“Que como San Juan de Ávila podamos dar testimonio del Padre”

Dios conduce la vida y la verdadera vocación no está es hacer algo concreto, sino en vivir toda la vida abierto a la alianza de Dios y a lo que Dios está pidiendo de nosotros. No podemos aferrarnos a lo que Dios nos ha llamado, sino que debemos estar abiertos a escuchar su voz y abiertos a lo que nos pida Él, como hizo San Juan de Ávila.

Estamos llamados a dar testimonio de un Padre, que está en nuestro camino. El seguimiento de Cristo en la vocación está en la obediencia; tenemos que vivir la vocación en la forma de Cristo y dar así testimonio del verdadero cordero que es aquel que tiene el poder de quitar el pecado del mundo. Si lo hacemos profundizando en la vida de San Juan de Ávila, podremos como él dar testimonio del Padre.