Pere Montagut Piquet, director espiritual del Seminario Conciliar de Barcelona
La espiritualidad de San Juan de Ávila es un estímulo de renovación, él en su momento supo vivir la entrega propia de los sacerdotes, desde el presbiterio secular pudo experimentar una fuerza mística interior que le llevó a un amor a la Iglesia, que expresó a través de su ministerio.
Queremos que la renovación sacerdotal nos lleve a una profundización de la teología del ministerio ordenado y a la vez cómo este ministerio de frutos abundantes para que la Iglesia en todas sus vocaciones y como cuerpo de Cristo, pueda ser en el mundo solidez del amor divino que salva.
En el congreso se ha conseguido el objetivo de volver a recordar y replantear los textos, la vida, el testimonio de San Juan de Ávila, que para nosotros es contemporáneo, porque vivió el mismo sacramento, la misma realidad sacramental, y para nosotros esto es una gracia de intercesión en la Iglesia de hoy y en generaciones sucesivas
