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“El Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad”

Monseñor Demetrio Fernández presidió la Vigilia de Pentecostés en la Santa Iglesia Catedral el sábado, 22 de mayo

La Delegación diocesana de Apostolado Seglar convocó a los fieles a la Solemne Vigilia de Pentecostés que se celebró el sábado, 22 de mayo, en la Santa Iglesia Catedral, con la Eucaristía y una Vigilia de Oración con exposición del Santísimo.

Monseñor Demetrio Fernández presidió la Vigilia de Pentecostés en la que se celebra el día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar. El prelado en su homilía recordó que esta Vigilia sirve para “prepara nuestro corazón al don del Espíritu Santo que Jesucristo envío a los cincuenta días de su resurrección y a los diez días de su ascensión a los cielos”. Con esta fiesta solemne “rematamos la cincuentena pascual, días de gracia especial para vivir una vida nueva, la vida del resucitado”, añadió.

El obispo de Córdoba continuó su alocución asegurando que el Espíritu Santo “nos hace falta para despertarnos del letargo provocado por la pandemia y nos dice que hay vida abundante cuando termine”. Estamos esperando que el Espíritu Santo venga y “que lo haga todo nuevo y nos cambie el corazón y renueve nuestras instituciones”, apuntó.

Los laicos “están en el mundo y están llamados a transformarlo desde dentro” resaltó el pastor de la diócesis, y añadió que la vocación laical “necesita Dios y ayuda para transformar las realidades terrenas y ordenarlas según Dios”.

Salvador Ruiz, Delegado diocesano de Apostolado seglar y presidente de la Acción Católica General, aseguró que la fiesta del Espíritu Santo “nos impulsa a soñar que otro mundo es posible, los sueños se construyen juntos y nos ponen en movimiento, ya que somos pueblo de Dios en salida”. Ruiz recordó que el laicado es la gran mayoría de la Iglesia y que en la fraternidad se descubre “el horizonte al que estamos llamados por Dios”. “El mundo necesita de la alegría del Evangelio” terminó afirmando Salvador en su alocución.