Pozoblanco ha celebrado los cultos en honor a su patrona durante la semana pasada
La Virgen de Luna fue trasladada a su Santuario de la Jara, entre Pozoblanco y Villanueva de Córdoba el pasado domingo, 23 de mayo, día de Pentecostés, y el lunes de Pentecostés la imagen mariana fue llevada hasta Villanueva de Córdoba. Durante la semana previa han tenido lugar los cultos en su honor en Pozoblanco; triduos en las tres parroquias de la localidad; ofrendas florales de los niños de catequesis y la despedida de la residencia de ancianos.
La noche del sábado, 22 de mayo, tuvo lugar la Vigilia de Pentecostés y la eucaristía de despedida de la patrona de Pozoblanco. Durante la celebración se bendijeron e impusieron las medallas de plata a todas las niñas bautizadas con el nombre de Luna.
El domingo de Pentecostés, como cada año, la Virgen de Luna fue trasladada a su Santuario de la Jara portada por los hermanos de la cofradía y acompañada del párroco, José María González, y el alcalde, Santiago Cabello, quienes habían retirado previamente las llaves de los Sagrarios de Pozoblanco y Villanueva y el bastón de alcaldesa perpetua, respectivamente.
Cuenta la piadosa tradición que esas llaves representan las llaves de los sagrarios de las parroquias de Santa Catalina de Pozoblanco y San Miguel de Villanueva de Córdoba. A la llegada el lunes de Pentecostés a esta última parroquia, el párroco, Antonio Tejero, volvió a colocar las llaves a la Virgen antes de que ésta entrara en el templo.