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La diócesis de Córdoba se suma a la jornada de ayuno y oración contra la eutanasia

By 18 de diciembre de 2020721

Convocada por la CEE, esta jornada se desarrolló el 16 de diciembre, para pedir al Señor que “inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”

La Diócesis de Córdoba se sumó a la jornada de ayuno y oración en contra de la aprobación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia. El Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, invitó a los fieles católicos a secundar esta jornada de ayuno y oración el

miércoles, 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana. Una llamada a la que se sumaron las parroquias de la Diócesis con diversas celebraciones: Vigilias de oración, exposición del Santísimo, rezo del santo rosario, etc.

Monseñor Demetrio Fernández se pronunció al respecto señalando que ante la previsible aprobación de esta ley, «no se trata de buscar culpables sino de reflexionar sobre una sociedad que desprecia la vida y la elimina en el seno materno». Invitó a su vez a buscar los motivos que conducen a una sociedad avanzada a presentar como signo de progreso la muerte de los más débiles al tiempo que subrayó que esta es una ley «consecuencia de nuestros pecados».

Convocatoria de la CEE

En un comunicado de prensa, la Conferencia Episcopal Española defendió públicamente el derecho a vivir de toda persona humana. “La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público.  El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infringida; y también de la profesión médica, «llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte». Es una propuesta que hace juego con la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes en el mundo”, afirma en la misiva que lleva por título “La vida es un don, la eutanasia un fracaso”.

También la CEE, con el documento “Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida”, ofrece unas

pautas clarificadoras sobre la cuestión e instan a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias.

“Ha crecido la conciencia  de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano. Hemos agradecido el trabajo de los sanitarios y el valor de nuestra sanidad pública, reclamando incluso su mejora y mayor atención presupuestaria. La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral.  Por el contrario, frente a la muerte como solución, es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera compasión”, explican los obispos.