ha narrado Juan Manuel Fernández, la entrega de las reliquias a monseñor Demetrio Fernández fue “un momento muy emotivo y cercano, el Obispo cogió las reliquias y las besó”. El Académico ha reconocido que todos creen “que es un milagro que se hayan salvado las reliquias sabiendo de la urna que proceden, que ha desaparecido”. En la intimidad de la recepción con D. Demetrio y el sacerdote Ángel Roldán, “hablamos en profundidad del tema y de cómo las vocaciones de muchos santos vino leyendo a santos. Hay que recuperar esa lectura de santos para situarnos en la realidad”, resalta Juan Manuel Fernández.
En Córdoba las referencias a los mártires, después de la desaparición del convento de los Santos Mártires, siguen muy vivas en la parroquia de San Pedro, en el colegio e iglesia de Santa Victoria, parroquia de Santa Victoria, la ermita de los Santos Mártires, las palmas del Puente Romano, San Acisclo y Santa Victoria de la calle Lineros y la permanente presencia de la Fundación diocesana de enseñanza Santos Mártires. La festividad de los patrones se celebra en Córdoba el 17 de noviembre y tiene carácter de solemnidad en la Diócesis.