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La Teología ha sido otro de los grandes bloques que se han abordado en el III Congreso Internacional Avilista. La postuladora en la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila, Encarnación González Rodríguez, moderó la mesa redonda en la que participaron el director espiritual del Seminario Conciliar “San Pelagio” de Córdoba, Carlos Jesús Gallardo Panadero, Juan Miguel Corral y Ricardo Aldana.

Antes de comenzar las intervenciones, Encarnación González como especialista en la vida y obra de San Juan de Ávila recordó que el Santo “fue un maestro de calle al que se le llenaban las calles de gente para escucharle” y recordó la importancia de profundizar en la Escritura, pues “precisamente el estudio de la escritura es el que hace a uno llamarse teólogo”.

Carlos Jesús Gallardo habló de la humanidad de Cristo en la teología de San Juan de Ávila. “Para el Maestro, Cristo es una persona con la que mantiene una unión personal y hablar de Cristo de la mano de San Juan de Ávila es hablar del misterio del amor de Dios”, comentó Gallardo antes de centrarse en la experiencia del misterio de la humanidad de Cristo en la teología del Doctor de la Iglesia Universal. Haciendo un repaso por las diferentes obras del Maestro como el “Tratado del Amor de Dios” o el “Audi Filia”, entre otras, el ponente expresó que “en San Juan de Ávila no hay ideas, sino experiencias del amor de Dios”.

Sobre las fuentes del Tratado sobre el sacerdocio y su valor teológico habló Juan Miguel Corral, quien relató que el sacerdocio se tiene que fundamentar en el Amor de Dios. A la luz del conjunto de sus escritos de teología y espiritualidad sacerdotal, Corral Cano confirmó que “el mejor conocimiento de San Juan de Ávila se fundamenta en un buen conocimiento de sus fuentes”, algo que cobró gran importancia a raíz de su proclamación como Doctor de la Iglesia Universal.

Por último, Ricardo Aldana comentó la Palabra de Dios en la teología avilina estructurando su intervención en seis apartados. Por un lado, explicó qué dice San Juan de Ávila de la Escritura asegurando que para él “es un misterio divino al que le tiene un profundo amor”. Según Aldana, “San Juan de Ávila dice que el Espíritu Santo llega y transforma tu vida”. En tercer lugar, explicó cómo Jesucristo es el centro de la Escritura y de dónde procede la santidad a la que San Juan de Ávila nos invita a aspirar para comentar, seguidamente, los sentidos de la Escritura –el sentido moral- y la dialéctica de los dos Testamentos, a los que el Maestro siempre prefiere relacionarlos de manera positiva.

Finalmente, se centró en la Escritura en la Iglesia afirmando que “fue un tema polémico en su tiempo, pero el Santo Maestro fue consciente de que no se puede separar una cosa de otra”.