Partiendo de la exhortación apostólica de San Juan Pablo II Pastores Dabo Vobis (25 de marzo de 1992), el prelado se ha acercado al radicalismo evangélico de San Juan de Ávila, “que tiene que ver con el amor de Jesucristo hasta el extremo y que se concreta en la obediencia, celibato y en la pobreza, los tres consejos evangélicos”.
En su intervención, dentro del bloque de Actualidad del Congreso, monseñor Demetrio Fernández, ha introducido su explicación a la luz de la doctrina de San Juan de Ávila respecto a los ministros de Cristo. Así, ha explicado que “no solo la Iglesia es esposa de Cristo sino que el ministro de Cristo, al frente de la Iglesia, vive las actitudes de Cristo para suscitarlas en su Iglesia”. En ese sentido, ha destacado que “Cristo obediente hace a sus ministros obedientes; Cristo célibe, virgen y esposo, hace a su ministro prolongación de su esponsalidad y Cristo Pobre hace a su ministro como lo vivió Él”.