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«Mis letras brotan de la admiración que siento por Dios»

Guillermo Esteban, más conocido como Grilex, es un joven artista musical de veinticinco años dedicado al género del rap. Una fuerte crisis de fe lo alejó de Dios pero este inquieto rapero madrileño, que llevaba desde los siete años escuchando este tipo de música, volvió a encontrarse con Él en una convivencia cuando sintió verdaderamente el amor que le profesaba. Su primera canción la compuso con diecisiete años como alternativa de liberación y desahogo ante la enfermedad de su hermano pequeño. Ha actuado en importantes eventos cristianos y es todo un referente en la música católica actual

¿Qué es para ti la música?

Para mí la música es un tipo de lenguaje muy espiritual porque es capaz de entrar directamente en el corazón de cada persona y elevar la autoestima, también es capaz de hacer reflexionar a cada persona y poder conectar con Dios, que para nosotros es lo más importante.

¿Cómo ha cambiado tu vida desde que eres compositor de rap?

Intento ser muy normal, es verdad que hay cosas que han cambiado, como por ejemplo ser conocido, pero es verdad que saliendo de toda esa esfera intento vivir de una forma muy normal, con mi familia, mis estudios y mis amigos. Pero es cierto que el Señor me ha dado un don muy grande que conlleva una gran responsabilidad. Me siento comprometido con este don que me ha dado Dios de forma gratuita, para intentar transmitir su mensaje y transmitir que cada persona se valore por el corazón que tiene.

¿Cómo consigues llegar a Dios a través de tus letras?

Es un proceso, muchas veces brota de la admiración que siento por Dios, reconozco que soy una persona con poca fe pero con mucha sed de Él y esa sed es lo que me mueve constantemente a estar buscándole y a hablar con Él. Es muy bonito porque del diálogo se pasa a la canción. También es verdad que en algunas canciones se quiere hablar de la sociedad, por ejemplo, que no es en concreto de la fe, pero como norma general lo que intento hacer es que del rato de introspección con el Señor para que habite dentro de mí y que desde ese diálogo Él me diga qué escribir en mis canciones, que cuente que Él sana, restaura, potencia y libera para que la gente pueda conocerlo.

¿Qué necesidades detectas en los jóvenes de nuestra sociedad?

Hay una gran crisis, creo que vivimos en una sociedad con muchas cosas buenas y bonitas, hemos avanzado en muchos aspectos, pero hay un gran inconveniente, sobre todo para los jóvenes, que es la falta de que nos sintamos acompañados. A través de las redes sociales se puede tener muchos amigos pero el acompañamiento muchas veces nos falta, gente que nos quiera en el proceso de acompañarnos en el día a día, que no nos intenten llevar las riendas. Dios juega con la libertad del acompañamiento constante. Los jóvenes de hoy en día sienten esa falta de gente que le digas las cosas con amor y con verdad, porque la verdad no se puede negociar, ni se puede maquillar, tiene que ser auténtica. Con ese acompañamiento los jóvenes al final se pueden sentir más identificados con Dios y su camino y ver que la Iglesia es familia y está para las cosas buenas y las no tan buenas. A la Iglesia no venimos para juzgar los corazones que viven más desordenados o que tienen más heridas, venimos para acoger, restaurar y acompañar.

¿Qué ofrece la música a las personas, cuál es tu objetivo cuando compones?

Uno de mis objetivos es mostrar que la gente no se sienta sola, con el proyecto que vamos a sacar “Camicace”, se llama así porque el cristiano es un camicace en la sociedad actual ¿cómo vamos a creer en algo que no hemos visto?, quiero empatizar con el dolor. El cristiano tiene que abrir el corazón a los hermanos y decidle: “tu proceso es mi proceso, no estás solo y estamos aquí para caminar hacia la misma meta, Cristo”. Cuando escribo va muy enfocado primero el diálogo interno y personal con el Señor, y luego a través de eso darle forma para que la gente vea que sus procesos los tiene cualquiera, que no son raros por a veces sentirse como pueden sentirse y que al final estamos aquí para estar todos unidos.