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«El capellán está para proteger y servir»

PADRE VLADIMIR

Capellán de la Brigada de Cerro Muriano

La base militar de Cerro Muriano ha despedido al contingente Libre Hidalgo compuesto por unos 600 hombres y mujeres en su mayor parte destinados en las unidades de la Brigada Guzmán el Bueno el 6 de mayo parten a tierras libanesas para garantizar la paz y garantizar el acceso humanitario a las poblaciones civiles y el retorno voluntario y seguro de las personas desplazadas. En Córdoba queda la espera de familiares y amigos, días de inquietud que darán paso a la gratitud de todos. Estos hombres y mujeres son servidores de nuestro país que conocen bien las palabras sacrificio y renuncia. No viajan solos, sus necesidades espirituales están más presentes que nunca y el padre Vladimir, capellán de la Brigada de Cerro Muriano, se desplaza con el contingente para atenderlas

¿Cuál es el papel de un capellán castrense como usted?

Ser un sacerdote allí, que les ayuda y al que los militares se dirigen. El contingente lleva médicos, farmacéuticos, psicólogos y el capellán castrense está para apoyar la parte religiosa, sobre todo en la fe cristiana.

¿Cómo es la convivencia con la unidad? ¿Qué hacen cada día? ¿Cómo se relacionan?

Cada misión tiene su papel diferente. Esta es mi segunda misión, hace tres meses estuve navegando seis meses. El papel del capellán en un contingente de tierra es distinto. Por ejemplo puede celebrarse la misa todos los días o cuando el tiempo lo permite. Estamos para proteger y servir. Una vez que estemos allí el horario lo marca el mismo contingente.

Muchas veces el horario de un militar no le permite bautizarse o confirmarse por lo que tendremos también ambas celebraciones. El horario lo marca la unidad, el capellán no es el jefe.

¿Son muy demandados los sacramentos?

Voy a contar una historia que me pasó en el barco. Confirmé a ocho personas y hubo un sargento primero que no participó, era de familia creyente pero su vida laboral no le permitía participar en la vida de la Iglesia. Muchas veces, por intimidad una persona no puede acceder a la vida sacramental, nuestra labor sacerdotal es estar ahí y ayudar.

¿Cómo es el acompañamiento en estos casos?

En la misión cada uno hace sus guardias, divididas en tres franjas horarias, el capellán lo que intenta es adaptarse a la guardia de cada uno, por ejemplo habrá quien reciba catequesis de confirmación antes de comer, o a las once de la noche. Cada caso es muy ambiguo y particular y el capellán se va acercando a aquellos que buscan. Estamos disponibles veinticuatro horas al día.

La oración ocupa un lugar importante cuando uno se va de misión ¿es muy importante el refugio de la oración cuando uno viaja?

Los militares son muy creyentes y antes de salir en misión encargamos unas estampitas del Sagrado Corazón de Jesús que son Detente, una tradición muy militar que empezó a practicarse después de la Segunda Guerra Mundial. Esa estampita la lleva cada militar en su corazón para que lo proteja de todo mal. Son tradiciones pero a la misma vez son ayudas divinas que nos ayudan a practicar nuestra religión y al mismo tiempo a no olvidar que somos cristianos.

Es usted ucraniano ¿cómo está viviendo la guerra de su país en la distancia?

Soy de la zona occidental de Ucrania, no soy de la zona del conflicto, allí la situación se vive más fácil pero aun así hay un montón de gente refugiada y España como siempre ha intentado ayudar a estos refugiados. A la hora de la verdad España es un país que siempre se vuelca.

Les deseamos que esta misión sea un éxito en tierras libanesas

Les pido que recen mucho por este contingente compuesto en su mayoría por cordobeses.