Este martes, 17 de noviembre, en la sesión ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación de las Causas de los Santos, se ha aprobado el martirio de Juan Elías Medina y 126 compañeros de la diócesis de Córdoba. Son 79 sacerdotes, 5 seminaristas, 3 religiosos franciscanos, una religiosa Hija del Patrocinio de María, y 39 laicos.
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha explicado durante su homilía en la celebración a los mártires San Acisclo y
Santa Victoria, patronos de la diócesis de Córdoba, que “en las más altas instancias de la Iglesia Universal, se ha dado en este día por válido el martirio de los 127 mártires de Córdoba en la persecución de los años treinta del siglo pasado en España”. “Como una legión innumerable se han elegido y se han tomado estas personas como testigos más fehacientes, y estamos a la espera de que el Papa firme el decreto de martirio en los próximos días y de que sean beatificados en la primavera del año próximo, si Dios quiere y las
circunstancias lo permiten”, ha afirmado el prelado.
El nuevo prefecto de la congregación, el Cardenal Marcelo Semeraro, presentará al Papa el Decreto de Martirio y el pontífice autorizará a la congregación a publicarlo. Tras esta autorización papal, tendrá lugar la beatificación en la Diócesis de Córdoba. La fecha será concordada entre el obispo de Córdoba, la Secretaría de Estado del Vaticano y el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.
Misa en rito hispano-mozárabe
La aprobación del martirio coincidió a su vez con la celebración de San Acisclo y Santa Victoria, patronos de la Diócesis. El Obispo presidió la misa en rito hispano-mozárabe en honor a estos dos mártires en la basílica parroquia de San Pedro.
En su homilía, monseñor Demetrio Fernández recordó que “son los mártires los que ocupan el primer lugar en el seguimiento de Cristo” y que “cada uno lo sigue desde la misión y la vocación que ha recibido”.
Haciendo alusión al martirio, monseñor Demetrio Fernández explicó cómo en todos los estados de vida y las épocas de la historia, la Iglesia ha
conocido a sus mejores hijos, “aquellos que han certificado su amor a Jesucristo con el derramamiento de su propia sangre; son los mártires y en Córdoba tenemos a San Acisclo y Santa Victoria”. Al hilo de esto, el pastor de la Diócesis aseguró que “la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.
Concluyó su homilía instando a los fieles a no perder la fe ni siquiera en los momentos de dificultad como hicieron estos mártires, “pues es ahí donde Dios está más que nunca”.